Evaluar vivienda y educación en Mauricio

Análisis

M.R. tiene experiencia con la pobreza extrema. Explica cómo los proyectos de realojamiento o educación no funcionan si no están pensados teniendo en cuenta a la población afectada.
M.R. participó en el proyecto de evaluación de los ODM en Mauricio.

Aquí, no hay ningún trabajo.

Antes vivíamos en «La Pipe», que se ha convertido hoy en lo que se conoce como «Midlands Dam». Las autoridades encontraron alojamiento alternativo para nosotros en un pueblo, pero desafortunadamente, no pudimos encontrar trabajo en la zona.
Por otro lado, en «La Pipe» podíamos encontrar trabajo en el campo. A menudo, la gente incluso nos buscaba para ofrecernos trabajo. Aquí no podemos encontrar ninguno.
Algunas madres consiguieron encontrar trabajo en fábricas. Desafortunadamente, las condiciones eran tales que no pudieron mantener sus trabajos. Tenían que salir de casa a las seis de la mañana y no volvían hasta las seis de la tarde. Con niños pequeños, no era posible. A diferencia de cuando vivíamos en «La Pipe», tenemos que pagar alquiler, electricidad y agua. Como dije antes, no hay trabajo. Con todos estos gastos nuevos, algunos de los habitantes han pagado con sus vidas el poder apoyar a sus familias.

85% de las personas no saben leer o escribir

En nuestro pueblo, el ochenta y cinco por ciento de los padres no saben leer ni escribir. Es una forma de violencia en sus vidas diarias. No pueden establecer presupuestos ni ejecutarlos, así que gastan y gastan… A menudo, los padres tienen que ir acompañados cuando van a una oficina, porque no pueden leer o escribir. Esto es humillante, porque se sienten asistidos. Además, tienen que firmar con su huella dactilar porque no pueden firmar.

La educación, una cuestión clave

La escuela es gratuita en Mauricio, pero en realidad no lo es para los padres que viven en la pobreza,, pues deben comprar el material escolar. A veces, hago llamamientos para recibir donaciones, pero no siempre recibo lo que pido. En su lugar recibo cosas que no nos sirven. Algunas organizaciones benéficas vienen aquí y distribuyen juguetes, pasteles y zumos a los niños. Sin embargo, siempre les pido que traigan material escolar para aliviar realmente la carga de los padres.

Hoy, hay dos niños que esperan mi regreso para que les entreguelibros, uniformes, zapatos y material escolar. En otra ocasión, había un niño con una discapacidad que no podía ir al colegio. Su madre no recibía ninguna ayuda para escolarizar a su hijo, porque no sabía leer ni escribir y por lo tanto no conocía sus derechos.

Deseo que nos convirtamos en un pueblo en el que la población joven sepa leer y escribir, porque esto es clave para salvar a mi pueblo.