La lucha por la cobertura médica universal (CMU) en Francia
Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
La siguiente historia está escrita por Bruno Tardieu (Francia).
Hasta el año 1998 en Francia, muchas personas no contaban con ningún tipo de cobertura sanitaria. La Seguridad Social era un organismo exclusivo de quienes tenían un empleo regular. En caso de enfermedad, quienes se veían privados de empleo tenían que recurrir a dispensarios, ayudas puntuales o acudir a emergencias. No podían permitirse realizar intervenciones médicas de importancia ni, entre otras cosas, acudir al dentista.
Tras la aprobación, en julio de 1998, de la Ley de Orientación de lucha contra las exclusiones1, ATD Cuarto Mundo decidió concentrar sus fuerzas en la defensa del derecho a la protección de la salud para todas las personas y lanzó la idea de una “cobertura médica universal” (CMU).
Muchas fueron las voces entonces que se alzaron contra esta propuesta, con dos tipos de críticas.
La primera recordaba que la Seguridad Social genera derechos de atención sanitaria a quienes han cotizado.
¿Cómo imaginar que personas que han tenido un itinerario de empleo caótico, o que únicamente han cotizado de manera episódica, puedan beneficiar de los mismos derechos que todos los demás?
Paul Bouchet, en aquel momento presidente de ATD Cuarto Mundo Francia y antiguo presidente de la Comisión Nacional Consultiva de los Derechos Humanos, explicó entonces que
- un derecho si no es universal sigue siendo un privilegio y se revela como una adquisición frágil.
Él lo sabía muy bien, él, que al término de la guerra había iniciado una lucha para el acceso de los estudiantes a la Seguridad Social, aunque no hubieran cotizado con anterioridad. Apoyándose en un proyecto piloto realizado en la ciudad de Nancy (Francia), que demostraba que el acceso de todas las personas a la atención sanitaria mejoraba considerablemente la salud y no resultaba más caro.
Por otra parte, las organizaciones humanitarias como Médicos sin Fronteras y Médicos del Mundo se opusieron a esta idea de CMU. «¿Curamos a las personas en nuestros dispensarios y lo hacemos muy bien, por qué buscar complicaciones administrativas?». ATD Cuarto Mundo Francia respondió que su trabajo era de mucha calidad, pero que hacía que las personas fueran dependientes de las asociaciones y de sus donadores. Por otra parte, para las personas en situación de pobreza poder ir al médico o al hospital como todas las demás personas es, obviamente, garantía de una calidad superior. También constituye para ellas la importante y liberadora experiencia social de dejar de ser tratado de manera particular.
El Gobierno siguió de cerca este debate y decidió trabajar con ATD Cuarto Mundo en la redacción de un proyecto de ley para una cobertura médica universal: la CMU. El Parlamento aprobó el 27 de julio de 1999 un complemento sanitario para las personas más desfavorecidas. Militantes Cuarto Mundo, personal sanitario y académico realizan un atento seguimiento de la aplicación efectiva de esta ley.
Desde entonces, las personas que viven en situación precaria pueden acudir a los mismos servicios médicos, a los mismos dentistas que todo el mundo, aunque sigan encontrado oposición. Como afirma Marie France Zimmer:
- «Para las personas, el hecho de saber que tienen el mismo derecho que las demás personas no tiene precio. En tanto que la aplicación de un derecho no se puede verificar de manera efectiva, la persona sigue siendo dependiente de la buena voluntad de las demás y tiene el sentimiento de recibir un trato diferente, inferior»;
lo que no favorece que asuman el cuidado de sí mismos.
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