Un llamado a confrontar nuestras ambiciones
La mayoría de proyectos que ATD Cuarto Mundo lleva a cabo en el ámbito de la educación, se han establecido progresivamente a partir del encuentro con un niño de una familia muy pobre.
Motivado por su sed de aprendizaje, el equipo busca una solución, creando acciones educativas colectivas o comunitarias que beneficien a todos y a todas. Asimismo, es la escucha activa de los reclamos de los niños, de varios países del mundo, lo que determina al Movimiento a llevar aún más lejos su ambición de una educación de calidad para todas y todos, en sus acciones y en su activismo, haciendo de esto, una prioridad común.
Sarah Ortega, voluntaria permanente filipina, narra el reclamo de uno de esos niños, que nos invitó a ir más allá.
Aprender de los logros de nuestras acciones en el ámbito de la educación
Sarah organizó bibliotecas de calle y actividades para niños en Manila durante años, antes de pasar 8 años en Francia para ahí llevar a cabo otras misiones. A su regreso a Filipinas, en 2003, la primera persona con quien se encontró fue a Cathy, una mujer en situación de pobreza que conoció de pequeña, en una biblioteca de calle.
En el transcurso de su reencuentro, Cathy se dirigió a Sarah de una manera que la impresionó tanto, que más tarde Sarah escribió:
- Cerca, pero distante
- Aún escucho el eco de tu voz cuando decías:
“Vuestras cosas con los libros, ¡son tonterías!”
Te quedabas alejada de nosotros, alejada de los otros niños. Pero todos los sábados, ahí estabas a pesar de todo, observándome como un guardia, con la mirada afilada, llena de reproches.
Tenías 10 años cuando te conocí. Vivías bajo un puente con tu familia. Bajo un puente, un lugar que tú llamabas “mi hogar”.
Eras orgullosa cuando eras niña, orgullosa como tus padres, y con frecuencia decías:
”Mis padres nunca me dejarán mendigar en la calle”.
Nos hizo falta tiempo para conocerte, ya que estabas cerca, pero distante a la vez.
Entonces un día, nos volvimos amigas. Leímos muchos libros, juntas y tú te acordabas de casi todos los cuentos. Hicimos muchas actividades diferentes con los otros niños. Nos divertimos mucho. Compartiste tus pensamientos y tus sentimientos - Compartiste tus sueños. Soñabas con ser maestra, y con tener una casa para tu familia. Querías ser alguien. Soñabas con ser como esas personas que tú llamabas “las personas con libros”.
- “Que todos los niños tengan las mismas oportunidades”
Estabas con nosotros cada vez que se prestaba la ocasión o cuando había reuniones. Aún tengo tu imagen en mente, fue hace 14 años, durante una gran reunión por la inauguración de una placa en honor a los más pobres. Nosotras estábamos entre la multitud, y tú y tus amigos frente a muchas personas, , ¡incluso el presidente del país estaba ahí! Tú estabas bien vestida, como todo el mundo, y cargabas una pancarta con nombres de niños del mundo entero. Sobre las banderas, se podía leer: “Queremos que todos los niños tengan las mismas oportunidades”.
Queríamos una suerte como la de quienes tienen una buena educación y para ti, queríamos la oportunidad de ir a la escuela. Una suerte como la de quienes tienen casas bonitas y para ti, la oportunidad de vivir en una casa de verdad y no bajo un puente.
Y entonces un día, tuve que despedirme de ti, me fui a un país extranjero para conocer otras personas, otros niños como tú. - Tú seguiste creciendo a pesar de las dificultades de la vida. La vida se volvió tan difícil para ti y tu familia que no pudiste seguir yendo a la escuela. Incluso durante esos años, cuándo la vida fue tan dura para ti, seguiste creyendo y confiando en quienes llamabas “las personas con libros”. Seguiste recibiendo a los nuevos voluntarios. Ellos también se convirtieron en tus amigos y como yo, te abandonaron después de cierto tiempo para irse a otra parte.
- “Seguimos tan pobres como cuando éramos niños”
Después de pasar ocho años en Francia, regresé a Manila y nos volvimos a encontrar.
La primera reacción que tuviste hacia mí fue la siguiente: ”Míranos, seguimos tan pobres como cuando éramos niños. Aún vivimos bajo el puente. Ninguno de nosotros se volvió rico o exitoso, al contrario, ¡algunos incluso están en la cárcel!”
Recibí ese mensaje como una cachetada en pleno rostro. Esto hizo que me sintiera mal, que me sintiera culpable.
¿Qué voy a hacer ahora?
¿Qué esperan de mí?
Me enfrento a la realidad, de aquello en lo que te has convertido. ¿Debo volver a empezar desde el inicio para conocerte de nuevo, como cuando eras una niña? - Entre los niños
Desde hace ya varios años, les traes libros a los niños.
Un día, me pediste que te acompañara bajo el puente. Frente a los niños, pude ver la manera en que los recibías. Mientras les contabas cuentos, veía como los niños te observaban maravillados. Aquillo me hizo verte con mucho respeto y reconocimiento. Estás entre los niños, llena de vida, llena de energía.
Sigues siendo tan orgullosa como cuando eras una niña.
Me presentaste a los nuevos niños.
Son los hijos de los niños que conocí en la biblioteca de calle bajo el puente.
Son los niños de Niknoy, Tina, Mayette, Julius, Rowelson, Charlita, Jobeth Benjie, y muchos otros1.
Volver a ponerse en movimiento
Sarah admira la persona en la que Cathy se ha convertido, pero la frase « Míranos, seguimos tan pobres como cuando éramos niños” no deja de perturbarla. Sarah y su equipo tomaron el reclamo de Cathy tan en serio, que hicieron de ello un punto de partida sobre las acciones de la biblioteca de calle de Manila2 que condujo progresivamente a redefinir la biblioteca de calle de Manila por completo.
¿Qué acciones podemos nosotros imaginar con las familias y sus comunidades para apoyar la educación de los niños, con la finalidad de que no vivan la misma vida de pobreza que sus padres? ¿Qué medios podemos nosotros imaginar juntos para alcanzar un verdadero ascenso social y cultural de los niños más pobres?
Apoyar prioritariamente, el acceso a una educación de calidad
Desde 2013, preguntas similares han sido hechas en numerosos lugares de implantación del Movimiento, frente al escándalo de la persistencia de la pobreza generación tras generación. Las familias en situación de gran pobreza, daban testimonio de la persistencia de obstáculos en la escolarización de sus hijos, a pesar del progreso en el acceso gratuito a la escuela en sus respectivos países (costos escolares ocultos, imposibilidad de inscribirse sin acta de nacimiento…). Dichas failias aseguraban que si sus hijos lograban acceder a la escuela, la abandonaban siempre demasiado pronto y, sobre todo, sin haber adquirido los conocimientos básicos. Las familias lamentaban la mala calidad de la enseñanza impartida a los niños más pobres y lla ineducuación de los contenidos escolares en relación a las necesidades existentes y las posibilidades de empleo en sus comunidades. Los niños más pobres daban testimonios de cómo sus posibilidades de aprender eran asfixiadas por las estigmatizaciones y los sufrimientos padecidos en los sistemas escolares que cultivan la cultura de la competición
Ese mismo año, el movimiento internacional ATD Cuarto Mundo decidió por lo tanto apoyar de forma prioritaria el acceso a una educación de calidad para todos y todas, en sus acciones y su activismo.
El Movimiento se organizó para apoyar los esfuerzos de los equipos comprometidos con los niños, o que experimentaban proyectos en el campo de la educación. De 2015 a 2018, mediante una serie de seminarios, estos equipos de países diferentes pudieron aprender mutuamente de sus éxitos para que sus aprendizajes mutuos inspiren acciones que puedan ser emprendidas en el futuro.
Después, la pandemia de Covid 19 provocó el cierre de las escuelas durante largos meses (¡incluso uno o dos años!) en varios países. Muchos jóvenes se encontraron, concretamente, privados de la enseñanza de competencias prácticas necesarias para su acceso al mundo laboral. La desaparición de bases y garantías (desaparición relacionada con la privación de bienes culturales) ha afectado la construcción de una relación serena, de confianza y creativa con el mundo y con el futuro, para estos jóvenes.
En la actualidad, numerosos equipos de ATD Cuarto Mundo buscan reunirse con estos niños, algunos de los cuales están incluso aún más encerrados en sí mismos y por ende son más difíciles de alcanzar que antes. Algunos equipos retoman acciones después del tiempo de parón que ha habido, otros trabajan construyendo nuevas acciones a partir de la realidad de los jóvenes de esta generación, dañada por los impactos de las crisis sucesivas: sanitarias, climáticas y políticas. Todos estos equipos buscan, junto con los padres y sus comunidades, maneras de reparar los daños ocasionados en el desarrollo de los niños por la desestabilización de las instituciones.
Una serie de historias de éxito para alimentar la esperanza y la creatividad
Para estos equipos y para todos los educadores y educadoras (padres, enseñantes, animadores, militantes de las comunidades) implicados en la lucha contra la gran pobreza y contra sus efectos perjudiciales en los niños, quisiéramos recolectar y poner a disposición el fruto de estos 10 años de trabajo del movimiento en el campo de la educación.
Para ello, publicaremos en esta página de internet una serie de 12 artículos, todos los últimos lunes de cada mes, relatando las historias de éxito ganadas en el campo de la educación por la movilización colectiva de los equipos, los niños, los padres y las comunidades.
El objetivo de esta serie es alimentar la esperanza y la creatividad de los equipos y de toda persona comprometida con los niños y compartir las energías inspiradoras que surgen de estas experiencias. Esperamos que compartir estas historias de éxito contribuya a la expansión del repertorio de ideas, de acciones y de gestos posibles con respecto a los niños de las familias más pobres, permitiendo su pleno desarrollo. Esperamos que en el transcurso de estas publicaciones se marquen las líneas de fuerza de una pedagogía de lucha contra la persistencia de la pobreza de generación en generación.
La serie es una invitación a un gran viaje intercontinental.
Descubriremos cómo los niños que viven en el cementerio de Manila, en Filipinas, retomaron el gusto por la escuela gracias a las acciones creadas por los miembros de ATD Cuarto Mundo con su comunidad, seguiremos la movilización de una comunidad rural en Brasil para obtener la apertura de una escuela pública que imparte educación de calidad; seguiremos el combate de una madre en Tanzania por la escolarización de sus hijas.
La primera parte de nuestra serie estará dedicada a las acciones que sostienen los padres y cuidan de los vínculos familiares. El dicho: “hace falta todo un pueblo… para educar a un padre que educa a un niño” es un resumen perfecto de las historias por venir.
Tenemos pues una cita el mes que viene para descubrir la historia de Florent Bambara, voluntaria permanente de ATD Cuarto Mundo, quien nos contará la «reconciliación» de un niño encontrado en la calle por el equipo de voluntarios de Uagadugú, con su familia.