El medioambiente no es cosa de pobres
Imagen: Guillermo Linares-Guatemala-Contaminación© ATD Cuarto Mundo
El siguiente artículo está publicado en el sitio web de ATD Cuarto Mundo Madrid y en el boletín Ecos del Cuarto Mundo
El medioambiente no es cosa de pobres
El pasado 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Extrema Pobreza, el lema propuesto por las Naciones Unidas que enmarcaba las acciones y movilizaciones de esa jornada mundial era: «Actuar juntos para lograr justicia social y medioambiental para todas las personas». Por ello este año hemos querido tratar la cuestión de la justicia medioambiental con personas en situación de extrema pobreza.
En esos días era difícil inventar una forma de actuar juntos porque, como durante todo 2020, como siempre, el aislamiento forzoso por culpa del coronavirus o de la extrema pobreza, hacía difícil esa unión y nos obligaba a inventar maneras de encuentro. Así, aunque había multitud de ejemplos prácticos por los que reivindicar más justicia social en Madrid, quisimos no dejar de lado la cuestión de la justicia medioambiental y organizamos varias sesiones de videofórum intentando incluir en el debate a militantes de base de la lucha contra la pobreza.
Podemos decir claramente que «el ecologismo, el medioambiente o la justicia medioambiental no son cosa de pobres». Son cosa de activistas medioambientales, convencidas, científicas o politólogas, pero no es algo común y corriente en la vida de las personas en situación de pobreza.
Dos ejemplos de esta afirmación:
En los videofórum presentamos varios vídeos de la lucha medioambiental de varias comunidades en situación de pobreza, de Centroamérica y Senegal. Las personas presentes hablaron de lo intolerable de la ex-trema pobreza, de la injusticia y vulneración de derechos que supone y de lo parecidas que son las situaciones de humillación y vergüenza de las personas pobres en diferentes continentes y con sociedades en principio muy desiguales. También se habló de los valores y gestos de ecología, pero aparecían más bien como algo a lo que los pobres se veían obligados por la escasez, por la falta de consumo o por la precariedad.
El otro ejemplo es que, de todas las celebraciones públicas de la jornada en nuestro país, que sepamos, ninguna abordó la cuestión de la justicia medioambiental y el papel protagonista de las personas pobres para alcanzarla. Como siempre, técnicos y expertos, ONG e instituciones presentaron informes y cifras de la pobreza y sus repercusiones, pero de este espacio nuevo de defensa de derechos, la justicia medioambiental, ni rastro.
El punto de vista de las personas en situación de pobreza
Por ello, este año hemos decidido profundizar la cuestión de la justi-cia medioambiental con personas en situación de pobreza. Queremos aproximarnos a las cuestiones del medioambiente desde la vida diaria de quienes viven lo extremo. Cada jueves, en el grupo Encuentros1, ponemos palabras, debate e inteligencia para comprender la ecología en lo que comemos, en lo que consumimos, en lo que producimos, en la vivienda, desde los derechos, desde la vida… lo hacemos en diálogo con grupos de consumo ecológico y ac-tivistas diversos de lo verde, con fabricación propia de jabón o pasta de dientes, con salidas, con debates, con nuestras propias experiencias.
Tratamos la justicia medioambiental porque estamos convencidos de que solo hay una única justicia y se tiene que construir con la inteligencia de todas las personas.
Cada jueves abordamos un tema sumando todas las expresiones e inteligencias. Sin que nuestra experiencia de vida o las dificultades cotidianas supongan un freno para contribuir. Al contrario, la diferencia suma. Queremos tomar el tiempo de entender sin que nadie se sienta ignorante: ni quienes no saben lo que quiere decir el término bio ni quienes no saben lo que significa vivir en la extrema pobreza.
Tratamos la justicia medioambiental porque estamos convencidos de que solo hay una única justicia y se tiene que construir con la inteligencia de todas las personas.