Migrantes: una lucha compartida por la dignidad | Bruno Dabout
Foto: Día Internacional para la Erradicación de la Extrema Pobreza en Beirut, Líbano, con la asociación Beitouna
Intervención de Bruno Dabout, delegado general adjunto del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo durante la Marcha del Movimiento, encuentro mensual que permite al equipo de coordinación del movimiento rendir cuentas de su acción y compartir reflexiones.
El número de personas refugiadas en el mundo ha aumentado de manera alarmante. Pero, contrariamente a las ideas preconcebidas, no son los países occidentales quienes absorben a la mayor parte de personas que huyen de los conflictos armados. Las personas víctimas de estos conflictos buscan principalmente refugio en regiones o países cercanos a sus propios países. Sin embargo, estos países cercanos con frecuencia viven situaciones igualmente delicadas en materia de economía o de seguridad. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el 84% de las personas refugiadas en el mundo son recibidos en países en vías de desarrollo.
- Asimismo, la frontera entre refugiados políticos y económicos es muy difusa. Numerosas organizaciones han declarado que no se pueden separar fácilmente las situaciones entre estas dos categorías, como así dan a entender ciertos responsables políticos.
Además, la propia palabra migrante en ocasiones puede estar acompañada de una connotación peyorativa para el público en general o para los políticos.
Para Amani Al Tawhid, del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos de Al Ahram (un periódico egipcio), la cuestión fundamental de este fenómeno es la pobreza. En su opinión, para resolver esta crisis, en primer lugar es necesario encontrar las causas reales y seguidamente, tratarlas: las principales causas de la migración económica están relacionadas con la ausencia de desarrollo.
La posición de ATD Cuarto Mundo ante estas cuestiones de crisis migratorias
ATD Cuarto Mundo no pretende tomar posición respecto a ciertas cuestiones mientras no tenga un arraigo suficiente con la realidad de las personas y comunidades afectadas. Sin embargo, podemos recordar nuestro compromiso en cuanto al acceso de todas las personas a los derechos humanos y poner de manifiesto el compromiso diario de los miembros del Movimiento ATD Cuarto Mundo en diferentes lugares del mundo: Beirut (Líbano), Marsella (Francia) y Uvira (República Democrática del Congo).
En Beirut: contribuir a la convivencia entre población local y migrante
Las personas refugiadas de Siria han dejado su país a causa de la guerra y llegan sin al Líbano sin nada. En Beirut, en el barrio de Naaba, constituyen el 63% de la población. La asociación Beituna, presente en Naaba, reúne desde hace más de quince años a familias en situación de extrema pobreza y migrantes de diferentes países. El reto de lograr conocerse y convivir no es algo nuevo para sus miembros, pero la situación actual hace que sea un desafío prioritario. Es lo que explica Maya, una joven libanesa que recientemente ingresó en el voluntariado permanente de ATD Cuarto Mundo al tiempo que continúa su compromiso en Beituna. Explica que «las acciones que se llevan a cabo en Beituna tienen como objetivo afrontar este reto».
Estas acciones pretenden permitir a los habitantes de Naaba un mayor conocimiento mutuo y una mejor convivencia. En la práctica se traduce mediante la realización de una biblioteca (Maktabeh) que, cada sábado, reúne a numerosas niñas y niños de diferente procedencia y que sirve para poner en valor su cultura y su historia. También pasa por la realización de acciones comunes, por ejemplo ante los responsables del barrio, para garantizar el acceso de todas las niñas y niños, entre otros los menores refugiados, al parque público. O incluso por la acción de limpieza de las calles de Naaba con motivo de la conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Marsella: compromiso con familias romanís
En Marsella (Francia), los miembros de ATD Cuarto Mundo mantienen desde 2012 un especial compromiso con un grupo de familias romanís. Animan una Biblioteca de Calle cada sábado con estas familias a quienes acompañan siguiendo los diferentes lugares de donde son expulsados.
- El compromiso también exige estar presente tanto en momentos tristes como en momentos alegres pero también, si es necesario, llegar hasta los tribunales.
Las familias romanís habían encontrado refugio en un almacén abandonado. El propietario del lugar, el organismo público del Registro de la Propiedad de la región, hizo referencia al riesgo en materia de seguridad e higiene como consecuencia de lo vetusto de las instalaciones, para solicitar su inmediata expulsión.
Para afrontar esta situación, ATD Cuarto Mundo, junto con los abogados de las familias romanís y otras tres asociaciones, a saber: la Liga de los Derechos Humanos, Médicos del mundo y Rencontres Tziganes. En la audiencia, recordaron los textos jurídicos que imponen que se eviten las expulsiones sin realojo posterior así como tomar en consideración el interés superior de los menores, que tienen derecho a llevar una vida familiar en situación normalizada.
Este proceso judicial debe servir de ejemplo para las numerosas situaciones similares de familias (tanto romanís como otras familias) perseguidas por la policía en cada lugar desafectado donde se instalan. No se ha proporcionado ninguna solución duradera a estas familias para que puedan construir su vida.
El grupo Populations migrantes et populations d’ici, un combat commun pour la dignité [Población migrante o local, una lucha común por la dignidad] lleva a cabo una dinámica de reflexión sobre la cuestión. Este grupo lo componen miembros de ATD Cuarto Mundo que mantienen un activo compromiso con estas personas.
En Uvira, niñas y niños Tapori salen al encuentro de niñas y niños refugiados
Uvira, en República Democrática del Congo, es una ciudad situada a dos o tres horas al sur de Bukavu. Es una ciudad situada muy cerca de la frontera con Burundi donde se han producido conflictos en los años 2016 y 2017. Muchas familias de Burundi se encuentran refugiadas en Uvira.
El grupo Tapori de Uvira contó como un niño miembro del grupo vio como golpeaban a un niño refugiado burundés porque supuestamente había robado un teléfono móvil. Este niño Tapori intentó intervenir, pero a él también le golpearon. Después de este suceso, los miembros del grupo Tapori decidieron dirigirse al grupo de niñas y niños refugiados con motivo del 17 de octubre.
Para ello, antes tuvieron que lograr la autorización de sus familias, que no fue cosa fácil. El mismo 17 de octubre, las niñas y niños del grupo, junto con sus animadores, fueron al campo de refugiados pero no pudieron entrar. Ante este obstáculo, las niñas y niños Tapori decidieron salir al encuentro de niñas y niños de Burundi en las calles donde mendigan. Gracias al éxito de este encuentro decidieron realizar juntos una fiesta en la que todos pudieron tomar la palabra: Philippe (13 años): «Nosotros, los Tapori de Uvira os invitamos a que seáis nuestros amigos, yo, personalmente, no os voy a insultar ni a tirar piedras». Antoine (12 años): «Gracias por vuestra visita. Ni mi madre, ni mi padre, ni mis hermanos están aquí en Uvira. Me gustaría que me ayudarais a encontrar a mi familia».
- Olga: «En Burundi estudiaba, aquí no estudio. Recorro la ciudad mendigando, para poder comer algo por la tarde. Toda mi familia se quedó en Burundi. Nos separamos cuando se produjo un intenso tiroteo. Ahora tengo que volver a casa de mi familia. Pienso mucho en ellos».
La solidaridad que se viven en Beirut, Uvira o Marsella nos recuerdan una cosa muy sencilla: ya seamos refugiados que hemos perdido de repente una vida confortable para encontrarse sin nada, o personas refugiadas que ya hemos conocido la pobreza antes de que estallara una guerra y nos hiciera perder lo poco que teníamos, o bien hayamos vivido la violencia de la miseria sin que esté relacionado con un conflicto armado, como afirmaba Joseph Wresinski, fundador del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, «la extrema pobreza es una violación de los derechos humanos, unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado».[Note]Inscripción de la Placa Conmemorativa en honor a las víctimas del hambre, la ignorancia y la violencia, inaugurada el 17 de octubre de 1987[\Note]