Artículo redactado por Jean-Michel Kantoussan, voluntario permanente en Senegal.

El arte, un catalizador de la consciencia

Mountaga, conocido como Fada, es un artista plástico que utiliza materiales que encuentra por las calles de Pikine para sus creaciones. Encuentra su inspiración en el entorno, especialmente del de su ciudad natal, y con ella le da una segunda vida a todo tipo de objetos y materiales cuyo destino era el basurero. El alcalde de Pikine Norte incluso le ha dado la posibilidad de utilizar un lugar conocido como «teatro vegetal» para transformarlo en un espacio de expresión artística. Hoy en día, muchas personas no solo admiran sus obras, sino que también participan en los talleres de pintura y transformación de residuos.

Antes ese sitio parecía un vertedero y no se podía realizar ningún evento. Hoy por hoy, Fada realiza allí talleres creativos y organiza exposiciones sobre los residuos que recupera y transforma. Esta iniciativa pone el foco en la producción de residuos y su manejo y trata de reflexionar sobre este tema. Los murales, además de decorar el lugar, poseen un mensaje.

Sobre su trabajo de transformación del lugar dice:

• «Para mí es una oportunidad contribuir a responsabilizar la juventud de mi barrio para que no solo sean espectadores, sino que puedan aportar su granito de arena para el desarrollo sostenible. Soy consciente de que el arte es un catalizador de la consciencia y que me permite transmitir un mensaje importante».

Es así como Fada les da una nueva vida a objetos que, de otra manera, estarían ensuciando las calles de Pikine antes de amontonarse en los verdaderos. Para él, es también una forma de mostrar una imagen diferente de Pikine, un barrio pobre y, muchas veces, denigrado.

Fatou Poulho Ndiaye recoge y revaloriza objetos

Fatou Poulho Ndiaye recoge residuos sin descanso. Es así como se gana la vida. Nació en Thiès, una ciudad importante en Senegal. Actualmente, vive en Dakar.

Fatou recoge principalmente botellas de plástico. Primero las lava y luego las vende. Todos los días, sale de su casa a las cinco de la mañana para ir caminando a su lugar de trabajo, que se encuentra a una hora. Por el camino, recoge todo lo que encuentra. Luego, deposita su colecta detrás de un parking y ordena y limpia cada objeto que ha recogido: botellas, boles, bolsas de plástico, chatarra, cubos de pintura, cartones y pan seco que vende a los ganaderos de cabras.

• Su actividad nos hace cuestionarnos nuestro estilo de vida y de consumo. ¿Cómo recuperar ciertas responsabilidades en nuestras elecciones de vida y sobre nuestra implicación acerca de las futuras generaciones?

Siendo consciente de los problemas del uso de los residuos relacionados con el consumo excesivo, dice:

«Para mí, esto es una forma de concienciar a la gente para que consuman de manera más inteligente. Además, les permite a algunas personas a conseguir cosas que nuevas son demasiado caras».