La formación de mediadores culturales: una experiencia positiva
Durante un año, en Bangui, doce jóvenes y adultos participaron en la formación de Mediadores Socioculturales; un proyecto piloto organizado por ATD Cuarto Mundo que inicia una nueva profesión en un ámbito de trabajo poco experimentado aún en República Centroafricana.
La República Centroafricana no es únicamente un país destruido por la guerra; también es el terreno de gestación de ideas y experiencias de innovación. En medio de un clima de inestabilidad y de fuertes tensiones, el equipo de ATD Cuarto Mundo Bangui creó un ciclo de formación en alternancia en el ámbito de la «Mediación Sociocultural» que concluyó en enero de 2017. Esta propuesta nace de la voluntad de contribuir a la reconstrucción de barrios, personas y de mentalidades, tras la crisis que ha atravesado el país (véase el artículo del lanzamiento de la formación).
En primer lugar se realizó un trabajo sobre las cualidades que se piensa debe tener la figura del mediador, que se ha descrito como una persona con capacidad de escucha, comprometida con las personas más excluidas.
- ¿Cómo dar herramientas a los jóvenes y adultos comprometidos con la población desfavorecida, herramientas de mediación sociocultural, para que puedan ser agentes cualificados en un país que avanza sin dejar a nadie atrás? (Informe intermedio de la formación)
Se estableció una colaboración con la Agencia Centroafricana de Formación Profesional y Empleo (ACFPE) de Bangui, la Alianza Francesa y la Universidad de Bangui.
Se seleccionó a doce mediadoras y mediadores a partir de su experiencia previa de compromiso con familias que viven en situación de extrema pobreza. Dos días por semana, estos mediadores participaron en la sede de ATD Cuarto Mundo y en los barrios de desarrollo de las acciones para adquirir una «competencia de acción de terreno». Entre ellos, siete participaron en las acciones del proyecto Festival del Saber organizando y animando Bibliotecas de Calle en el centro de desplazados a proximidad del aeropuerto de M´Poko, en el barrio de Kokoro-Boeing y en el pueblo de Danzi. Otros cinco mediadores participaron en la investigación-acción11 sobre la educación realizando entrevistas en los pueblos de Koula Mandja, Litton y Kokoro–Boeing. Asimismo, la formación incluía dos períodos de prácticas en organismos asociativos o institucionales (Cáritas, Centro de Acogida y Acompañamiento VIH, Ministerio de Asuntos Sociales, etc.).
Se reservó un día por semana a la escritura de la experiencia de terreno, a la transcripción de las reuniones del grupo de investigación-acción, al descubrimiento de nuevos juegos, libros y técnicas de animación. Cada mes, cada mediador ha contado con una evaluación personal y colectiva a partir de su «Itinerario Personalizado de Avance».
Por último, un Consejo pluridisciplinar de Expertos, conformado por seis personas (del ámbito asociativo, universitario, jurídico, área de desarrollo, formación profesional y ATD Cuarto Mundo) se creó para acompañar la experiencia de innovación en curso y establecer relación con otras experiencias comparables o complementarias en República Centroafricana o en otros países.
Hoy, este ciclo formativo llega a su fin. Los mediadores explican en su evaluación final lo que han aprendido sobre su propio país, sobre las personas que viven en situación de pobreza y sobre ellos mismos.
- «Las personas me hablan de la guerra y ahora veo la realidad de mi país en el centro de desplazados. Veo a las familias que han tenido que abandonar sus barrios y duermen bajo tiendas de campaña».
Un mediador que anima una Biblioteca de Calle:
- «Las madres y los padres aprecian la manera en la que animamos, nos dicen que si hiciéramos esto todos los días podría cambiar la situación de nuestros menores. [Sin embargo], cuando ustedes no vienen, fabrican armas con barro…».
Tras esta experiencia apasionante, los mediadores continúan su compromiso en diferentes asociaciones gracias a la creación de «Proyectos de futuro». Así, pueden llevar a cabo sus aprendizajes en ámbitos muy diferentes: con niñas y niños que viven en la calle; acciones de apoyo a la emancipación de mujeres solas (de minoría musulmana tras la marcha de los hombres); guarderías asociativas para permitir con actividades de atención temprana y guarda que las mujeres puedan retomar sus actividades económicas; cursos de alfabetización y de costura. El equipo pedagógico de la formación continuará el acompañamiento de estos proyectos experimentales hasta el mes de mayo de 2017.
Finalmente esta formación ha permitido que cinco personas, entre los mediadores, hayan sido contratadas por otras ONG de desarrollo comunitario y de protección de la infancia, entre otras, en cuestiones relativas a las violencias contra las mujeres y el restablecimiento de lazos familiares de los niños-soldado. Otras tres personas han realizado entrevistas de trabajo como mediadores en algunos barrios donde las personas regresan para instalarse de nuevo tras haber vivido en refugios y abrigos provisionales, en el interior del país o en el extranjero.
Las doce personas que han participado y construido activamente esta formación son testigos privilegiados de un país que se recupera de la guerra y que se implica para crear espacios de reconstrucción de los vínculos sociales y de cohesión humana.
- La realidad que he descubierto de mi país es que, tras esta crisis, niñas, niños y sus familias han reforzado su cohesión para que las niñas y niños no sufran de nuevo, en diez años, los mismos problemas por los que acaba de pasar nuestro país. (Un mediador)
El Consejo de Expertos continúa su trabajo para encontrar colaboraciones y apoyos que permitan que la Mediación Sociocultural integre definitivamente el contexto actual de la República Centroafricana y se convierta en una profesión permanente.