Nace la esperanza, aprendo a leer
Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
La siguiente historia está escrita por Jenifa Mlonwa (Tanzania)
Mi nombre es Jenifa y soy madre de cinco niños. Trabajo en la lonja de pescado de Dar Es Salaam, en una zona llamada Lebanon situada detrás del mercado municipal. Vendo té, cocino chapatis y otro tipo de platos para vender.
Para poder sobrevivir y apoyar a la familia dejé mi casa muy joven y limpiaba casas. Hasta que me casé tuve que hacer muchos sacrificios, pero cuando nos casamos nuestra situación mejoró;
- aunque siempre he sufrido mucho por no saber leer ni escribir. No tenía ninguna posibilidad de encontrar un trabajo mejor porque cuando me pedían leer no podía hacerlo y me sentía muy mal por ello.
La esperanza de poder cambiar esta situación comenzó cuando conocí a Rachel y a Laurent, dos voluntarios permanentes de ATD Cuarto Mundo.
- Ellos me invitaron a asistir a clases de alfabetización. Aunque al principio era tímida, me mostraba preocupada e insegura; intenté asistir a todas las clases.
Mi vida está aún llena de dificultades y en ocasiones tengo que faltar a clase pues empiezo el trabajo a las cuatro de la madrugada, trabajo durante todo el día y no paro de hacer cosas. Todos los martes, jueves y viernes hago todo lo posible por asistir al grupo de alfabetización, aun cuando tengo que cargar con los enseres y con la comida que vendo.
No siempre es fácil.
Al principio uno de los mayores retos que tenía que afrontar era el juicio de las personas de mi entorno, sus palabras desagradables y sus burlas. Siempre se reían de mí cuando me veían dejar el trabajo para ir a clase.
Pero ahora, estoy decidida a hacerlo.
Sé que necesito hacer muchos esfuerzos para conseguirlo, pero aquí estoy, me agrada pertenecer a este grupo y verdaderamente, ¡hay un buen ambiente!
En el grupo nos prestamos mutuamente atención para garantizar que no dejamos a nadie atrás. Las profesoras y profesores nos apoyan y acompañan nuestros avances, cada cual a su propio ritmo. Su forma de enseñar es muy dinámica y se puede ver que están comprometidos y que les gusta lo que hacen.
Actualmente mi vida ha cambiado. Antes me sentía discapacitada, incapaz de comunicar y siempre en silencio.
- Ahora puedo leer lo que pone en los envoltorios, comprar al mejor precio, devolver el cambio exacto e incluso he dejado de perder dinero en mi pequeño negocio. También hay cambios en mi vida y en la de mi familia. Ahora puedo pasar tiempo leyendo y escribiendo con mis hijas e hijos; buscamos el modo de apoyarnos mutuamente y están orgullosos de mí. Estoy muy satisfecha por todo esto, me hace sentir orgullosa de quién soy.
Nunca pensé que un día tendría esta oportunidad y pienso en todas las personas que no tienen la oportunidad de ir a la escuela. Me gustaría decirles que tienen una oportunidad como esta, que no duden, deben ir a estudiar porque al estudiar con otras personas podemos dar los primeros pasos para superar la ignorancia.
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