«De la desconfianza a la complementariedad», era el tema abordado en la última coformación en Cruce de Saberes organizada por ATD Cuarto Mundo con profesionales¹ y familias con experiencia como usuarios de sus servicios, pero también con experiencia de la pobreza y la exclusión social. Un título que dice mucho sobre las dinámicas que en ocasiones definen el encuentro entre personas en situación de pobreza y los servicios sociales.

Esta coformación se realizó a partir de una solicitud del Servicio de Menores del Consejo CAAJ² del Distrito de Verviers (Bélgica). Durante cuatro días, entre diciembre de 2017 y febrero de 2018, catorce profesionales, cinco miembros de familias y militantes Cuarto Mundo y cuatro facilitadoras, se reunieron en Dison (Bélgica) para cuestionar sus respectivas representaciones así como para reflexionar conjuntamente sobre las relaciones entre los servicios de Atención al Menor³ y las familias que viven en situación de pobreza extrema.

Para algunos profesionales, esta coformación era un primer paso necesario para permitir que esas relaciones pudieran mejorar:

• «Ha llegado el momento de reunirnos entre servicios, pero, sobre todo, en presencia de familias con quienes estamos llamadas a trabajar. Todos constatamos que el sistema de Atención al Menor puede, en ocasiones, producir un efecto contrario al que se persigue» (François Desart, trabajador social en atención en medio abierto en la organización Le Cap).

Desde la perspectiva de las familias, este encuentro también era significativo para lograr que algunas cosas cambien, sobre todo para familias, que no siempre logran hacerse entender. Para algunas, el diálogo con estos servicios no siempre es, en efecto, fácil: «Las familias han vivido una relación bastante dolorosa con los servicios de Atención al Menor» (Béatrice Paquet, militante Cuarto Mundo de Saint-Gilles).

• En contextos muy desfavorecidos, la retirada institucional de un menor es una realidad a la que se enfrentan muchas personas, ya sea como menor o como padre-madre, y que deja huella.

Muy rápidamente los participantes abordaron la cuestión del miedo:

• «Nos hemos dado cuenta que el miedo que viven las familias está omnipresente y esto, independientemente del tipo de servicio implicado. Para los servicios de Atención al Menor, de manera evidente, cuestiona y, en mi opinión, prueba que el sistema actual tiene sus límites» (François Desart)

Este miedo constituye uno de los motivos de la desconfianza que perciben las familias cuando se reúnen con los servicios sociales. Por otra parte, las familias militantes han entendido que los profesionales, durante sus intervenciones, también tienen miedos: miedo a tomar riesgos, a decir claramente las cosas. Lo que puede conllevar que juzguen muy rápidamente una situación o que se sitúen en una actitud de sobreprotección.

• «No toman tiempo para entenderte. No te escuchan lo suficiente» (Béatrice Paquet).

El hecho de tomar el tiempo suficiente para hablar y entenderse parece, sin embargo, indispensable, tanto para las familias como para los profesionales:

• «Me he dado cuenta a lo largo de estos cuatro días que nosotros, los profesionales, muy rápidamente pensamos que entendemos a las personas y, ¡nada de eso! Nunca podremos realmente entender lo que viven las personas a quienes acompañamos, no hemos padecido las mismas dificultades. Dicho esto, pienso que para avanzar hacia una mejor comprensión mutua entre familias y profesionales, debemos pasar por el encuentro».(François Desart)

«Tomar el tiempo» significa asimismo prestar atención a las palabras que utilizamos y garantizar que se entienden bien. Con frecuencia, los profesionales utilizan un lenguaje muy técnico, práctica que convive mal con el miedo a ser juzgado si se admite que no se comprenden algunas palabras.

La tarde del último día de la coformación se celebró una sesión de retransmisión pública. Quienes asistieron a la formación pudieron presentar de manera participativa a sus compañeros y responsables las distintas reflexiones e ideas que surgieron a partir de los cuatro días de trabajo, y de paso reafirmaron el deseo de observar cambios en el ámbito de la Atención al Menor:

• «Creo que tenemos que volver a los principios que animaban la acción de los profesionales durante la creación del Decreto de Atención al Menor de 1991. Actualmente, celebramos la obtención de tantas plazas suplementarias en las instituciones de acogimiento, pero,  ¿se trata verdaderamente de una solución? ¿No tendríamos que «militar» por que se nos permita trabajar de otra forma?» (François Desart).

Este decreto disponía asimismo que la situación de acogimiento tenía que ser lo más corta posible, teniendo como objetivo el retorno a la familia, respetando de este modo el derecho a vivir en familia. Sin embargo, y este ha sido uno de los principales elementos de toma de conciencia por parte de los profesionales durante la coformación, con mucha frecuencia se entiende el bienestar del menor de manera separada al bienestar de padres y madres, lo que en ocasiones tiene repercusiones graves para ambos:

• «Si las madres y padres están bien, los menores también lo estarán. Porque hablamos siempre de los menores y no nos ocupamos de las madres y de los padres. Si no nos hacemos cargo de ellos, nunca funcionará, el menor siempre se sentirá mal. Es importante prestar también atención a las madres y a los padres para que los menores estén bien». (Manu Vandericken, militante Cuarto Mundo de Charleroi).

Apoyar a la familia y considerarla como una unidad significa, por lo tanto, proponer un enfoque más completo. El retorno a una reflexión sobre el derecho a vivir en familia se impuso como un elemento indispensable para el progreso del ámbito de la Atención al Menor.

1. Los diferentes servicios que participaron fueron: Service d’Aide à la Jeunesse, Service de Protection Judiciaire, l’Aide en Milieu Ouvert «Le Cap», Service d’Aide et d’Intervention Éducative «Familien», Centre d’Orientation Éducative de Verviers, SOS «Parents-Enfants», CPAS de Pepinster y l’Office de la Naissance et de l’Enfance de l’Aide à la Jeunesse
2. Un organismo que reúne a profesionales del servicio de menores, educación y justicia, concejales y parlamentarios de la Federación Valonia-Bruselas.
3. services de l’Aide à la Jeunesse