Las Inundaciones en Madagascar : En el corazón de la emergencia, no olvidar el futuro
Ya va a hacer dos meses que el país hace frente a una serie de ciclones que han causado multiples múltiples estragos. En Tulear el segundo ciclón ha dañado una buena parte de las cosechas y se teme que provoque una crisis alimentaria. Actualmente muchas familias encuentran muchas dificultades para alimentarse.
En Antananarivo, con las inundaciones, la población se enfrenta a una situación extremadamente difícil. En los barrios de la parte baja de la ciudad, la semana pasada (el 27 de febrero), el nivel de agua aumentó repentinamente por la ruptura de varios diques de contención, causando destrozos muy graves en las viviendas. Muchas casas están completamente destruidas: los cimientos, construidos en ladrillos de tierra tierra, han cedido frente al agua y muchas paredes se han derrumbado. Las “casas de bolsas de plástico” y de cartón no han aguantado las violentas lluvias. Los patios siguen completamente inundados… Muchas familias se han visto forzadas a dejar sus viviendas.
Algunas han podido refugiarse en las escuelas públicas que se han abierto para recibir a los damnificados. Otras viven en las tiendas de campaña que han instalado las organizaciones internacionales. Estas pocas tiendas de campaña no son impermeables y la vida en ellas no es en absoluto más fácil. Las familias se organizan de modo que los adultos se turnan para pasar la noche en sus casas para no abandonar por completo los pocos bienes. Puesto que donde están albergadas no hay espacio para las aves de corral, los cerdos y otros animales.
Desde siempre, las personas que viven la extrema pobreza nos enseñan que la emergencia no debe hacernos olvidar el futuro. Desde el inicio de las inundaciones, las familias que viven cerca del basurero, en Andramiarana, insisten y repiten a las autoridades la urgencia y la importancia de realizar proyectos concebidos a largo plazo, pensados conjuntamente y que cuenten con medios necesarios para hacer frente a la temporada de ciclones. De modo particular subrayan la importancia del apoyo necesario para poder construir cimientos sólidos en sus viviendas. A veces, las ayudas que reciben no corresponden en absoluto a su realidad de vida. ¿Cómo abandonar sus casas y con ello el modo de ganar el sustento?. ¿Cómo alejarse de su comunidad de pertenencia y de las relaciones justo en el momento en el que las familias son más vulnerables? Las familias preferirían que las tiendas de campaña pudieran instalarse lo más cerca posible de sus casas.
Pese a las dificultades y las preocupaciones de cada uno, los miembros del Movimiento se organizan para visitar cada día los dos barrios en los que el Movimiento desarrolla una acción. Antohomadinika y Andramiarana. Estas visitas sirven para apoyarse mutuamente, darse aliento, puesto que saben que lo más difícil en momentos como estos, es la soledad, el aislamiento.
En la cara de la gente se lee claramente el cansancio, la falta de sueño y los problemas diarios de la vida. Como siempre, hombres y mujeres salen cada día a buscar cómo resolver los gastos cotidianos. Con las inclemencias esta búsqueda es verdaderamente difícil puesto que gran parte de los pequeños comercios y oficios informales son imposibles.
Doña Laure, albergada en un aula de clase con su familia cuenta cual es su preocupación principal : « Las escuelas vuelven a dar clase el lunes y no sabemos dónde vamos a ir, en mi casa el agua me llega hasta la cintura ». Continúa diciendo : « Gracias por su visita, ustedes son los primeros en venir a visitarnos. Su visita nos da ánimo ». En una esquina, los niños repasan sus tablas de multiplicar en la arena de la calle bajo la mirada de los padres. Los más pequeños juegan.
Cada día, las familias hacen prueba de valor y esperanza en cada gesto. En la solidaridad con vecinos y gente cercana; con lo poco que se tiene. En la atención que se presta a las personas mayores y a los enfermos… En la oración, que también ocupa un papel importante. El grupo de jóvenes comprometidos y activos en las acciones del Movimiento, en colaboración con otras asociaciones del barrio de Antohomadinika, han comenzado los trabajos de limpieza de los canales. Con esta acción se evita la multiplicación de enfermedaes. Se movilizan para facilitar la vida en el barrio. El equipo del Movimiento ATD Cuarto Mundo de Antananarivo multiplica su presencia en los barrios a través de visitas a las familias, pues lo que es más importante en este momento. Mantienen un diálogo con las autoridades, los Fokontany (responsable del barrio) y con el BNGRC (oficina nacional para la gestion de catástrofes) que intentan organizar la ayuda a los damnificados. El equipo redobla los esfuerzos para que los más vulnerables puedan acceder a las distintas ayudas que se van a ir poniendo en marcha. Se movilizan para que nadie quede al margen.
En otros barrios de la ciudad, hace poco, ha habido alguna manifestación espontánea para decir “no podemos más”. La población espera del Estado un gran esfuerzo inversión para la rehabilitación de estos barrios. La población espera que en esta renovación de la zona cada familia sea tenida en cuenta. La situación que afronta el país afecta a todo el mundo: La destrucción de las cosechas de arroz y de otros cultivos amenaza con provocar una crisis alimentaria. El aumento del precio del agua potable en las fuentes y caños públicos se hace sentir en el presupuesto de las familias. Pero, sobre todo, las que ya vivían confrontadas a situaciones de extrema precariedad son, hoy día, mucho más vulnerables.
Las acciones y proyectos que lleva a cabo el equipo, como “compartir el saber”, continúan y siguen siendo tiempos de creación, paz y alegría en medio de la vida del barrio. Uno de los animadores nos cuenta: “Nuestro proyecto es mostrar a niñas y niños los beneficios del agua, para que vean también el aspecto positivo en medio de las inundaciones. La semana pasada hemos plantado con ellos semillas de alubias verdes en vasos de plástico. El sábado hicimos una actividad de pintura para decorar los vasos, aunque algunos niños no pudieron venir por culpa de la urgencia diaria en la que viven. En cuanto llegaron los animadores fueron corriendo todos juntos a buscar el centenar de vasos con las alubias que un vecino había guardado en su casa. ¡Qué alegría todos estos niños y niñas. Sus enormes sonrisas, los ojos brillantes, los brazos repletos de vasos con los plantas sobresaliendo cinco o diez centímetros! Un verdadero brillo de esperanza en medio del caos. Esto ha iluminado toda nuestra jornada”.
Ahora más que nunca, cada uno de los mensajes de amistad y apoyo que llegan hasta aquí son de gran aliento para todos nosotros, nos fortalecen. Y por ello les damos las gracias.
Movimiento ATD Cuarto Mundo Antananarivo
Para apoyar la acción del Movimiento Cuarto Mundo en Madagascar pueden realizar una donación aquí.