Liberar a los oprimidos y a los opresores
Artículo escrito por Guillaume Charvon para el Día de Martin Luther King, publicado en inglés el 28 de enero de 2021 en la página web del Movimiento Cuarto Mundo en Estados Unidos.
«La pregunta más persistente y urgente en la vida es: ¿Qué estás haciendo por los demás? »
Martin Luther King Jr.
En este año en que celebramos el legado de Martin Luther King Jr. con un renovado sentido de urgencia, esta cita resuena con la de otro hombre tan humilde y profundamente arraigado en su misión de cambiar el mundo, Joseph Wresinski, que escribió:
«Allí donde se condena a hombres y mujeres a vivir en la miseria, se violan los derechos humanos. Unirse para defenderlos es un deber sagrado».
Martin Luther King y Joseph Wresinski son hijos del invierno, cuando los días son más oscuros. King nació el 15 de enero de 1929 y Wresinski el 12 de febrero de 1917.
Ambos hombres eran religiosos. Creían que la humanidad tiene un propósito, y que este propósito no puede alcanzarse sin la unidad. De hecho, ambos estaban convencidos de que el objetivo de la familia humana es la propia unidad. Y ambos ofrecieron al mundo una visión que va más allá de quienes comparten su fe, una visión que incluye a todos los seres humanos.
Ambos fueron también hombres de acción, de riesgo y de lucha, que tomaron el camino más difícil, el de la no violencia. Sabían que la no violencia era la única forma de lograr la igualdad y la paz.
Al tomar este camino, afirmaron con valentía que ningún acto de justicia que no esté dirigido a liberar a los oprimidos y a los opresores, podrá poner fin a la desigualdad, la discriminación racial y la miseria.
A principios de este año, parece más oportuno que nunca reafirmar nuestro compromiso con este legado: una dignidad, un destino.
Ahora este es nuestro reto.