Jóvenes que saben como alcanzar a todas las personas
Dar es-Salam, Tanzania. En Marzo, 30 jóvenes participaron en un taller de una semana de duración en el que intercambiaron experiencias exitosas y logros en su trabajo con comunidades desfavorecidas. En el taller, “Conjuntamente aprender y comprometerse para ser amigos/as de los sin-amigos/as”, participaron jóvenes de Etiopía, República Democrática del Congo, Kenya y República Unida de Tanzania, entre ellos, varios miembros de ATD Cuarto Mundo y de asociaciones que integran una amplia red coordinada por ATD Cuarto Mundo, el Foro Permanente sobre la Extrema Pobreza en el mundo.
Aprender de lo que funciona
La coordinadora Orna Shemer, académica y trabajadora social, utilizó el método Aprender del Éxito para poner de relieve los logros de las diversas actividades realizadas por las/los participantes de la formación en sus propios países. Centrar la atención en el éxito ayudó a las/los jóvenes a sentirse orgullosos de su trabajo así como a inspirarse a partir de la labor realizada por sus compañeras y compañeros. Además, adquirieron destrezas de liderazgo para mejorar sus actividades.
Los participantes del taller visitaron los barrios de Tanzania donde niñas, niños y adolescentes realizan Bibliotecas de Calle, así como otras actividades. Comprobaron por sí mismos, a partir de los miembros de la comunidad, los aspectos de estos programas que les hacen tan diferentes. Una mujer contó cómo la Biblioteca de Calle había ayudado a la comunidad: «Gracias a la Biblioteca de calle nuestras hijas e hijos se muestran más despiertos e inteligentes, aprenden la diferencia entre lo que está bien y lo que no. Las personas responsables de la actividad nos han motivado a hablar con sus profesores. Solíamos tener miedo de ir a la escuela, pero ahora incluso colaboramos con los profesores para ayudar a nuestras hijas e hijos«. Otro padre señaló, «He aprendido a leer y a escribir y ahora ayudo a otras personas a través de las clases de alfabetización: ATD Cuarto Mundo nos ha ayudado a no escondernos en de las sombras, a salir y vivir a plena luz del día«.
Al inicio del taller, cada participante utilizó un collage de fotos para plasmar el modo en que se implicaba con personas que podían vivir la exclusión o el rechazo en sus comunidades, entonces, Orna presentó los objetivos de la sesión: «Vamos a analizar cómo transformáis vuestras buenas intenciones en actividades concretas. La mayoría trabajáis en grupos y vuestros logros muestran vuestro esfuerzo y el de las personas más pobres que participan con vosotros. Todos tenéis algo importante que decir desde vuestra perspectiva«.
Todos los participantes aportaron vídeos de sus respectivos proyectos que trataban varios aspectos:
- el apoyo a personas refugiadas, con discapacidad visual o ancianos,
- apoyo a niñas y niños mediante Bibliotecas de Calle, grupos de apoyo escolar o campamentos organizados con niñas y niños de barrios desfavorecidos,
- la implicación solidaria de los vecinos en la reparación de viviendas, carreteras o zanjas de drenaje.
Vías eficaces para llegar a las personas excluidas
Los participantes nombraron cinco elementos a tener en cuenta para que los proyectos puedan efectivamente llegar a las niñas y niños que sufren acoso, o incluso a familias completas que sufren la estigmatización y el maltrato:
- garantizar que la actividad está bien preparada, no improvisarla;
- desarrollar vínculos y colaboraciones que permitan abrir nuevas oportunidades;
- establecer relaciones de confianza mutua y garantizar que todas las personas implicadas pueden contar unas con otras;
- reconocer que todas las personas que participan tienen cosas que aprender y enseñar;
- velar por que ninguna persona se sienta marginada.
Las personas participantes mostraron su manera de poner en práctica estos principios:
«Dejar que niñas y niños elijan lo que quieren dibujar es algo esencial ya que trabajamos con niñas y niños que han podido elegir muy pocas veces en sus vidas.»
«Organizamos actividades que tienen que ver con los trabajos que niñas y niños realizan para ayudar a sus familias. Debemos ser flexibles para adaptar el proyecto a las circunstancias de cada niña o niño.»
«Nuestra forma de comportarnos y relacionamos con las personas que se sienten aisladas o irritadas es muy importante para ganarnos su confianza.»
«No hay que actuar de modo que les haga sentirse como inferiores. Por ejemplo, si ayudo a alguien a quitarse los piojos, me desinfecto las manos más tarde, pero lo hago discretamente para no avergonzar a nadie.»
Durante el seminario, se recogieron estas ideas en una presentación visual que al finalizar se puso a disposición del grupo como una herramienta que permite a las/los participantes compartir lo que habían aprendido, una vez de regreso a casa. Esta presentación está disponible aquí [únicamente en inglés].
Un participante explicó cómo el método Aprender del Éxito resultó útil una vez de regreso a su lugar de procedencia: «En el Congo existe un grupo de familias que viven en situación de extrema pobreza y que una vez al mes se reúnen para hablar de los problemas a los que se enfrentan y cómo logran solucionarlos. Creo que es una buena idea usar este método para compartir con los demás las cosas los éxitos alcanzados, además si muestran positividad al compartir sus historias, entonces las demás personas verán la alegría que ello les reporta.»
Los participantes del seminario participaron en el Teatro Foro para mostrar a los demás los desafíos a los que se enfrentan. Uno de ellos dijo: «Mi madre me preguntó: ¿Dónde vas a ir? ¿Qué vas a conseguir con esto? Y yo contesté: «Mamá, Dios me ha dado mucho completamente gratis, ¿por qué no debería devolvérselo a los demás sin esperar nada a cambio? En ocasiones tenemos que ayudar a nuestros padres a entender lo que hacemos.»
Las/los participantes también aprendieron mutuamente canciones y juegos de sus respectivos países; algunos aprendieron a hacer teatro de sombras chinescas o conocer más sobre el Movimiento infantil Tapori coordinado por ATD Cuarto Mundo. Los vídeos que presentaban mostraban cómo jóvenes de diferentes países se implicaban en labores de lucha contra la pobreza. Por último, se realizó una excursión a la playa, que fue muy importante para quienes nunca habían visto el mar. «Tú, yo, todos, ¡todas las personas tienen que implicarse!»
Los comentarios finales de la sesión fueron muy positivos:
«He visto que no soy la única persona en el mundo que lucha por la paz, que busca la igualdad y quiere construir un mundo sin discriminación. Trabajar para superar la pobreza nos concierne a todos. Tú, yo, todos, ¡todas las personas tenemos que implicarnos para garantizar que nadie se queda atrás!»
«No tenemos que hacer mucho, solo un poco pero que tenga sentido. Ayudar a las personas que atraviesan situaciones difíciles no es solo darles dinero, también consiste en establecer una amistad y conocerlos. Estas personas forman parte de nuestra comunidad, sus experiencias e ideas son muy valiosas.»
En sus palabras de conclusión, Orna Shamer animaba a las/los participantes más jóvenes:
«Cuando os miro veo líderes, veo toda la fuerza que tenéis. Fuerza significa empatizar con el sufrimiento y pobreza de las demás personas, es la capacidad de querer las mismas oportunidades para todas ellas, la capacidad de criticar la manera en la que la sociedad está estructurada, la capacidad de oponerse a la injusticia social y luchar por los derechos civiles. A través de vuestra fuerza os veo como líderes, porque tenéis esa fuerza enraizada en vuestra experiencia. Hemos aprendido unas personas de otras, y siempre somos capaces de aprender, incluso de las personas que viven en situación de pobreza.»
Rene Muhindo, que se desplazó desde la República Democrática del Congo para participar en este taller, escribió sobre su experiencia en el blog colectivo de ATD «Together in Dignity».