El mundo debe cambiar | Isabelle Pypaert Perrin
- «La miseria perdura. Las familias se siguen viendo afectadas, pero los hombres y las mujeres no son los mismos.
- Se han alzado, hablan, piensan. No se contentan con soñar, sino que saben que gracias a sus esfuerzos, el mundo está obligado a cambiar, se han convertido en agentes de la erradicación de la miseria».
- Joseph Wresinski
El año 2017 celebramos el centenario del nacimiento de Joseph Wresinski. Cien años de una larga marcha. Nuestro movimiento nació en el corazón de un niño forjado en la humillación y la rabia de tener que salir cada noche para ganar algunas monedas para su familia. De su madre heredó su sentido del coraje y el orgullo de quienes sufren con frecuencia las miradas de desprecio.
Con motivo de este aniversario no puedo impedir plantearme las siguientes preguntas: Después de todos estos años, ¿qué hemos logrado?
¿Cómo dejar de ver esta miseria que todavía sigue presente en nuestras ciudades, nuestras periferias, nuestros pueblos?
¿Cómo podemos permanecer ciegos frente a todas estas injusticias, este sufrimiento, estas desgracias? ¿Cómo dejar de percibir este ambiente nauseabundo que reina en nuestras sociedades contra quienes, con frecuencia, tratamos de despreciables, parásitos o aprovechados?
El padre Joseph luchó para erradicar la miseria. Tuvo el valor de afirmar que se podía destruir. Junto a él, hemos iniciado la movilización y, sin embargo, la miseria sigue siempre ahí.
Entonces, ¿qué hemos logrado? ¿Tendríamos que abandonar, renunciar a nuestra sed de justicia, de paz,de felicidad para todas las personas?
Hemos logrado algunas victorias, algunas voces se han alzado, hemos realizado algunas acciones, algunas leyes se han votado, la miseria se ha reconocido como una violación de los Derechos Humanos.
Algunas personas se alzan, libres, orgullosas, participan, son socios activos. Me preguntan con frecuencia cuántas. Yo contesto «muchas y en todo el mundo». Pero también me pregunto; ¿cuántas personas han cambiado su mirada hacia los pobres gracias al Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo?
El padre Joseph sabía que, como sucedió con la abolición de la esclavitud o del apartheid, despertar el corazón y la inteligencia de todas las personas frente al carácter intolerable de la miseria es una lucha encarnizada y a largo plazo.
Conocía el desamparo y el sufrimiento de las personas más pobres, pero también su tenacidad a la hora de recomenzar cada día la búsqueda de esperanza y paz. Durante toda su vida no cesó de movilizar, de despertar a las personas, una a una: hombres y mujeres de la miseria, pero también diplomáticos, responsables de empresas, carpinteros, policías, agentes de salud, asistentes sociales y tantos otros.
Hoy en día, esos hombres y esas mujeres ponen en práctica su convicción de que la construcción de la sociedad debe realizarse con y a partir de las personas más pobres.
Estimadas amigas, amigos, queda todavía tanto por hacer. ¡Atrevámonos a hablar de este movimiento que nació en el seno de los más pobres!
¡Atrevámonos a hablar de nuestros compromisos en nuestro entorno!
Este año de celebraciones, aniversarios y movilización, ¡ invitemos a nuevas personas a sumarse a nuestra lucha!
Necesitamos a cada uno de ustedes para encontrar nuevas fuerzas, nuevas amigas y amigos, aliados y medios para proseguir.
Gracias por la esperanza y la confianza que depositan en el Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo.