Una lucha común por el derecho a la vivienda
En Budapest, Hungría, «A Város Mindenkié» o «La ciudad es de todos» es un movimiento social de movilización ciudadana. Sus activistas son personas sin hogar o con viviendas precarias así como personas que se solidarizan y que luchan juntas por el derecho a la vivienda y la justicia social.
Por Jutka Lakatosné, László Murányi y Anna Alexandrov (Hungría).
En «La ciudad es de todos» intentamos establecer un contacto permanente con personas que viven en viviendas precarias o sin domicilio para crear nuevos lazos y asegurarnos de que las cosas les van bien.
El objetivo es que nadie permanezca así, ignorado de todos los demás. No es normal que nadie vaya a su encuentro para ayudarles.
Jutka, miembro de «La ciudad es de todos» y que vive ella misma en una chabola, explica nuestra forma de trabajar:
«Es un espacio y un contexto que se fundamenta en la tolerancia, donde las personas que viven en situación de pobreza toman las principales decisiones y desempeñan realmente un papel importante en la lucha. Luchamos por nuestros propios derechos y no se hace ninguna diferencia entre las personas activistas en situación de pobreza, ya que trabajamos todas juntas. Se acepta a todo el mundo y todas las personas son dignas de confianza. En Hungría cuando nos casamos decimos que nos casamos «para lo bueno y para lo malo» hasta que la muerte nos «separe». Sería estupendo que el mundo funcionara también así, y que todas las personas hicieran un frente común, para lo bueno y para lo malo».
Lászlo se unió al proyecto «La ciudad es de todos» gracias a una persona que conoció en un centro para personas sin hogar. Nuestro trabajo le ofrece «la oportunidad de desarrollar nuevas capacidades». Yo diría que la unión y el trabajo conjunto fortalece a las personas y cuantas más personas trabajen juntas, más fuertes serán.
No todas las personas que participan en nuestra movilización tienen que ser necesariamente pobres. Por ejemplo Anna, que se ha unido a nosotros hace poco como colaboradora o aliada, quería unirse a un grupo «que trabajara junto con personas que viven estas injusticias». No es posible ayudar desde el exterior,
Lo más importante son las personas en situación de pobreza porque son ellas las que quieren y pueden luchar por sí mismas. Es mucho más real. Este es el principal mensaje que me gustaría transmitir a todas las personas que intentan sumarse a un grupo de militantes: no podéis decir a los demás lo que tienen que hacer.
Cuando «La ciudad es de todos» descubre que se han construido covachas en algún lugar, el comité de coordinación se reúne y pregunta: «¿Quién puede ir?».
Después, se organiza una «Reunión mundial de covachas»: el grupo ayuda a acondicionar un lugar abierto a todas las personas y ubicado cerca de las viviendas informales donde cada persona puede venir y hablar de cualquier cosa. El nombre de este tipo de encuentros es un poco raro, pero su principio es el mismo que un picnic. Todo el mundo puede venir, ya seas aliado (activistas que tienen una vivienda) o una personas sin hogar que viven en situación de pobreza. Todos juntos preparamos los bocadillos, traemos el agua, se extienden las alfombras por el suelo, se sientan con la comida e invitan a las personas que viven allí a venir. Después son estas últimas personas quienes deciden si quieren sumarse o no, tanto para participar a las acciones «La ciudad es de todos» como simplemente para mantener el contacto.
El objetivo es no dejar a nadie atrás o ignorado. Así, los miembros de «La ciudad es de todos» pueden mantener el contacto, hablar con ellos y ayudarlos.
En el distrito 19 de Budapest hay un bosque que llaman «el bosque de Sherwood». Algunas personas viven en covachas (kunyhó en húngaro) que ellas mismas han construido con restos de madera, plásticos o todo tipo de material que pueda servir y que otras personas que no necesitaban han desechado.
Hace varios años se organizó una Reunión mundial de covachas en una parte del bosque de Sherwood. Allí vivían entre diez y quince personas sin hogar desde hacía cerca de quince años, entre otros, una pareja que desempeñó un papel fundamental en el grupo, Erika y János, que además eran miembros fundadores de «La ciudad es de todos». Estas once personas que vivían en el bosque de Sherwood estaban unidos como si formaran parte de una misma familia.
Como la ley prohíbe la construcción de viviendas en este bosque, las autoridades forestales ordenaron la expulsión de estas personas, juntos, decidimos actuar. Fuimos a hablar con las autoridades forestales, con el vicepresidente del distrito y con el personal del ayuntamiento. Pedimos que se les proporcionara una vivienda alternativa a estas personas que querían expulsar del bosque.
Después de meses de diálogo y debate, por último, se llegó a un acuerdo: para empezar, el ayuntamiento ofrecería dos viviendas a estas personas. Las personas que vivían en las covachas tendrían que realizar las labores de renovación de las viviendas en las que iban a vivir. Otra organización Utcàról Lakàsba Egyesület (De la calle a la vivienda) se encargó de colaborar con los trabajos de renovación y se hizo un llamado para conseguir las herramientas y material necesarios. Personas voluntarias vinieron a colaborar con la obra, y no solamente miembros de «La ciudad es de todos», sino también simpatizantes y amigos. También el ayuntamiento colaboró con una pequeña contribución.
A día de hoy han sido realojadas seis personas en los apartamentos ahora completamente renovados. Actualmente hay otra vivienda en proceso de renovación y se proporcionarán otras dos el próximo año. De este modo todas las personas de ese grupo de viviendas informales que siguen con vida podrán tener un techo propio.
Desgraciadamente esto no será posible para Erika y János. Erika murió en un centro para trabajadores antes de que pudieran trasladarla a su propia vivienda. János al año siguiente corrió la misma suerte, pero pudo disfrutar su vivienda durante un breve periodo.
Hoy, gracias al trabajo realizado por los miembros de «La ciudad es de todos», hay dos ayuntamientos que ofrecen viviendas a las personas sin hogar. El ayuntamiento del distrito 10 ofrece dos viviendas al año a personas que viven en viviendas informales o en situación de calle. Es un auténtico cambio.
Incluso si las autoridades locales emprenden buenas iniciativas y después hacen algo injusto, «La ciudad es de todos» se manifestaría,
- porque no hay ninguna situación de injusticia contra la que no luche «La ciudad es de todos».
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