Voces silenciadas
- «Todas las personas tienen derecho a que se les escuche. En ocasiones, a pesar de todo, intentamos expresarnos con claridad pero las palabras precisas no salen. Para que se escuche nuestra voz, es necesario tener la oportunidad de encontrar a otras personas que nos respeten. El proyecto The Roles We Play [Los Papeles que Desempeñamos] ofrece a las personas la posibilidad de tener voz propia y compartir su historia particular. El proyecto permite a las personas aprender que cada cual tiene su propia historia. Somos personas de pleno derecho, no simples números«.
Angela Babb, militante Cuarto Mundo
Angela afirmó esto en el marco de una mesa redonda sobre «Mujeres, pobreza y derechos humanos», durante la celebración del Women Economic Forum UK [Foro Económico de las Mujeres – Reino Unido], organizado el 1º de febrero en el Centro Cultural indio Bhayan de Londres. (Descargar aquí su intervención, en francés)
Diana Skelton, voluntaria permanente de ATD Cuarto Mundo, presidió el debate y realizó una contribución sobre las condiciones necesarias para que pueda escucharse la voz de cada persona:
- «Hace algunos años, una mujer que vivía en situación de pobreza había preparado su participación a una reunión sobre la pobreza en las Naciones Unidas. Tenía mucho que decir sobre las condiciones de vida extremadamente penosas que padecían sus hijos en aquellos momentos. Sin embargo, cuando un periodista se acercó a ella, la primera pregunta que formuló fue: «¿Si se trata de un encuentro sobre la pobreza, ¿por qué usted no tiene aspecto de pobre?». Escuchar esta pregunta le impidió responder. No tenía ganas de explicar que había pedido prestada la falda para poder sentirse orgullosa y caminar con la cabeza bien alta por los pasillos de una institución tan prestigiosa como las Naciones Unidas. Las ideas preconcebidas del periodista sobre las personas pobres le encerraba en un esteriotipo en vez de brindarle la oportunidad de hablar de lo que había aprendido a partir de su experiencia.
- Otra manera de silenciar a los pobres es manipular sus palabras. Por ejemplo, en África del Oeste, en ocasiones, los periodistas entrevistan a las niñas y niños que viven en la calle. De vez en cuando un periodista invita a un restaurante a varias niñas o niños como contrapartida por sus historias. Sin embargo, en una situación de poder tan desigual, los menores rápidamente tienen la sensación que deben al periodista una historia lo más dramática posible. Lo que cuentan en esta situación puede o no ser cierta, pero, independientemente de ello, más tarde, puede inducirle a pensar que: «Al hablar a un extranjero de mi familia de esta forma les ha humillado». Algunos menores se arrepienten tanto de sus palabras que la entrevista les empuja a no volver nunca más a sus hogares. Reconocer los derechos humanos de las personas que viven en situación de extrema pobreza exige crear un contexto de igualdad en el que cada cual puede prepararse y sentirse libre de expresar lo que juzgue más importante. ATD Cuarto Mundo y otras ONG han creado un instrumento que puede ayudar a todas las personas a lograrlo. Este documento es: «Hacer que los derechos humanos sean una realidad efectiva para las personas que viven en situación de extrema pobreza: Manual para la implementación de los Principios Rectores de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos«.
Carrie Supple, directora de Journey to Justice [Viaje a la Justicia], también intervino. Su organización utiliza la fuerza de la música, de la poesía y de otras expresiones artísticas para presentar la historia de los movimientos de los derechos humanos y poder inspirar e infundir fuerzas a quienes en la actualidad quieren luchar en favor de la justicia social. La exposición itinerante «Jouney to Justice» [Viaje a la Justicia] narra la historia desconocida de personas comprometidas con los movimientos de defensa de los derechos cívicos en Estados Unidos de América, estableciendo vínculos con los movimientos por el cambio, pasados y presentes, en el Reino Unido. La exposición, que se dirige especialmente a jóvenes y estudiantes, se ha expuesto en Newcastle, en la región de Sunderland, en South Yorkshire y en el Este y Sur de Londres. Se presentará en Nottingham el 1º de abril. Carrie explicó que:
- «Ponemos énfasis sobre el poder transformador de las historias que nunca se han contado sobre personas que han participado en la lucha por los derechos humanos: podemos reconocernos en sus experiencias. Trabajamos fundamentalmente con personas vulnerables o en situación de pobreza. Los temas importantes son: el trabajo solidario, la cooperación, la responsabilidad colectiva e individual. Necesitamos establecer un equilibrio entre hombres y mujeres. Como dijo Fannie Lou Hanner, agricultora y uno de los baluartes del movimiento de defensa de los derechos cívicos: «Nadie podrá ser libre hasta que todas las personas lo sean».
Meera Tiway de la Universidad de East London habló del hecho que la educación de las mujeres mejora considerablemente la salud de sus hijas e hijos. Pero, una de las dificultades existentes es que muchas mujeres viven en situación de pobreza y no se considera que sean dignas de educación. En una de sus visitas a India, se sorprendió al escuchar a una mujer que, cuando llamaban a su puerta, respondía, : «No hay nadie en casa». Como si su propia existencia no tuviera la menor importancia. Además, hizo referencia a un estudio reciente que demuestra que «las aspiraciones sobre el éxito ponen en evidencia que existe una desigualdad entre hombres y mujeres en las diferentes disciplinas académicas«. Meera explicó que «estas ambiciones se crean cuando afirmamos a nuestros menores que un hombre cuando tiene éxito es porque es brillante y que una mujer en la misma situación tiene que esforzarse mucho. Debemos cambiar nuestra perspectiva».
La última en tomar la palabra fue Santosh Dass, fundadora y vicepresidenta de la Alianza contra la Discriminación de Castas. Habló sobre la existencia de discriminaciones en el Reino Unido, en función de la pertenencia a diferentes castas, una realidad que no reconoce la Ley de Igualdad de 2010, que hace de la étnia y el género «características protegidas», pero no así de la casta. Santosh puso como ejemplo preciso una mujer de avanzada edad india residente en el Reino Unido cuyo su personal sanitario descuidaba su atención y la imposibilidad para la mujer a la hora de interponer una denuncia ante la justicia, pese a la existencia de la Ley. Dass afirmó: «Para mí, es una cuestión clara y sencilla. Si tenemos leyes en el Reino Unido para proteger a las personas más vulnerables de otras discriminaciones basadas en la edad, el grado de discapacidad, el género, la etnia o la identidad sexual; ¿por qué no protegerles también contra las discriminaciones en razón de su casta? La legislación puede ayudar a la prevención, especialmente, como hemos sugerido, hacia aquellas personas que no están en capacidad de participar en el diálogo necesario para hacer que las cosas progresen. La ley no debe servir para dividir a las comunidades, sino que puede ayudar a apoyar las buenas prácticas y los comportamientos adecuados».