Manila: «Sulong», un proyecto de ahorros para todas las personas
Con motivo del 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, publicamos una serie de artículos relacionados con proyectos de desarrollo económico y laboral centrados en personas en situación de extrema pobreza que no participan en las estructuras tradicionales de trabajo. Estos artículos muestran el tipo de programas y condiciones necesarios para que puedan beneficiar a quienes viven en situación de extrema pobreza.
ATD Cuarto Mundo está presente en Filipinas desde 1989. En el Cementerio Norte de Manila, la capital del país, viven muchas familias que no tienen otro lugar donde vivir. Allí ganan pequeñas cantidades cuidando y haciendo trabajos de mantenimiento de las tumbas y los mausoleos y proporcionando otros servicios a los visitantes. En 2015, miembros del equipo de voluntarias y voluntarios permanentes en Manila contribuyeron a iniciar un proyecto piloto con las familias que vivían allí. Dieron como nombre al proyecto «Sulong», que quiere decir «¡Avancemos!».
Los miembros del equipo de Manila observaron que el trabajo y el dinero eran temas recurrentes en el diálogo con las familias que viven en la comunidad del cementerio. Había mucha preocupación a la hora de encontrar trabajo: bajos ingresos y el hecho de ser realojados en zonas donde no hay empleo. Cuando las familias necesitan dinero de manera urgente, tienen que empeñar sus bienes o solicitar dinero a prestamistas que les imponen intereses muy altos. En fechas especiales, como el Día de Todos los Santos, algunas personas consiguen ganar bastante dinero. Pero guardar el dinero en el banco es impensable para estas personas porque no cuentan con documentos de identificación o con un justificante de ingresos. Algunas personas temen guardar el dinero aparte por miedo a que les roben o porque trae mala suerte. Sin embargo, a muchas personas les gustaría tener la posibilidad de ahorrar dinero, incluso en cantidades muy pequeñas, habida cuenta de sus bajos ingresos y el empleo irregular.
El equipo de ATD Cuarto Mundo en Manila investigó y aprendió sobre otros proyectos de ahorros en zonas empobrecidas que organizan otras asociaciones y grupos. Finalmente decidieron crear un proyecto que pudiera funcionar adecuadamente en el contexto especial donde viven estas familias, el Cementerio Norte. Gracias a la labor de ATD Cuarto Mundo y su equipo durante años en la comunidad, las personas tienen confianza en ellas. Por ejemplo, ATD Cuarto Mundo ha llevado a cabo un proyecto de alfabetización infantil llamado Ang Galing, así como Foros con personas adultas en el Cementerio Norte que se realizan en las inmediaciones de un mausoleo concreto. Decidieron que habría una reunión del Proyecto de Ahorros cada viernes (un día en el que normalmente hay menos actividad en el cementerio).
La idea era sencilla: no era necesario realizar ningún papeleo y tampoco una cantidad mínima para abrir una cuenta; las personas podían asistir a la reunión semanal y hacer una contribución a su cuenta de ahorro personal; las personas podían integrar el programa de ahorros cuando quisieran; los menores podían tener una cuenta de ahorros con el permiso de sus madres y padres; se podía retirar dinero en cualquier momento sin que fuera necesario dar ningún tipo de información. (No se proporcionan préstamos, pues complicaría el proyecto en una serie de aspectos); y, en último lugar, todas las transacciones eran estrictamente confidenciales.
Como sucede en todas las actividades y proyectos de ATD Cuarto Mundo, el Proyecto de Ahorros creó para que funcionase con todas las personas, especialmente con las personas que viven en situación más grave de pobreza. Algunas de las familias con mejores condiciones de la comunidad accedieron a las cuentas de ahorros, aunque, como es obvio, siguen permaneciendo en situación de pobreza. Sin embargo, el proyecto fue un éxito a la hora de alcanzar asimismo a las familias en situación más grave de pobreza. Algunas vecinas y vecinos con «mala reputación» entre el vecindario participaron en el proyecto de ahorros y lo hicieron con éxito.
El dinero que las vecinas y vecinos ahorran provenía de diferentes fuentes de ingresos. Algunas personas ganan dinero a partir de un empleo formal como empleado/a de tienda, mecánico/a en un garaje, empleado/a doméstico o en labores de mantenimiento de tumbas. Algunas personas ganaban dinero vendiendo comida en pequeños puestos, reuniendo plástico para reciclar, pidiendo dinero en tiendas de comida rápida etc. Algunas vecinas y vecinos tienen la suerte de recibir transferencia de efectivo del Departamento de Bienestar Social.
Cuando les preguntamos por qué querían ahorrar dinero, las personas participantes listaron una serie de elementos que coinciden con las razones de la mayoría de personas de otros medios sociales que quieren ahorrar: lograr pagar los gastos médicos del parto, una próxima ceremonia de bautismo, el material escolar de las hijas e hijos, gastos de graduación, regalos de Navidad o incluso la fiesta de cumpleaños de una hija. Algunas personas soñaban con iniciar su propia empresa o incluso comprar una pequeña vivienda. Algunas personas querrían ahorrar dinero porque no quieren verse tentados a gastar su dinero en cosas superficiales o prestar dinero a amigos o familiares que lo necesiten. Otras personas simplemente querían tener un cierto margen para emergencias.
La evaluación del proyecto puso en evidencia el relativo éxito del mismo. A las personas les gustó que no hubiera un límite mínimo a la hora de hacer una contribución así como que pudieran retirar el dinero cuando quisieran. Algunas personas participantes nunca retiraron el dinero y continúan ingresando dinero en su cuenta de ahorro. Otras personas tuvieron que sacar su dinero para urgencias: para comprar medicamentos o visitar a familiares fuera de la ciudad. En algunas ocasiones, simplemente las personas no tenían dinero para comer, o para pagar los pasajes de transporte o lo necesitaban para reforzar un pequeño negocio. Aunque en general las personas lamentaban tener que retirar su dinero, se alegraban mucho de tener ahorros cuando los necesitaban.
Fue también interesante observar que, pese al éxito del programa, una serie de vecinas y vecinos del barrio no quisieron participar. Algunas personas sencillamente no tienen ningún ingreso regular y demasiados gastos urgentes diarios. Otras personas tenían otras formas de ahorrar dinero. El equipo de ATD Cuarto Mundo sospechaba que algunas personas de la comunidad temían pasar vergüenza por no poder contribuir regularmente.
Asimismo algunas personas dejaron de participar porque tenían demasiadas deudas o perdieron su fuente de ingresos. Algunas personas se impacientaron al ver sus bajos niveles de ahorro. Otras personas tuvieron emergencias médicas o gastos médicos permanentes. En ocasiones, personas que habían abandonado el proyecto de ahorro se reinscribieron cuando tuvieron un nuevo empleo.
Una de las esperanzas del equipo de ATD Cuarto Mundo en Manila fue que el proyecto pudiera contribuir a generar autoestima en los participantes y contribuir a reforzar la comunidad. Puede que también contribuyese a sensibilizar sobre lo que muchos consideran como un sistema económico abusivo. En cualquier caso, tener la posibilidad de ahorrar fue al parecer una fuente de orgullo para las personas que lograron ganarse el respeto del vecindario más que generar celos o resentimiento. Algunas personas vieron a sus vecinas y vecinos ahorrar y pensaron: «¡Si él/ella puede hacerlo pese a sus dificultades familiares, entonces, yo también puedo!». En ocasiones los programas de ahorros se convierten en un «grupo de debate», con personas que se alientan unas a otras e intercambian ideas sobre cómo ahorrar o cómo invertir el dinero ahorrado.
Como la mayor parte de los proyectos e iniciativas de ATD Cuarto Mundo, el trabajo no concluye una vez mostrado el éxito de un proyecto. Desde el inicio, el equipo de ATD Cuarto Mundo en Manila, implicó a varias personas del barrio en la gestión del proyecto de modo que se apropiaran del mismo y no fuera algo que ATD Cuarto Mundo hace para ellos. Este aspecto fue un elemento fundamental a la hora de concebir el proyecto, así como la inclusión de algunas de las familias más difíciles de alcanzar, por ejemplo, mediante el pago de contribuciones puerta a puerta. Además, el equipo de ATD Cuarto Mundo en Manila trabaja con el Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo que recopila lecciones aprendidas de proyectos de todo el mundo. Es posible que en breve otros proyectos como «Sulong» se lleven a cabo en otros lugares donde ATD Cuarto Mundo ha trabajado para establecer relaciones de confianza en comunidades que viven en situación de extrema pobreza.