Jóvenes europeos comparten experiencias, sueños y esperanzas
Del 7 al 11 de julio, el Encuentro europeo de jóvenes reunió en Méry-sur-Oise a un centenar de personas de nueve países diferentes. Este encuentro, organizado en el marco del Año Europeo de la Juventud, ofreció a los jóvenes la oportunidad de conocerse, fortalecer lazos, profundizar su reflexión y dialogar con representantes de instituciones políticas europeas relacionadas con la juventud.
Unirse para defender sus derechos
Los participantes de este encuentro procedían de Bélgica, España, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Rumanía, Suiza y Francia. Se reunieron para «reflexionar sobre lo que significa hoy en día ser joven en Europa cuando en situación de extrema pobreza», explica Lou Borderie, voluntaria permanente y responsable de la Dinámica europea de jóvenes del Movimiento ATD Cuarto Mundo. Estos cinco días les permitieron ir «más allá de las fronteras nacionales, pero también de las fronteras mentales, más allá de los prejuicios que podemos tener cuando no entendemos a la persona que tenemos al lado».
- En la última asamblea, varios jóvenes describían lo vivido diciendo “hemos creado un círculo de solidaridad, de vínculos».
Este encuentro, organizado en el marco del Año Europeo de la Juventud, también les dio la oportunidad de debatir con representantes de la Dirección de Juventud, Educación Popular y Organizaciones de Voluntariado y con una representante del Foro Europeo de la Juventud, Paulína Jalakšová.
Gracias a este encuentro, los participantes pudieron reforzar sus vínculos y compromisos, así como participar en la construcción de un mensaje común en defensa de los derechos de la juventud europea.
Experiencias, sueños y esperanzas
Shaun, 29 años, Suiza
Participé en el Encuentro europeo de 2017 en los Países Bajos, donde también animé un taller, como he hecho aquí en Méry-sur-Oise. Pienso que es importante crear, dar forma a la materia, saber manejar lo que nos rodea. Hoy vivimos en una sociedad en la que nos falta tiempo para crear. Aquí, hemos intentado hacer pendientes de madera. La idea era hacer algo juntos, sin imponerse, adaptándonos al ritmo de cada persona. Creo que la sociedad del futuro debe ser más local, con intercambios de información locales: saber lo que puedo aportar al otro y lo que la otra persona puede aportarme a mí, tener una especie de autonomía en el propio entorno, vivir según el lugar, aprender a sentir mejor el propio cuerpo, escucharse a sí mismo. Cuando estamos sumergidos en el día a día, se nos olvida lo esencial: enfrente de nosotros tenemos seres humanos.
Hanna, 19 años, Alemania
Me gustaría que los adultos dejaran de decir lo que es bueno o no para los jóvenes, y que nos escucharan de verdad. Sueño con que nos traten a todos por igual, independientemente de nuestra edad, de nuestro origen… Me gustaría que cada persona tuviera la oportunidad de expresarse. En el futuro, me gustaría poder hacer lo que me gusta, poder elegir libremente lo que quiero, sin preocuparme por el dinero o las cuestiones administrativas y sin tener que sufrir este mundo tan capitalista.
Jérémie, 29 años, París
Para tener una sociedad mejor, creo que hay que invertir mucho en educación y formación. Esta es la base de todo, para los niños, pero también para los adultos, que necesitamos aprender todo el tiempo. Tenemos que desarrollar centros de formación, desarrollar más la lectura para las generaciones futuras y poner límites a las redes sociales, al mundo digital. También debemos enseñar a los jóvenes a respetar a sus mayores, recordarles que antes hubo otra generación.
Anne-Louise, 22 años, Bélgica
Tenemos que encontrar soluciones al acoso, a la injusticia en la escuela, para permitir a todos los niños estar al mismo nivel. Dejar de juzgar sin conocer a la persona, de poner etiquetas, de hacer diferencias entre las personas. Durante toda mi juventud sufrí muchos prejuicios. Es una falta de respeto. Pero es difícil cambiar la visión de la sociedad. Todo el mundo tiene que comprometerse para intentar tener menos defectos, para no dar mal ejemplo. Estamos en un mundo que no es normal. La gente teme que su hijo crezca en un mundo pobre, que no tenga nada. Quieren un diploma para su hijo o su hija, un trabajo, que puedan comprar una casa. Todos los padres quieren eso para sus hijos, no que estén en el paro. Hay suficientes oficios y puestos de trabajo para todos. La escuela también se tiene que comprometer y estar más pendiente de todos los alumnos, dar a todos y todas una oportunidad.
Malyka, 24 años, Suiza
En este Encuentro europeo, podemos ver que hay muchas similitudes entre los países y entre los jóvenes, pero también podemos ver que aún hay mucho que hacer en todas partes. Por ejemplo, yo soy estudiante y veo que la formación está demasiado a menudo condicionada por nuestro entorno social. Es una verdadera lástima, porque muchos jóvenes no pueden pagarse los estudios y se ven frenados.
Invito a todos, y especialmente a los políticos, a actuar, a dejar de hablar en el vacío y hacer lo que dicen. Para cambiar la sociedad, si todo el mundo contribuye, haremos camino y podremos construir algo juntos. Me gusta este proverbio: “Solos vamos más rápido, juntos llegamos más lejos”.
Noémie, 27 años, Alemania
Hay que llevar a cabo una lucha social y medioambiental. Ambas van necesariamente de la mano, no pueden disociarse. Si descuidamos el medio ambiente, a corto plazo, los más pobres serán los más perjudicados. Personalmente, intento actuar. Me gustaría comprometerme más en asociaciones, pero vivo en Alemania y soy francesa, así que no me resulta fácil.
Creo que es bueno que estemos todas y todos juntos aquí, de diferentes clases sociales, escuchándonos de verdad. A menudo oímos que las personas que viven en situaciones de pobreza se centran en su lucha por salir de ella. En realidad, también son conscientes de las cuestiones medioambientales, de los derechos de la mujer, etc. No son luchas que se opongan, sino que afectan a toda la sociedad y es importante que toda la población esté incluida en estos debates.
Fotos: © Carmen Martos y Julie Clair-Robelet
Extractos de artículos de Julie Clair-Robelet publicados en el nº 528 del Journal d’ATD Quart Monde (periódico de ATD Cuarto Mundo en Francia)