En esta entrevista realizada en octubre de 1987 por Claudine Faure, con montaje de Philippe Hamel en el año 2000, Joseph Wresinski se dirige particularmente a los jóvenes.

¿Qué le gustaría decir a los jóvenes de hoy día?

• «No te mires a ti mismo, mira a los demás. No pienses tanto en ti, piensa en los demás, no luches tanto por ti, lucha por los demás, y si rezas, entonces comprométete, comprométete, y no te encierres en comunidades que no se abren a los demás. Despierta. La juventud está hecha para despertar al mundo, de lo contrario, no merece la pena ser jóvenes, ¿no es cierto? Vosotros que sois jóvenes, si no os abrís al mundo, para qué os sirve ser jóvenes. No lo vais a hacer cuando tengáis mi edad, no tendréis ni la fuerza ni la imaginación para hacerlo ».

¿Qué aporta el hecho de despertar al mundo?

«El encuentro con los demás, y después, en ese encuentro con los demás, necesariamente vas a recibir, y entonces, vas a poder dar, y como consecuencia, existes. Es extraordinario existir, saber que existimos y que contamos para algo, y que contamos para otros, no para este o aquel, sino que contamos, yo diría, para muchas personas. En el fondo, toda felicidad es transparencia, y, por lo tanto, resplandece. Toda felicidad es felicidad de los demás. Esto es lo que un joven debe querer para sí mismo, para su vida, porque ese es el interés que tiene la vida, de lo contrario, ¿qué interés tiene? No es responsable, no es responsable a día de hoy de la política, no es responsable del mundo económico.

• Contrariamente a lo que se dice de él, no tiene poder. En cambio, tiene el poder de hacer cambiar las cosas porque puede lograr que las personas descubran que el mundo no es como quieren hacerle creer. No es algo triste, ni feo, ni nada de eso, es un mundo abierto, disponible.

No hay ninguna mujer ni ningún hombre que, en el fondo, no necesite dar y, por consiguiente, encontrar a alguien a quien dar y de quien recibir. Eso, yo creo, es el fondo mismo de nuestra humanidad ».

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