La preescuela «Semillas de Esperanza»
Desde hace 10 años, el acceso a una educación de calidad para todas y todos constituye el núcleo central de las prioridades del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo. Este año, nos proponemos descubrir el trabajo realizado por equipos internacionales de ATD Cuarto Mundo en materia de educación.
Nuestra propuesta es una cita mensual a manera de una invitación a viajar: cada mes publicaremos el relato de un triunfo, individual o colectivo, gracias a la movilización de un equipo de ATD Cuarto Mundo con los niños, sus familias y sus comunidades.
De una historia a otra, descubriremos un equipo diferente apoyando, cada uno, una dimensión particular de la vida y del desarrollo de los niños: uno busca ayudar a consolidar los lazos familiares, otro acompaña la escolarización y el éxito de los niños en los estudios, y otro participa en la formación cultural de los niños de un barrio… Los relatos de estas acciones se complementan y conforman el mosaico de un proyecto de sociedad que brindaría una educación de calidad para todas y todos.
Un primer componente de estos relatos está consagrado a las acciones de los equipos de ATD Cuarto Mundo que dan fuerza a los padres y les hacen recobrar la confianza en sí mismos (Reunificación familiar en Burkina Faso, Bébés Bienvenus en Haití); un segundo será consagrado a las acciones culturales que fortalecen a las comunidades en el ejercicio de sus responsabilidades educativas frente a sus niños (Story Garden en Gallup, EE.UU.; un proyecto artístico comunitario en el barrio de Hochelaga en Montreal, Quebec; el Club de Lectura en Ciudad de Guatemala).
Para terminar, un último componente será dedicado a las acciones que refuercen las competencias de la escuela para ejercer su papel con los niños más pobres (Tanzania, Ang Galing en Filipinas, la preescuela en Puerto Príncipe, Brasil).
La preescuela «Semillas de Esperanza» de Puerto Príncipe
El relato de este mes proviene de una docente de la preescuela (jardín de infantes) de ATD Cuarto Mundo en Puerto Príncipe. Esta historia relata dos logros de la escuela:
– permitirle a los niños muy pobres de los barrios humildes de Haut-Martissant aprender de verdad en un sistema en el que «muchos alumnos, en especial los provenientes de zonas pobres, adquieren pocos conocimientos en su paso por la escuela» (Análisis de la situación de las mujeres y los niños en Haití, UNICEF, 2016, pág. 33).
– crear un espacio de experimentación pedagógica abierto a los padres, en el cual los docentes desarrollan un vínculo con las familias muy pobres y trabajan junto con ellas dentro un sistema escolar en el que la distancia tradicional entre padres y docentes es perjudicial para el éxito de los niños.
Hoy, la preescuela «Semillas de Esperanza» sigue abierta a pesar de la gran inestabilidad política y la inseguridad que reinan en Puerto Príncipe actualmente. La docente Philimène Chérifain nos cuenta la historia de Jòjy, un niño que asistió a la preescuela. Su relato nos permite comprender lo robusta que es esta acción piloto de ATD Cuarto Mundo. La acción se creó hace más de 20 años en un barrio humilde (antes llamados barrios pobres, o bidonville en francés), delante de la vivienda de una madre del barrio. En ese entonces, la preescuela era una actividad inicial informal para estimular a los pequeños niños del barrio. Año tras año, las animadoras de la actividad la fueron adaptando a los deseos de los padres y niños que asistían, hasta que lograron darle una forma cada vez más estructurada y formal. Las mejoras que se hicieron tras escuchar las necesidades de los niños y las ambiciones de los padres con el correr de los años dieron forma a esta «preescuela», la cual se convirtió en una perla rara de pedagogía y vínculos. La escuela es tanto de las familias que la defienden como si fuera suya, como de los docentes que tienen el espacio para demostrar su compromiso con una sociedad igualitaria y pacífica.
Para descubrir el relato, haz clic aquí.