Joseph Wresinski, fundador de ATD Cuarto Mundo
Joseph Wresinski, fundador de ATD Cuarto Mundo, nace en Angers (Francia) el 12 de Febrero de 1917.
Joseph Wresinski crece y descubre, por experiencia propia, los diferentes elementos con los que construimos la invisibilidad de la extrema pobreza en nuestra sociedad.
- “La pobreza, la penuria material, la opresión infligida por el más fuerte, son difíciles de soportar. Pero lo que es realmente inaguantable es el desprecio, el que nos recuerden sin cesar que somos inferiores y completamente inútiles. Es intolerable ser tratado, incluso por los allegados, como una persona sin dignidad. «Nos consideran un cero a la izquierda… no somos perros para que se nos insulte así en el ayuntamiento…» Aquí está la diferencia entre pobreza y miseria. La persona considerada miserable se halla en una situación insoportable, considerada como un don nadie o algo peor, como un ser nefasto que jamás debería haber nacido, además, en su interior, en lo más profundo de sí misma, sabe, sin embargo, que es una persona. Reclamar la dignidad, soñar con ser alguien y verse en cambio rechazado incluso por quienes son apenas más ricos que tú, como el vecino, el tendero, el cartero… eso es la miseria. Y esto es lo que marca la frontera entre pobreza y exclusión”. Bienaventurados los pobres, Buena Prensa, Messico, 2009, pp. 25-26
Una sociedad que se precie de ser solidaria y que aspire a prácticas de buen gobierno tendría que indagar en las razones y en la historia que conducen a algunas personas a vivir en condiciones indignas, a vivir la soledad, el aislamiento, el desahucio, la inutilidad o la miseria. Esa sociedad tendría que volverse loca, no dormir, llorar de rabia, errar sin cesar, hasta cambiar tanta inhumanidad en solidaridad, hasta encontrar los medios precisos para que cada persona pueda serlo.
Pero para ello, antes, hay que querer ver el problema, los problemas, así como la fuerza y la dignidad de cada ser humano.
Miles de personas desahuciadas, millones sin empleo ni remuneración, personas que viven en la calle, rebuscan las basuras, pelean con la vida… “¿Un poquito de ropita para el pobre?, ¿quizás unas cuantas noches en el albergue? ¿sopita?”, esa es nuestra respuesta.
Joseph Wresinski insiste, antes hay que querer enfrentar el problema, mirarle a la cara y querer vernos.
Foto: Stains, París, 1984@ATDCuartoMundo