Hospitalidad, naturaleza y vida: un encuentro en Brasil

Mirantão en movimiento

Del 1 al 11 de noviembre de 2022, diversos miembros de ATD Cuarto Mundo de siete países diferentes se reunieron en Mirantão, un pueblo del interior de Minas Gerais, en el sudeste de Brasil.

Mariana Guerra, voluntaria permanente del Movimiento ATD Cuarto Mundo en Brasil, que participó en la organización de este encuentro, describe en este artículo lo vivido durante estos 10 días.

Desde el inicio hasta el final, la hospitalidad, la naturaleza, la abundancia y la vida fueron los hilos conductores de este encuentro.

Salir de la zona de confort

Con el objetivo de vivir un momento de celebración, experimentación y reflexión compartida sobre los últimos 10 años de construcción de ATD Cuarto Mundo en Brasil, cerca de 40 personas de África, del Caribe, de América Latina y de Europa se reunieron durante 10 días y lograron crear lazos profundos en poco tiempo.

Local de ATD Cuarto Mundo en Caxambú

Los primeros días del encuentro transcurrieron en Petrópolis, donde el grupo fue recibido en Morro dos Anjos para visitar la comunidad y participar en la Biblioteca de Calle, ahora animada por Malena Justo y João Guilherme Simpolis. Los dos jóvenes compartieron al grupo su motivación para animar esta actividad:

«Fuimos niños de la Biblioteca de Calle y fue tan importante en nuestras vidas, que ahora queremos ofrecérsela a las niñas y niños de hoy».

Tatiane Soares de Jesus y su hija Vitoria invitaron al grupo a almorzar en su casa, haciéndoles descubrir la cocina brasileña. El grupo visitó el centro histórico y cenó con miembros de ATD Cuarto Mundo del grupo de Petrópolis, que prepararon una acogida preciosa.

Además de esta presencia urbana, ATD Cuarto Mundo también está presente en zona rural. Fue en Mirantão, en el interior de Minas Gerais, donde se instalaron los primeros voluntarios permanentes y gran parte del encuentro internacional tuvo lugar en este pueblo.

  • El encuentro se organizó como una experiencia colectiva, favoreciendo una inmersión en la vida cotidiana de la comunidad que hiciera posible comprender cómo los miembros de ATD Cuarto Mundo han construido movimiento en el país.
Mariana Guerra y Eduardo Simas

«Nuestra presencia en la comunidad fue dándose de una manera muy natural. Formábamos parte naturalmente de la vida del lugar. Detenerse y mirar estos 10 años de presencia, reconocer el camino recorrido, nuestros retos y logros era muy difícil ya que, desde dentro de la propia experiencia, es difícil decir aquello que vivimos de manera natural. Por eso, era importante cruzar nuestro caminar con otras experiencias, otras miradas para que pudiéramos reconocer nosotros mismos lo que hemos vivido. Era necesario pararse para poder nombrar, pensar, analizar junto con otros. Así surgió la idea de realizar este encuentro con otras personas que tienen experiencia de vida o de acción, en el mundo rural».

  • Así, durante estos días, las personas invitadas realizaron juntas actividades relacionadas con la naturaleza, pudiendo así conectarse con ella, consigo mismas y con las demás personas. Sembraron, hicieron artesanías, descubrieron la mística del lugar, participaron en rituales, caminaron, intercambiaron ideas y emociones, cocinaron…

«Era fundamental crear espacios y situaciones que ayudaran a dejar de lado una reflexión teórica para que cada persona pudiera reconectarse con sus propias vivencias y, a partir de ahí, mirar nuestra realidad, conectarse con ella y reflexionar. También era importante conectar con el lugar donde estábamos, donde transcurría el encuentro. Poder conocer a las vecinas y vecinos, saber cómo viven, cómo ven el mundo y descubrir su día a día fue una parte importante del programa. Estamos en una región productora de leche y poca gente sabe que las granjeras y granjeros se levantan a las 4 de la mañana, trabajan duro, sacan la leche de las vacas y luego van a dejarla en la fábrica. Muchas personas sólo ven el cartón de leche en el mercado sin tener noción de cómo vive y qué piensa la gente que la produce».

Hospitalidad

Saber recibir y acoger a los demás es, sin duda, uno de los valores fundamentales de la sociedad brasileña. Pero además, los habitantes de Mirantão tienen un sentido excepcional para la hospitalidad y éste se podía apreciar en cada detalle de la organización, así como en el entusiasmo del grupo responsable de la preparación.

Cuando estaban planificando el encuentro, doña Donga dijo:

«¡Quiero recibir a todo el mundo, todo el mundo tiene sitio en mi casa!» y recibió a treinta personas para tomar un café.

La acogida fue intensa y meticulosamente preparada:

«Siempre entendimos que una de las vocaciones de esta comunidad es la acogida. A la gente le gusta recibir, le encanta preparar y prepararse para recibir. Reunimos a un grupo para la preparación y nos preguntamos: ¿cómo hacemos para acoger este encuentro? Pensamos en las mejores comidas que sabíamos hacer. Preparamos los menús, todo lo que podíamos cocinar, todo lo que podemos ofrecer. Después pensamos en lo que queríamos vivir con las personas invitadas. Pensamos en talleres para intercambiar experiencias, para que todas las personas participantes pudieran aprender unas de otras, y que así, las personas de Mirantão pudieran enseñar también lo que saben a las personas que venían de fuera. «

Otras mujeres de la comunidad, al ver que algunas de las organizadoras estaban demasiado sobrecargadas, se unieron espontáneamente a la organización del evento. Asumieron responsabilidades y desempeñaron un rol cada vez más importante. Este cuidado y manera de portar conjuntamente las responsabilidades fueron percibidas por otras personas que terminaron implicándose también en la organización.

  • El hecho de haberse responsabilizado de la preparación del encuentro confirió un protagonismo a las personas que organizaron, que también facilitó otros momentos que hubieran podido ser más difíciles sin esta etapa previa.

Favoreció, por ejemplo, que muchas personas de la comunidad que hubieran podido sentirse más cohibidas si no hubieran participado en el encuentro desde el principio, o hubieran tenido un papel menos activo, pudieran hacer oír su voz.

«La preparación dio confianza a la hora de hablar, de participar con personas que venían de lejos».

Naturaleza y abundancia

El entorno del lugar donde se realizó el encuentro es particularmente generoso: cascadas, bosques, flores de colores espectaculares, gran diversidad de plantas, tierras fértiles… Todo este paisaje se tomó en cuenta y entraba en resonancia con otros lugares. Por las similitudes o por las diferencias, muchas de las personas participantes hacían naturalmente una lectura de esta nueva realidad a partir de sus lugares de origen.

«Por ejemplo, un participante compartió que su país es muy seco. Y aquí, hay mucha agua. A través de la diferencia, conectó con lo que veía y descubría, pero también le permitía mirar de una manera diferente su lugar de origen».

Estas tomas de conciencia de realidades diferentes se daba de manera constante y cada nuevo descubrimiento era motivo de celebración. Las conexiones también se producían a través de estas emociones.

«Mientras que en Mirantão el medio de transporte más utilizado hasta hace poco era el caballo y casi todos los habitantes del valle tienen caballos, uno de los participantes los vio por primera vez en su vida. Lo que para algunas personas era algo completamente natural, para otras era algo completamente nuevo, ¡la realización de un sueño!«.

Este primer momento creó las buenas condiciones para dialogar sobre un segundo tema que se quería abordar durante el encuentro: el proyecto «vida en abundancia». Basándose en la economía del don, crearon un invernadero para poder donar semillas, partiendo de la comprensión de que cuanto más se da, más se tiene.

Poder obsequiar a otras personas con algo que se tiene, garantiza la posibilidad de formar parte de la cadena de dar y recibir.

Los miembros del movimiento presentaron también el sistema agroforestal que crearon para compartir otras formas de plantar y cultivar. En esta fase del encuentro, se pudo ver cómo la agroforestería1 es una solución orgánica y autoorganizada que colabora con la vida:

«Es un sistema que puede responder a las dificultades que plantea la plantación. Cultivamos en esta tierra y distribuimos los frutos de la cosecha. Tiene la ventaja práctica de no tener que desherbar todo el tiempo y además cuestiona el monocultivo».

En esta etapa de conexión con la tierra, todas las personas participantes plantaron juntas, experimentando así los “mutirões”, acciones colectivas solidarias en las que hay personas que plantan en los campos de otras personas para compartir las cosechas. Las agricultoras y agricultores presentes contaron sus propias experiencias cotidianas de “mutirões”, y durante el diálogo posterior, pudieron contestar a las preguntas que surgieron a partir de la experiencia compartida.

Entremezclado en diferentes momentos del encuentro, llevaron a cabo un ejercicio de resignificación de la palabra naturaleza que permitió destacar una dimensión fundamental de la vida:

«Muchos consideran la naturaleza como algo que está fuera de sí, y no se perciben a sí mismas, a sí mismos, siendo parte de ella. Separan la naturaleza de los seres humanos. No se ven como parte de la naturaleza. Este enfoque más integrado, no es fácil de ver».

La vida en el centro

La naturaleza es intrínseca a la vida, pero hay obstáculos que hacen difícil percibir que nuestra vida depende de una mirada integradora. Por eso, el último día del encuentro, las personas participantes hablaron de este reto:

«Como conclusión, vimos que la vida está en el centro de todo. Pero la vida no es sólo la del ser humano, es también la vida del planeta. Los derechos humanos no son los únicos. También están los derechos del planeta, los derechos de la tierra».

También identificaron que para cultivar esta dimensión más integrada de la vida, es indispensable formarse:

«¿Cómo lograr verlo así? ¿Cómo podemos hacer para percibir que lo que vive una persona está relacionado con la vida del planeta? ¿Cómo nos formamos para ver las consecuencias del cambio climático en la vida de las personas en situación de más pobreza? ¿Cómo identificamos que la vida es una vida global, que es una red sistémica? Las personas necesitan formarse para poder considerarlo de esta manera».

Las personas que participaron en el encuentro regresaron a sus países profundamente impactadas y transformadas. Una de ellas decía:

«La manera que tuvieron de organizar el encuentro me desconcertó mucho, porque no es mi forma de pensar, pero salgo de aquí transformado».

Al mismo tiempo, los vínculos entre las personas y los intercambios entre ellas permitieron desarrollar durante el encuentro una reflexión profunda e innovadora, permitiendo redefinir concretamente, el tema de la injusticia social y la justicia medioambiental.

  • Las contribuciones y reflexiones compartidas no sólo revelaron que se trata de dos caras de una misma injusticia, generada por un modelo de producción y consumo, sino que también apuntaron a nuevos retos que ATD Cuarto Mundo debe afrontar para conseguir que la vida sea el centro y la prioridad de nuestras sociedades contemporáneas.

Para descubrir otras cuestiones y retos a profundizar que fueron identificados durante el encuentro, les invitamos a ver este vídeo:

Play with YouTube

By clicking on the video you accept that YouTube drop its cookies on your browser.

  1. La agroforestería o agrosilvicultura es un sistema productivo que integra árboles, ganado y pastos en una misma unidad productiva.