Libros para construir la amistad

Desde enero de 2014, Shirley y Alexandre, aliados de ATD Cuarto Mundo, viven en el barrio de Passamainty, en un pueblo situado al noreste de Mayotte.Tras dos años como voluntarios permanentes en Francia, volvieron a esta pequeña isla del Océano Índico con ganas de poner en práctica lo que habían aprendido de esta experiencia y comprometerse donde viven y trabajan.

Así, Shirley intenta transmitir a los trabajadores sociales del servicio de prevención especializado que coordina y gestiona la perspectiva de «ir al encuentro», que permite un auténtico encuentro con los habitantes del barrio. Asimismo su equipo es responsable de dos bibliotecas de calle.

Por su parte, Alexandre, trata de aprovechar las ocasiones para cuestionar a sus compañeros del departamento de Ayuda Social a la Infancia, sobre la ausencia de las madres y los padres en las medidas propuestas por el departamento de menores, así como sobre otro tipo de medidas de acompañamiento posibles.

Sobre todo, han escogido el barrio en el que viven con el deseo de conocer mejor su vecindario, procedentes de las diferentes Islas Comoras y Mayotte. Son los únicos vecinos Wazungu (blancos) de la calle. En este barrio conviven con familias mahoresas de diferente medio social y familias de las islas Comoras cuya vida es, a menudo, más difícil, especialmente para quienes carecen de permiso de residencia. Las familias que enfrentan las condiciones de vida más precarias viven algunas calles más arriba, en casas de láminas de zing, en la colina sobre la que se construyó el barrio, antes de que se transformara en campos de cultivo.

Rápidamente, Shirley y Alexandre observaron la falta de relación mutua entre las familias del barrio. También fueron testigo de los conflictos y los resentimientos que existen entre mahoreses y extranjeros de Comoras, así como del hecho de que algunos vecinos mahoreses no dudan en emplearlos para realizar diversos trabajos, sin formalizar ningún contrato y sin atribuirles una remuneración correcta.

Con la creación de un grupo Tapori , y tras haber encontrado en su barrio familias de diferente medio social y procedencia, su objetivo era permitir que niñas y niños crearan una relación de amistad, independientemente de la relación que mantienen sus padres y, tal vez así, provocar el encuentro de los mayores a partir de los pequeños. Al estar ubicada en medio de la calle y ser la casa de los Wazungu, la casa de Shirley y Alexandre era un lugar lo bastante neutro como para recibir a las niñas y niños. Durante todo el año, han reflexionado conjuntamente sobre temas como: la familia, el medio ambiente, la presentación de su barrio, de ellos mismos y de las personas a las que quieren. También han podido intercambiar por correo con niñas y niños de otros grupos Tapori del Océano Índico.

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Shirley et Alexandre reciben a las niñas y niños del barrio para realizar una animación Tapori.

Durante más de un año, han recibido a niñas y niños sin que, durante los encuentros Tapori, los adultos, con algunas excepciones, atravesaran la puerta para informarse sobre la actividad. Naturalmente, los animadores se han presentado varias veces y han explicado brevemente Tapori, sobre todo cuando iban a invitar a las niñas y a los niños. Pero no es frecuente que los padres y madres participen o se impliquen en las actividades de sus hijas e hijos fuera de casa. Si confían en el adulto responsable del grupo, vuelven a sus ocupaciones sin más.

Por eso, el último encuentro del grupo, realizado en julio, supuso un auténtico paso en el encuentro. Las niñas y niños Tapori y sus animadores habían invitado a las madres y los padres del barrio a la presentación de las obras colectivas, para festejar juntos y conocerse mejor. Para las niñas y los niños era un orgullo poder enseñar a sus madres y padres su participación a las obras colectivas y estos últimos estaban contentos al descubrir lo que sus hijas e hijos habían dicho o escrito.

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Recibimiento de las madres y los padres que vienen a descubrir Tapori y las acciones de las niñas y niños.

Las madres y los padres, se mostraron muy atentos e interesados y descubrieron lo que, a lo largo del año en verdad han realizado conjuntamente los Tapori. Los movimientos de cabeza asintiendo y los murmullos de aprobación han dado la bienvenida al proyecto central de Tapori que reúne a niñas y niños para pensar juntos y la importancia que se brinda al testimonio público de las personas más pobres que demuestra que todas las personas tenemos una inteligencia que compartir y que, cuando compartimos nuestras experiencias y nuestros conocimientos, avanzamos conjuntamente. Una de las personas mayores afirma estar impresionada al ver, en las fotos de ATD Cuarto Mundo, que en todo el mundo hay situaciones de pobreza, pero también al ver niñas y niños felices de estar en familia o disfrutar con los libros. ¡Compartimos un momento muy agradable que concluyó con música, con cantos y bailes!

En Francia, este año, la cultura ocupa un lugar privilegiado con motivo del Día Internacional para la erradicación de la Miseria:» Cultivemos nuestra relaciones, compartamos nuestras culturas».