Derecho al descanso | Casa Familiar en La Bise
«Las familias tendrían que tener un lugar de descanso, un remanso de paz donde pudieran retomar fuerzas, restablecer el amor de la pareja o con los hijos y la amistad entre vecinos»
– Joseph Wresinski
Mensaje de Isabelle Pypaert Perrin, Delegada General del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo
«Mamá, ¡es la primera vez que te veo reír!». Jennifer escribió estas palabras bajo una de las fotografías de su álbum de vacaciones. Hay familias desgastadas por la miseria y de las que no se espera nada. Niñas y niños y familias para quienes las flores y los animales no tienen color.
- Habitantes de grandes ciudades que nunca han atravesado, personas que no han visto nunca el mar, ni la montaña. Un día, después de un largo proceso de preparación, se van de vacaciones a un alejado lugar de la región del Jura (Francia), a un viejo molino, con burros, conejos, un arroyo y una cascada.
«Mira, ¡es un toro, tiene cuernos! ».
A un padre le lleva tiempo poder relajarse. Permanece sentado en el banco, frente a la casa: «Señor, no quiere usted participar en las actividades?»; se preocupa una de las personas responsables. Es como si soñara, sus ojos se iluminan: «Usted no puede imaginar lo agradable que es ver que mi mujer y mis hijos están bien, que la familia está junta ».
Tampoco es algo mágico. Durante los primeros días una madre continúa estando muy tensa, riñe a sus hijos a todas horas, no se puede relajar, no se puede dejar llevar: «¿Y si este fuera un lugar donde nos observan para, tal vez, después, quitarme a mis hijos?» – ¡Continuamente la espada de Damocles!
La Bise: es una casa de vacaciones familiares, un lugar de sorpresas, descubrimientos y humanidad. Pero no solamente para las familias que viven en situación de pobreza, sino también para todas las personas que trabajan en la recepción y el acompañamiento. «¡Deberían mandar allí a todas las personas que quieren descubrir ATD Cuarto Mundo!», afirma alguien. «Puesto que aquí nos confrontamos a los prejuicios que tenemos sobre quienes viven en situación de extrema pobreza, a nuestras dudas, y de repente, al cabo de tres días, hemos recorrido un largo camino. En realidad, es un lugar donde nos transformamos juntos».
Al final de la estancia, nos tenemos que separar. Un padre, emocionado, mira la cabaña que ha construido con sus hijos, un joven acaricia una ensaladera de madera que ha esculpido, limado y pulido durante horas. Un aliado Cuarto Mundo, responsable de los desplazamientos, viene a buscar a una madre con sus hijos. «Pero, ¿dónde está? No la veo». Sin embargo, está justo a su lado, pero su peinado, su actitud y su luminosidad han cambiado tanto que no la reconoce.
Las familias se han marchado. Preparamos la casa para el siguiente grupo. Una mujer ha dejado una nota en su habitación.
- «Las personas que han creado este espacio realmente han entendido bien cuales son nuestras necesidades. ¡Estas vacaciones forman parte de los mejores momentos de mi vida!».
Años después, una joven, ahora madre, vuelve y recuerda que: «Aquí fue donde descubrí que mi madre también sabía disfrutar, reír y pasárselo bien».
Y otra madre, mirando una foto, afirma: «Aquí me di cuenta de que mi hijo era inteligente».
Si, para muchas personas, el derecho a las vacaciones y al descanso parece algo completamente normal, la opinión pública, no siempre reconoce este derecho como una necesidad para las personas de quienes se piensa que «no hacen nada». Y, sin embargo, cada grupo que llega a la Bise nos permite descubrir lo importante que es este derecho para todas las personas.
Actualmente hemos iniciado un importante trabajo de renovación y actualización a la normativa de la Casa Familiar en La Bise.
Para llevarlo a cabo necesitamos de toda la colaboración económica posible.
Gracias por su colaboración