Miércoles 27 de mayo : Geneviève de Gaulle Anthonioz entra al Panteón. Miembro de la resistencia y deportada, fue, hasta el final de su vida, militante de los derechos humanos. Gracias a la herencia que nos ha dejado, su influencia se prolonga más allá de su muerte. Desde 1958 se suma al combate de Joseph Wresinski y de hombres, mujeres y niños que luchan cada día contra la miseria, y que se movilizan con la esperanza insaciable de lograr un reconocimiento como seres humanos plenos. Geneviève ha participado en la construcción de un Movimiento portador de un mensaje para el mundo : la miseria es violencia, es negación de la humanidad ; hay que unirse para destruirla.

Nuestra sociedad se organiza cada vez más para mantener a los pobres a distancia pero, al mismo tiempo, sigue buscando constantemente lo que permite construir nuestra humanidad común, en esta actualidad su compromiso y sus palabras siguen alentándonos.

« Un día, acepté ir con el Padre Joseph Wresinski al encuentro de los más pobres de los que me hablaba. Creo que es lo primero que podemos hacer : abrir los ojos, aceptar conocer, aceptar ir a ver….(…) El segundo paso que debemos dar, unos y otros, es rechazar todo aquello que es inaceptable. En Noisy-le-Grand, dos niños pequeños murieron en un incendio en una de esas construcciones que llamábamos iglús y que protegían muy mal del frío con sus paredes finas como papel de fumar. Nos juntamos todos en la capilla del barrio, apretados unos contra otros, amigos, voluntarios, familias, para compartir el inmenso dolor de la familia de los pequeños que se habían quemado. Y, en ese momento, nos sentimos verdaderamente como hermanos y hermanas. De repente, me sentí ligada a ellos definitivamente. Eran mi familia, quería que formaran parte de mi familia. (…) En el campo de concentración, no teníamos nada con lo que oponernos a la crueldad, al odio, a la destrucción de los seres humanos, nada más que esta fraternidad. Y al final es la que vence, porque la fraternidad es más fuerte que todo. Es lo que nos enseñan cada día las familias que viven la extrema pobreza, con sus medios, con lo que construyen entre ellas, con lo que crean con nosotros y con el mundo de los demás – este mundo que podrían detestar, con razón, porque en él se ven injustamente sumergidas en la miseria- es la fraternidad. [1] »

¿Quién, en la actualidad, reconoce y se une al combate de todas estas personas, resistentes contra la miseria con los que Geneviève se alió ? Estas personas reinventan sin cesar la fraternidad y la convivencia en el corazón de las dificultades más extremas. Si optamos por ir a su encuentro y asociarnos a su búsqueda permanente de paz, entonces, el futuro se hará posible de verdad para todos.

Isabelle Pypaert Perrin, Delegada General de ATD Cuarto Mundo

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[1] Geneviève de Gaulle Anthonioz, Actas del Congreso de la Alianza internacional, Movimiento international ATD Cuarto Mundo Pierrelaye – France, 21-25 agosto 1995.