Esperamos que la agenda post-2015 de prioridad al llegar a todo el mundo, especialmente a los más pobres y marginados
Análisis
Diana Skelton, Delegada General Adjunta de ATD Cuarto Mundo, estuvo en la reunión del Grupo de Alto Nivel en Londres para discutir la agenda del desarrollo post-2015.
Calidad vs. cantidad estadística
Una lección que podemos aprender de los ODM es que los objetivos basados en porcentajes pueden tener consecuencias negativas inesperadas. Por ejemplo, uno de los objetivos llama a reducir a la mitad el porcentaje de personas que sufren hambruna. Esto puede llevar a los proveedores de servicios a concentrarse solo en la cantidad de comida distribuida. Vimos comida «de los ODM» distribuida a familias de clase media, ayuda contabilizada como avance incluso cuando no alcanzó a las personas que sufrían de hambruna.
Una segunda lección que podemos aprender es que centrarse demasiado en las estadísticas puede impedirnos invertir en calidad. En Burkina Faso, más niños y niñas se escapan del campo y tratan de sobrevivir en las calles de la capital. Muchos de estos niños pudieron acudir a la escuela unos años. Sin embargo, lo que tomaron de su educación fue que el futuro radica solo en las oficinas de empleo de las ciudades. No valoran nada de lo que sus familias y pueblos pueden enseñarles, así que dejan sus hogares para ir a la capital. Una cuestión universal es la falta de respeto hacia los padres de niños pobres, lo que dificulta el aprendizaje de los niños.
Problemas de la pobreza interrelacionados
Una tercera lección de los ODM es que limitar los objetivos a ciertos aspectos de la vida también es contraproducente. Los problemas que afectan a las personas que viven en pobreza están interrelacionados. Sin trabajo, las personas no pueden permitirse pagar la electricidad. Sin medidas de protección medioambientales, los negocios pueden contaminar el agua potable. La falta de identidad legal pone en peligro el acceso a la sanidad.
Esperamos que la agenda post-2015 de prioridad al llegar a las personas, especialmente las más pobres y marginadas. Empezar con aquellos que están más desamparados, tal y como hace el Consejo de Derechos Humanos de la ONU con su nueva guía «Principios rectores sobre la pobreza y los derechos humanos«, es más efectivo y menos costoso que las estrategias basadas en porcentajes. Luchar por alcanzar a toda la gente a nivel mundial motiva a las comunidades a fortalecer la solidaridad entre aquellos que se encuentran en las circunstancias más difíciles.
Para conseguir un progreso significativo hacia estos objetivos necesitamos verlos como parte de un marco comprensivo de los Derechos Humanos. Demasiado a menudo los programas se adaptan mal a las necesidades de las personas. Sin una participación significativa en cada etapa del diseño e implementación del proyecto, no se cubrirán las necesidades de los más pobres y marginados. Para participar completamente, las personas necesitan poder expresarse sin temor a represalias, escoger organizaciones en las que puedan hablar con libertad y trabajar en un contexto en el que sus palabras no sean malinterpretadas, manipuladas o esgrimidas en su contra. Las intenciones de las autoridades involucradas deben ser muy claras.
Esperamos que el programa post-2015 pueda elaborarse basado en la experiencia e inteligencia de las personas que viven en la pobreza extrema para así innovar en nuevos enfoques y erradicarla.