Francine : una lucha por la igualdad de los derechos de propiedad
Relatos de mujeres africanas en la lucha contra la extrema pobreza
En el marco del Día Internacional de los Derechos de las Mujeres, queremos destacar algunos relatos de vida de mujeres africanas, escritos por ellas mismas con la colaboración de varios equipos de voluntarios permanentes comprometidos en la región.
Los relatos de mujeres que les presentamos aquí tienen como objetivo compartir, tanto con los miembros del Movimiento como en cualquier otro lugar, las historias conmovedoras y el notable coraje de las mujeres africanas en la lucha contra la extrema pobreza. En África, las desigualdades entre hombres y mujeres no surgen solo en la edad adulta; tienen sus raíces desde la infancia, influenciadas por la educación parental y el proceso de socialización. A través de las experiencias de vida de Francine, Delphine, Stella y Mariam Sankara, nos enfrentamos a realidades a veces dolorosas, pero también a la determinación indomable de estas mujeres para superar los obstáculos. Cada una de estas historias testimonia la urgente necesidad de abordar las desigualdades de género, desafiar las normas discriminatorias y luchar colectivamente contra la injusticia, así como promover la igualdad de derechos para todas las mujeres. Cada historia compartida representa un llamado a reconocer los derechos fundamentales de las mujeres, ya sea en educación, herencia, participación política, el derecho de libertad en la elección de matrimonios.
Esperamos que estas historias inspiren una profunda reflexión sobre la condición de las mujeres en África y fomenten la acción a favor de la igualdad y la dignidad. Estamos convencidos de que cada acción, cada palabra, cada apoyo, contribuye a la construcción de una comunidad más justa, solidaria y respetuosa de los derechos y la dignidad de todas las mujeres.
Buena lectura y que estos relatos inspiren acciones concretas hacia un futuro más igualitario!
Francine vive con sus cuatro hijos en un cerro, en la periferia de Bukavu, en la República Democrática del Congo. Se enfrenta a numerosas situaciones de injusticia social y lucha por la igualdad de los derechos de propiedad de las mujeres dentro de su comunidad. Algunos miembros de su entorno tienen prejuicios hacia ella debido a su discapacidad física y actualmente está desempleada.
Solidariedad, lucha y justicia
En julio de 2019, su vida cambió drásticamente cuando su esposo falleció. Toda la familia dependía del único ingreso mensual de su esposo. Después de su muerte, el hogar perdió toda estabilidad económica.
Además, viuda, Francine tuvo que soportar los ataques de su familia política. Esta última vendió el terreno donde vivía Francine con su esposo y le ordenó que se fuera para que el nuevo propietario pudiera iniciar una nueva construcción. Expulsada, esa injusticia se sumó al duelo de Francine y sus hijos. Este tipo de injusticias desafortunadamente ocurren con frecuencia y a menudo pasan desapercibidas.
Ante esta situación, la familia se reunió para examinar el caso de Francine. Se le ofreció una suma de dinero. Sin embargo, un amigo del movimiento que la apoyaba insistió en que obtuviera un nuevo terreno, ya que el primero se vendió sin su consentimiento. Después de la redacción de un acta, Francine obtuvo un nuevo terreno. Luego buscó nuevos recursos para construir una casa.
En ese momento, el grupo de familias solidarias de ATD Cuarto Mundo en la RDC intervino: recaudaron contribuciones para comprar los materiales necesarios para la construcción de la nueva casa. Una parte de las láminas necesarias fue generosamente donada por el cura de la parroquia. Esta solidaridad permitió que Francine y sus hijos encontraran un hogar a pesar de las adversidades.
Los desafíos de la propiedad de la tierra para las mujeres después de la muerte del cónyuge: una realidad en la RDC y otras regiones.
- La historia de Francine, desafortunadamente, no es única. Muchas mujeres en la RDC y en otros lugares enfrentan maltratos por parte de sus familias políticas después de la pérdida de sus esposos. Las costumbres que a menudo limitan el acceso de as mujeres a la propiedad de la tierra contribuyen a esta situación.
A veces, son expulsadas de sus hogares y se quedan sin un lugar donde vivir. Los bienes heredables de los hijos y la esposa del difunto son entonces confiscados y distribuidos entre los miembros más fuertes de la familia.
Aunque se observan avances en algunos países, la igualdad y el respeto de los derechos de propiedad de las mujeres aún tienen un largo camino por recorrer, especialmente en entornos rurales.