El informe Wresinski, un acto fundador
Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo alentó la escritura de historias de resistencia y cambio, luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
Por Daniel Fayard (Francia)
Fundamentado en la vida de las personas en situación de extrema pobreza, el Informe Wresinski del Consejo Económico y Social (Francia) de 1987, ha permitido entender el encadenamiento sucesivo de precariedades que, por su acumulación y persistencia, dan lugar a la extrema pobreza. Define, por primera vez, la miseria como una violación de los derechos humanos. A partir de este informe, se pudieron volver a evaluar las acciones que se habían emprendido en la lucha contra la pobreza permitiendo así la emergencia de nuevas políticas con el objetivo de poner fin a la exclusión social.
Una iniciativa innovadora1
En febrero de 1987, el Consejo Económico Social y Medioambientalde Francia (CESE), tercera asamblea francesa, formuló una serie de recomendaciones al Gobierno fundamentándose en el informe Extrema pobreza y precariedad económica y social, elaborado bajo la dirección de Joseph Wresinski, miembro del Consejo y fundador del Movimiento ATD Cuarto Mundo.
Fundamentado a partir de ejemplos concretos y en la historia de varias familias, este informe toma en consideración la experiencia, el conocimiento y las aspiraciones de personas en situación de extrema pobreza. Por primera vez, se les asoció a una reflexión institucional que les concernía de un modo especial.
Hitos de una estrategia más ambiciosa
Fruto de una iniciativa original, el informe desarrolla una nueva visión de la lucha contra la pobreza. La miseria es una violación de los derechos humanos que amenaza la dignidad de cada persona y su capacidad para ejercer de manera efectiva un papel como miembro de la comunidad.
- Cuando las personas en situación más grave de pobreza evocan su situación, de manera clara se pone de manifiesto que se ven sometidas a un encadenamiento de precariedades que se refuerzan mutuamente y que son cada vez más difíciles de superar.
Por primera vez se describe este proceso de manera clara, poniendo así de manifiesto los principios de indivisibilidad e interdependencia de los derechos humanos. Por ello, se pone en evidencia la necesidad ineludible de establecer una estrategia global elaborada, ejecutada y evaluada en colaboración con las personas en situación más grave de pobreza, para poner fin a las violaciones de sus derechos.
Consecuencias sociopolíticas
Difundido en un gran número de ejemplares y traducido excepcionalmente a varios idiomas, este informe, se convirtió rápidamente en punto de referencia en materia de lucha contra la miseria y la exclusión, tanto para activistas asociativos como para responsables políticos. El aspecto innovador de su iniciativa de conocimiento (partir de las personas en situación más grave de pobreza), su pertinencia a la hora de definir la extrema pobreza, el hecho de poner de manifiesto las responsabilidades políticas, lo apropiado de su visión y la fuerza de sus propuestas tuvieron un gran eco, se difundió entre los medios de comunicación, altos funcionarios o sociólogos, tanto en Francia como en otros países, entre otros, Estados Unidos, Japón y Países Bajos. Se elaboraron informes análogos, tanto en el ámbito nacional, por ejemplo en Bélgica; como a escala regional, en Quebec, Ile de France (Región de París) o en Rhône Alpes.
Varios organismos internacionales, entre otros, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, retomaron la definición propuesta por el CESE y reconocieron a su vez la miseria como una violación de los derechos humanos.
En Francia, este informe contribuyó a la realización de avances legislativos con el establecimiento de un Ingreso Mínimo de Inserción (RMI), el Crédit-Formation [Crédito-Formación], la Cobertura Médica Universal (CMU), el derecho exigible a la vivienda, el derecho de las asociaciones a presentarse como parte civil ante los tribunales cuando una serie de medidas discriminatorias concurren contra personas en situación de pobreza. Se ha convertido en una herramienta de formación en algunas Escuelas de Trabajo Social y para algunas asociaciones, así como para las Universidades Populares Cuarto Mundo. Por primera vez desde el proyecto del Cuarto Orden de la Revolución Francesa, la población que oficialmente no ha adquirido todavía el derecho a la expresión y no está representada como tal, dispone de un
documento que expresa su voluntad política.
Como continuidad de este primer paso dado en 1987, mediante una
Evaluación de Políticas Públicas de Lucha contra la Extrema Pobreza (Informe del CESE de Geneviève de Gaulle Anthonioz, en 1995), y basándose en una serie de entrevistas realizadas a personas en situación muy desfavorecida y a otros agentes sociales comprometidos con ellas, se establecieron las bases para la elaboración de la Ley de Orientación contra las Exclusiones, aprobada en 1998, y cuya necesidad ya había puesto de manifiesto la presentación del Informe Wresinski.
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