La pobreza, ¿aumenta o disminuye?
Responder a esta pregunta es muy difícil, porque la respuesta depende la definición de pobreza que se adopte y de los indicadores numéricos que se utilicen. Algunas medidas pueden dar como resultado el apoyo a personas y poblaciones que viven en la precariedad, dejando de lado a aquellas que están en la extrema pobreza y haciendo que su vida sea todavía más dura…
Un ejemplo para entender mejor: El indicador “PIB por habitante” de un país sirve para comparar la pobreza de un país con la de otro y también la pobreza de un año respecto a otro en un mismo país. Se utiliza muy frecuentemente. Se obtiene dividiendo el indicador del PIB de un país entre el número de habitantes. Si la riqueza del 10% de habitantes más ricos de un país aumenta, el PIB aumenta, dando así una subida en este indicador, mientras que no dice nada sobre si la situación de las personas más pobres ha mejorado.
La ONU lanzó en el año 2000 los objetivos del Milenio, de los cuales el más conocido es reducir a la mitad el número de personas que viven con menos de 1 dólar por día (en en año 2009 1,25 dólares). Este objetivo es injusto, porque no marca qué objetivos se tienen respecto a la otra mitad que se queda por debajo de este nivel y cuya situación puede empeorar al mismo tiempo. Constatamos por ejemplo que las personas y poblaciones más pobres son las que pagan más caro el precio de las crisis alimentarias, financieras y económicas actuales.
Por eso el Movimiento ATD Cuarto Mundo pide que no nos basemos solamente en las cifras, sino que tomemos también en cuenta el punto de vista de las personas en situación de pobreza para responder de manera seria a esta cuestión. Demanda también que si se constata que la situación de un cierto número de personas ha mejorado en tal o cual área, nos esforcemos también en entender porqué no ha mejorado para todos los demás. Porque posiblemente será así como se podrán mejorar las políticas puestas en marcha para que nadie sea dejado de lado.