Música y gran afluencia en el Festival de Conmemoración del Día Mundial del Rechazo a la Miseria realizado en Bolivia el 17 de Octubre de 2011
El festival del 17 de octubre tuvo lugar en la plaza San Francisco de la ciudad de La Paz, gracias a la colaboración de la Oficialía Mayor de Cultura que brindó el espacio y un escenario óptimo para la presentación de los distintos artistas y discursantes. Entre los invitados destacados se encontraban La Asamblea Permanente de Derechos Humanos en Bolivia, la Defensoría del Pueblo e instituciones que participaron con sus respectivos stands. Por la noche se tuvo el honor de contar con el Defensor del Pueblo Rolando Villena Villegas y artistas de la talla de Luis Rico que felices expresaron su compromiso de juntos promover una sociedad igualitaria, sin discriminación y sin violencia.
El 17 de octubre de 1987, defensores de los derechos humanos y del ciudadano de todos los países se reunieron en la Plaza del Trocadero, Paris, para rendir homenaje a las victimas del hambre, de la ignorancia y la violencia. En tal ocasión se presentó de manera pública la placa conmemorativa con la inscripción “Allí donde hay hombres condenados a vivir en la miseria, los Derechos Humanos son violados, unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado” pensamiento del Padre Joseph Wrensinski, fundador del Movimiento Internacional Cuarto Mundo. Desde entonces se conmemora cada año en tal fecha el Día Mundial de Rechazo a la Miseria.
“Construir comunidades sin exclusión compartiendo el saber, la cultura y el arte”, ese fue el lema que encabezó el festival del 17 de octubre en La Paz-Bolivia, desarrollado en conmemoración al Día Mundial del Rechazo a la Miseria. En tal oportunidad, además de artistas, se tuvo la presencia de más de un centenar de militantes, aliados, autoridades e instituciones invitadas comprometidos en la lucha contra la miseria. Ellos expresaron su constante compromiso por erradicar de una vez por todas, la discriminación y el rechazo que muchas familias sufren debido a su condición socio cultural.
“Todavía hay muchas personas humildes que están encerradas en el silencio. Da miedo hablar con ellas porque algunas se molestan. Pero no hay que dejarlo así” fue el testimonio de doña Celia Chirinos, madre de familia que asiste de forma regular a las Universidades Populares Cuarto Mundo y a otras actividades de la Casa de la Amistad en la zona de Senkata. Tal pensamiento no hace más que reforzar nuestro compromiso a combatir los males de la sociedad en contra de los más desposeídos y necesitados.
“La miseria son hombres sin dinero, sin casa o algún objeto de valor. Hombres que no tienen trabajo, que sufren y cuando eso pasa no tienen un lugar donde vivir y los niños no estudian”, esa fue una parte de las declaraciones de Jhonn Mamani, quien es un niño que asiste a las Bibliotecas de Calle que se realizan en la ciudad de El Alto. Tal discurso provocó un aplauso general y extendido entre los concurridos al festival y nos hace comprender de que los niños son concientes de qué consecuencias puede provocar la extrema pobreza en sus propias familias y que son luchadores activos contra las injusticias que viven día a día.