Construir la vida en el presente
2009, acrílico – Centre Joseph Wresinski AR0200703002 © Nelly Schenker
Mensaje de los miembros del Movimiento ATD Cuarto Mundo en la República Democrática del Congo
En este período en el que todo el mundo vive a cámara lenta y en total incertidumbre, en el que las dificultades y el sufrimiento de las personas más frágiles van en aumento y pesan ya demasiado, queremos reiterar nuestro deseo de permanecer cerca los unos de los otros y de ellos en particular, para hacer frente juntos a esta pandemia. Creemos que compartir las iniciativas de los que buscan no dejar a nadie atrás es una forma de darnos ánimo.
El Gobierno congoleño ha adoptado medidas para proteger a la población, temiendo una rápida propagación de la enfermedad. Hoy en día, las campañas de información sobre las medidas preventivas se están llevando a cabo en el centro de la ciudad, sin llegar a las zonas periféricas donde falta de todo: carreteras, puentes, centros de salud, electricidad y donde la erosión del suelo amenaza a las viviendas. Pensamos en particular en las familias que viven allí y que carecen totalmente de información fiable.
Desde el principio nos organizamos en pequeños grupos para ir a las zonas más remotas y visitar a las familias más aisladas. Por supuesto, entendemos el lema: «Proteger a los demás protegiéndose a sí mismo», lo que implica respetar los gestos barrera, que se han vuelto universales, y conocer el virus. Así que empezamos por informarnos sobre el virus y cómo se propaga, qué hacer si tenemos síntomas, y capacitarnos para informar a los demás.
- Ahora vamos al encuentro de las familias de la periferia para compartir con ellas esta información y reflexionar juntos sobre lo que esto significa para ellas y sus comunidades. También es momento de pensar en las familias con las que habíamos perdido el contacto e intentar comunicarnos con ellas. Así que decidimos ir tan lejos como podíamos y escalar las montañas de Cikera y Mushekere para buscar a algunas familias, a pesar del barro de esta época del año.
Las personas con las que nos hemos reunimos se preocupan y expresan claramente las dificultades que tienen para protegerse. Estas familias no solo no pueden permitirse obtener productos para desinfectarse a sí mismas y a sus hogares, sino que también cada vez les resulta más difícil acceder al agua potable. Un bidón de agua, que antes costaba entre 50 y 100 francos congoleños, ahora cuesta 200 francos o más. Esta es una de las injusticias infligidas a quienes menos pueden defenderse. Aunque el gobierno ha decretado la congelación de las facturas de agua para los hogares más vulnerables, esta medida no llega a los más pobres.
- Nos movilizamos para instar a los líderes de los barrios a que tomen medidas frente a estos proveedores de agua y que se acabe con estas prácticas, para conseguir que todas las personas tengan acceso al agua en un momento en que más que nunca la vida depende de ella. También hay una escasez crítica de jabón en los barrios, y estamos llevando jabón a las familias que más lo necesitan.
Vamos de casa en casa para informar a la gente, sentir que estamos juntos para superar este período, y aprender juntos lo que podemos hacer en este inédito contexto.
Durante nuestras visitas, también aprovechamos para pasar tiempo con los niños y niñas. La mayoría de ellos son miembros de Tapori, y practicamos los gestos-barrera divirtiéndonos juntos, bajo la mirada de sus padres. Desde principios de marzo, las escuelas están cerradas. Los niños deben permanecer confinados en sus plazoletas. Se ayudan mutuamente buscando agua y madera juntos y juegan construyendo pequeñas aldeas modelando arcilla. Así es como viven en «confinamiento colectivo».
- Seguimos difundiendo noticias sobre Tapori porque sabemos lo importante que es para los niños y niñas estar vinculados con los demás. Una madre nos dijo que Tapori es una oportunidad para los niños, les anima a convertirse en lo que sueñan ser.
También nos mantenemos en contacto por teléfono con grupos que actúan en otras partes del país, en Goma, Uvira y Kavumu, para animarnos mutuamente. También ellos buscan consolidar la solidaridad y la fraternidad que, más allá de los gestos barrera de prevención, siguen siendo las armas más eficaces en esta lucha.
Para nosotros, estas visitas y lazos nos dicen aún más sobre el significado de nuestro compromiso. Como dice Rosine: «lo que vivimos con las familias no solo es una campaña de concienciación sobre este virus, sino también la consolidación de los lazos con ellas porque nos sentimos parte de la misma familia». Y Emmanuel añade:
«Nuestro Movimiento no es administrativo, construimos una vida en común, una familia que reconoce a todas las personas»