El compromiso de tres jóvenes militantes en Filipinas

En este artículo presentamos extractos de tres intervenciones de jóvenes facilitadores (militantes cuarto mundo) de ATD Cuarto Mundo en Filipinas. Sus reflexiones y experiencias ayudan a conocer mejor lo que viven las personas en situación de pobreza en Manila, nos descubren sus fortalezas y sueños. Nos empuja para seguir construyendo con ellas una sociedad capaz de transformarse para asegurar una vida digna a todas y todos, gracias a la contribución de cada persona.


Christian y Jhayson hablan ante la Embajadora de Francia

En marzo, la embajadora de Francia en Filipinas visitó la Casa Cuarto Mundo en Manila. Para la ocasión, pedimos a dos jóvenes de la comunidad de Paco, uno de los barrios donde ATD Cuarto Mundo tiene presencia y desarrolla proyectos en la capital desde hace varios años, que le hablaran de su compromiso.

Christian, de 24 años, termina este año su formación en Bellas Artes.

“Conocí ATD Cuarto Mundo cuando era un niño, mientras vivía bajo un puente con mi familia.»

Era un niño al que le gustaba dibujar y colorear, y participaba en los “Festivales del Saber y las Artes”. Me influenció mucho Robert Alejandro, un artista filipino, amigo del movimiento, que llevaba a cabo actividades con nosotros. Cuando crecí, me convertí en un “facilitador” de ATD Cuarto Mundo, gracias al apoyo de los demás. Para ser “facilitador” solo se necesita pasión y compromiso.

Quiero hablar de una pintura que hice durante la pandemia. Representa a la sociedad y la injusticia que en ella reina. La persona en el cuadro lleva una máscara porque cuando hablas en contra del gobierno, puedes morir o ir a prisión. También hay cuerdas que estrangulan porque el gobierno, en lugar de ayudarnos, nos ata. Sin embargo, a pesar de todo lo que nos ocurre, todavía tenemos esperanza. Tenemos una mariposa en el corazón que representa la esperanza”.

Jhayson, de 18 años, es miembro del grupo de jóvenes de Paco (Manila): “Cuando era un niño, también vivía bajo el puente y participaba de vez en cuando en las actividades de ATD Cuarto Mundo. Durante la pandemia, una de las «facilitadoras» me animó a participar en la preparación de la biblioteca de calle. Decidí unirme al grupo de jóvenes «facilitadores».

Para mí, ATD Cuarto Mundo aporta felicidad a los niños y niñas de la comunidad. Y para nosotros, los jóvenes, es una familia. El movimiento me ha ayudado a confiar en mí mismo y a relacionarme con los demás”.

Jhonalyn interviene en la Alianza Francesa

Junto a dos compañeras de ATD Cuarto Manila, Jhonalyn hizo una intervención en la Alianza Francesa de Manila durante la conmemoración del Día Internacional de los Derechos de las Mujeres, el 8 de marzo. Se presentó a sí misma como “una niña del Movimiento ATD Cuarto Mundo”.

“Me llamo Jhonalyn y vivo en el Cementerio Norte de Manila. Cuando era pequeña, iba a la biblioteca de calle de ATD Cuarto Mundo. Ahora, soy “facilitadora”. Mi madre lavaba ropa, limpiaba casas, vendía “baluts” (huevos de pata fertilizados) en la calle; aceptaba todos los trabajos que encontraba.

Nunca pudo contar con mi padre para ocuparse de sus cinco hijos. Cuando crecí, mi madre se convirtió en mi inspiración.

Como persona pobre, y todavía más como mujer, siempre eres considerada inferior a los demás. Cuando era joven, mi madre me envió con unos parientes para terminar el instituto. Sin embargo, cuando acabé, pensaron que puesto que vivía en el Cementerio Norte, no necesitaba estudiar más. Me pusieron a trabajar. Ahora ya ni siquiera sé hablar inglés.

En ATD Cuarto Mundo, no se ayuda únicamente a los niños a aprender a leer y escribir. También se ayuda a las madres a pelear.

Se nos apoya para que podamos reflexionar y hablar delante de otras personas. ATD Cuarto Mundo nos anima a asumir responsabilidades para organizar actividades. Por mi parte, me gusta preparar talleres artísticos para fabricar adornos de Navidad. Vamos a todas las comunidades y animamos talleres para niños y adultos. Así, nos volvemos menos tímidas y más seguras. Es algo que lleva tiempo pero estamos orgullosas de ver que podemos crear y aprender unos de otros.

ATD Cuarto Mundo nos empuja a nosotras, madres, mujeres, a luchar contra la pobreza en nuestra propia comunidad, pero también a hablar por los demás.

Mi hijo era compañero de clase del hijo de una mujer que no salía de su casa y que no hablaba con nadie. Nos encontramos en el colegio y nos hicimos amigas. Le hablé de ATD Cuarto Mundo y ahora dinamiza talleres creativos y también ayuda en Ang Galing, el programa de alfabetización. Por ahora no quiere hablar delante de mucha gente. Sin embargo, mi amiga y yo queremos decir que

el sueño de todas las madres del Cementerio Norte es que un día tengamos un verdadero hogar fuera del cementerio para nosotras y nuestras familias”.


Foto: Christian y Jhayson © ATD Filipinas

Dibujo: Jhonalyn, realizado por Yves Petit