¡La Placa Conmemorativa representa el sueño que mi padre tenía para nosotros!
Fotografía: Placa conmemorativa en honor a las víctimas de la extrema pobreza, Dublín, Irlanda
Christopher y Jacquie cuentan lo que representa para ellos y para todas las personas en situación de pobreza esta Placa conmemorativa en honor a las víctimas de la miseria.
Christopher y Jacquie vivían sin domicilio fijo. Expulsados de un lugar a otro, en ocasiones dormían en la calle. Una vida extenuante, de sobresaltos, y sin embargo, habían atravesado todas estas situaciones y permanecido juntos en las buenas y en las malas, en los momentos de alegría y de pena. ¡Estaban tan orgullosos de haberse casado! Nos conocimos a través del hermano de Jacquie, también sin domicilio.
Empezaron a participar en los encuentros que organizábamos una vez al mes. Se sentían en su propia casa en medio de otras personas que, como ellos, conocían una vida difícil. Hablaban de lo que significaba estar todo el día de un lado para otro y no tener ningún lugar donde poder guardar lo más precioso que se tiene.
Durante una visita a la pequeña oficina de ATD Cuarto Mundo, encontraron en una de las paredes el texto de Joseph Wresinski inscrito en la Placa Conmemorativa del 17 de octubre. Lo leyeron, muy despacio, en voz alta, las palabras parecían que se introducían en ellos y resonaban. En aquella época, en Dublín, preparábamos la inauguración de una réplica de la Placa Conmemorativa que se erigiría muy cerca de las estatuas del monumento a la Gran Hambruna y donde, desde hacía varios años, celebrábamos el 17 de octubre. Cuando les hablamos de ello, Christopher comenzó a hablar de su padre que salía cada mañana en busca de un jornal en los muelles, y atravesaba el lugar donde ahora se iba a instalar la Placa Conmemorativa. De niño, salía al encuentro de su padre. Le veía volver extenuado.
Christopher estaba marcado por los esfuerzos que hacía su padre por sacar a sus hijos de la miseria. Jacquie alzaba la voz indignada por el hecho de que los menores vivieran en situación de pobreza, ya fuera en Irlanda o en cualquier otra parte del mundo. Les propusimos tomar la palabra el 17 de octubre, día de la inauguración de la Placa Conmemorativa, para explicar el sentido que tenía para ellos.
No dudaron: «¡Vamos a prepararlo!». Sin embargo, era todo un desafío: ¿Cómo y dónde preparar? ¿Cómo encontrarlos? ¿Ese día, estarían allí? Sus vidas estaban hechas de tanta incertidumbre y de tantos obstáculos… Nos encontramos para preparar su intervención, un día en una plaza, en un centro para personas sin hogar, una noche en un centro, otra vez en el local de ATD Cuarto Mundo. En ocasiones, después de una noche en vela, llegaban un poco más tarde, pero nunca fallaban a la cita… Día a día pudimos ver los esfuerzos que realizaban para estar a la altura de la jornada.
Juntos escribimos, reescribimos lo que querían decir, lo leímos, lo releímos. Cada día ensayaban la lectura de su texto. La voz de Jacquie transmitía el mensaje, pero era difícil entender a Christopher, era como si susurrara. Un día llegó transformado.
Tenía una dentadura «para expresarse mejor y estar más digno». Ese día era otra persona. Se apoyaban mucho mutuamente. Otros venían a escucharlos, a animarlos.
El mismo día, el 17 de octubre de 2008, Jacquie y Christopher estaban allí. Era extraodinariamente hermoso que estuvieran allí. Había que tener fe para pensar que llegarían. Y, sobre todo, ellos habían tenido que creer mucho en ello. Se escuchó la clara voz de Jacquie:
- «Esta Placa Conmemorativa tiene mucho significado para nosotros, habla de la pobreza. Hemos vivido en situación de pobreza durante toda la vida. Nos casamos cuando vivíamos sin hogar y todavía estamos sin hogar. Esta Placa Conmemorativa está aquí por todas las personas que luchan contra la pobreza desde que nacen y siguen luchando. Nos sienta bien ver esta Placa Conmemorativa aquí. Estamos felices de lo que tenemos. Hay otras personas que tienen una vida mucho más dura que nosotros. Por ellos, y sobre todo por los niños, queremos formar parte de esta Placa Conmemorativa».
Y también la fuerte intervención de Christopher:
- «Esta Placa Conmemorativa está en los muelles. Me hace pensar en mi padre, en mi hermano y en todos los hombres que trabajaban en los muelles.
Mi padre quería otra vida para nosotros, una buena educación, un verdadero trabajo. Las cosas no sucedieron como esperaba. ¡Esta Placa Conmemorativa representa el sueño que mi padre tenía para nosotros!».
Era muy fuerte verles hablar, uno junto a otro, con mucha dignidad, sabiendo que su combate por un techo, contra la droga, por un futuro, seguí estando ahí.
Después, durante un tiempo, vivieron en un albergue donde estaban más seguros, tenían más intimidad aunque su vida, a pesar de todo, seguía siendo frágil. Sin embargo algo había cambiado en la vida de Christopher y Jacquie. Ese día habían sentido con fuerza que les escuchaban, que les reconocían, que habían infundido esperanza en las demás personas. Toda su vida, incluso en los peores momentos, habían estado ahí para otras personas más desafortunadas que ellos. Este día había contribuido a dar mucho sentido a su lucha y una gran esperanza en que, efectivamente, las cosas podrían cambiar, si nos uníamos, si otras personas, como ellas, podrían hablar y ser escuchadas.
Desearíamos concluir con la aspiración que Jacquie expresó aquél día:
- «Reunirnos en torno a la Placa Conmemorativa, nos infunde esperanza. La esperanza de que las cosas pueden cambiar».
Este artículo está escrito por Isabelle Williams, voluntaria permanente de ATD Cuarto Mundo.
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