Cuándo el museo Quai Branly expone en los barrios periféricos de París
Clichy-sous-Bois y Montfermeil, Seine-Saint-Denis, reciben durante dos años los Talleres Nómadas, un proyecto creado por el museo conjuntamente con los vecinos de estos barrios.
« Sobre todo no queríamos llegar e imponer un programa” nos dice Charlotte Fesneau, del Museo Quai Branly. Con esta frase resume el espíritu de estos Talleres Nómadas en Seine-Saint-Denis. “Nada de hacer llegar las obras de arte, exponer y después volver a marcharnos”. El Museo, desde el principio ha querido consultar a los habitantes a través de las redes sociales, asociaciones, centros sociales, escuelas y servicios propuestos por el ayuntamiento.
“La caja de viajes”
El año 2014-2015 inició con una actividad intensa que ya es habitual: la exposición de obras en noviembre del 2014. El museo también había propuesto toda una diversidad de actividades: la participación de conferenciantes y de historiadores, la realización de debates, autobuses gratuitos para visitar el museo, talleres de arte, etc.
Los agentes sociales tomaron y reprodujeron los que les interesó. El Espacio Juvenil de Montfermeil creó “una caja de viajes”, un baúl lleno de actividades pedagógicas, a partir de las que los animadores y animadoras organizaban cuatro talleres con niños y niñas. Varios cuenta cuentos actuaron en los mercados.
“Hemos sido los protagonistas”
En Clichy-sous-Bois, el centro social Orange bleue, en pleno corazón del barrio de Chêne Pointu, los animadores aprovecharon las “citas concertadas con las familias” para mostrar las obras de arte. Mientras que los niños y niñas realizaban los talleres, las madres, tranquilamente, visitaban la exposición.
“El museo nos proponía herramientas. Pero nosotros las teníamos que hacer vivir. Eramos los protagonistas” dice Thibaut Tillard, coordinador del Espacio Juvenil de Montfermeil que se ha entusiasmado por el proyecto. Al principio no estaba convencido, pero ahora está apasionado y tiene ganas de dar publicidad al proyecto.
“Antes nos quejábamos de la falta de imaginación de nuestros jóvenes”, añade, “pero hemos descubierto sus capacidades de creación.” El año que viene, le gustaría que participasen músicos étnicos.
“Una oportunidad para el intercambio entre vecinos»
Justine Saine coordina los Talleres Nómadas en la ciudad de Clichy-sous-Bois, una de las más pobres de Francia en la que viven múltiples nacionalidades. “Lo que ha funcionado muy bien”, explica, “ha sido la exposición de las obras fuera del museo y las conferencias, como la de las relaciones parentales . Constituyó una buena oportunidad para que los habitantes intercambiaran entre ellos, contando anécdotas, sobre todo acerca de las diferencias maneras de hacer entre distintos horizontes culturales. Al final, varias mujeres se acercaron a hablar con la conferenciante.”
En el Instituto Romain Rolland de Clichy-sous-Bois, un profesor ha llevado a cabo con sus alumnos todo un trabajo sobre el cuerpo.
“Surge algo nuevo”
Para el museo el objetivo es hacer que personas que nunca hubieran pensado ir al museo lo hagan. “Surge algo nuevo y las barreras se rompen”, afirma Charlotte Fesnau, “las personas entienden así que los museos también son para ellas.”
Los especialistas del museo también apreciaron poder sacar su trabajo a la calle. “Al principio pensábamos que nuestras conferencias no estarían adaptadas al público que nos íbamos a encontrar”, reconoce Charlotte Fesneau, “pero incluso sin anunciarlas las gente vino. Nosotros también aprendemos”.
Foto: Talleres Nómadas, 22 de noviembre de 2014, niños y niñas realizaron frescos que posteriormente fueron expuestos.© MUSÉE DU QUAI BRANLY