Festival del Saber: el arte de crear comunidad

Foto: Festival del Saber,  España, Parla, 2021 © ATD Cuarto Mundo


Artículo escrito por ATD Cuarto Mundo España

Festival del Saber,  España, Parla, 2021 © ATD Cuarto Mundo

 El Festival del Saber ha sido un éxito. Durante dos semanas cientos de niñas y niños, jóvenes, madres y padres han llenado de buen ambiente las plazas y espacios comunes de los barrios. Todas las personas que han participado en los talleres han aportado luz, color, arte y curiosidad, dando un toque nuevo a la comunidad. Los pinceles se han ido acostumbrado a las manos inexpertas y ansiosas, los ojos se nos han llenado de risas, de sorpresas, de capacidades nuevas, de pompas gigantes de jabón que han puesto un toque de fiesta al calor de la tarde.

“Esto es lo que hace falta, que los niños vean otras cosas, es muy importante”. Con estas palabras o con palabras parecidas las vecinas han expresado la importancia de crear un ambiente amable, de poder ofrecer alternativas de juego o actividades que aporten cosas positivas y alimenten otro tipo de inteligencia.

“Nadie viene a nuestra urbanización, nunca se han hecho este tipo de actividades aquí. Gracias”, y añaden que sus barrios están abandonados, que hay conflictos y que a veces no se atreven a dejar a los niños en la calle para que no se metan en problemas. “Sobre todo hemos vivido abandonados”, dicen, mientras una madre cuenta que veinte familias llevan tres semanas sin luz y que nadie les da respuesta.

Y sin embargo, en estas dos semanas de arte en la calle no ha habido ni una sola pelea, ni una sola violencia, ni un solo insulto, solo niñas y niños jugando, solo mujeres y hombres disfrutando del juego de sus hijos, solo una comunidad que crea, que se crea, solo música y arte a la sombra de los edificios y algunas caras asombradas asomadas a la tranquilidad que pintamos.

Las cuatro urbanizaciones de Parla donde hemos vivido el Festival del Saber son conocidas como lugares de exclusión y lo que aparece en la prensa sobre ellas es la ignorancia de una sociedad que excluye: “la urbanización de los horrores”, “el infierno ocupa”. Pero a las quince personas que durante dos semanas hemos animado de manera voluntaria talleres de arte, bordados, cuentos, pintura y cerámica nos ha sorprendido la calidad de la participación, el entusiasmo, la amabilidad y educación de las niñas y niños en todo lo que hemos propuesto. Hemos descubierto comunidades con ganas de vivir algo mejor.

“¿Cuándo vais a volver?”, nos han dicho y repetido. “Nos gustaría estar todo el año”, hemos respondido.

No ignoramos las dificultades materiales, la pobreza y el aislamiento que viven gran parte de estos vecindarios. Pasar de una situación de abandono y exclusión a una comunidad estable y solidaria es un esfuerzo colectivo a largo plazo y que requiere del empeño y la participación continua de gran parte de los vecinos, un esfuerzo invisible que vienen haciendo durante años. Por eso, hemos decidido iniciar en septiembre una actividad continua de Bibliotecas de Calle, porque contra el abandono de la exclusión y la extrema pobreza queremos oponer la solución humana de una comunidad que creamos entre todas y a la que nos queremos sumar.

El Festival del Saber ha sido un éxito porque nos ha permitido experimentar la comunidad nueva y solidaria que creamos entre todas.