Clubs de Lectura | El poder de los libros
En Ciudad de Guatemala se desarrolla, en el seno de una de sus comunidades más pobres, un nuevo Club de Lectura para niños, jóvenes y adultos. El proyecto crece gracias a la presencia semanal de los miembros de ATD Cuarto Mundo en Guatemala, verdaderos embajadores de la literatura y el encuentro entre personas; se inspira en la amplia experiencia desarrollada por su predecesores, los Clubs de Lectura en los asentamientos de Guatelinda y La Línea en Escuintla.
En un contexto educativo desmoralizante en el que solamente uno de cada cuatro estudiantes alcanza el logro de lectura al regresar del sistema educativo, el Club es un espacio privilegiado de promoción de la lectura y el acceso a los aprendizajes. El modo de funcionamiento es muy sencillo: cada semana, los animadores llegan al barrio con una mochila cargada de los mejores libros y ofrecen a unos y a otros tomar prestado uno, oriéntandoles en su elección según sus intereses o su capacidad lectora. A la semana siguiente, se repite el gesto y la oportunidad de conversar sobre el libro y las ventanas al mundo que abre la literatura. Tras la lectura de un libro, ¡mil temas de conversación son posibles!
Elda García, una de las promotoras del proyecto, explica: “Cada vez más niños y niñas, jóvenes y adultos se incorporan. Es increíble cómo los niños de La Línea han iniciado un camino en el mundo de la lectura. Un libro provoca otra manera de crear relaciones, de ganar confianza, de hacer amistad.”
Para algunos, el Club de Lectura es la oportunidad de cumplir su sueño de leer, otros descubren por primera vez este gran placer y fuente de conocimiento. Carmen es una joven de 22 años que vende helados junto a su mamá. «Un día pensamos —cuenta David Jean, uno de los responsables del proyecto en la capital-— en proponerle tomar un libro. Desde ese día, Carmen es una gran lectora y siempre nos espera para elegir un libro nuevo. A veces, no sabe por cuál decidirse porque todos los libros le parecen bonitos: ¡No sé cuál elegir!, nos dice. Hay niños —continúa David— que toman libros prestados cada jueves, algunos cada quince días… ¡hay familias completas que toman libros! En Guatelinda, Marisol es una gran amante de los libros. Cuando le preguntas qué le diría a alguien a quien no le gusta leer, no tiene dudas: “que lea un chiquito, y así y así… a él… ¡le va a ir gustando!”
En el mismo asentamiento, Vilma es una joven mamá miembro del Club desde antes de la llegada de su primer hijo. Poco a poco, sus intereses van cambiando y empieza a solicitar lecturas sobre crianza, alimentación infantil, estimulación… Ella cuenta orgullosa que ya ha leído más de 150 libros de todo tipo, pero eso no es todo, Vilma muestra un verdadero entusiasmo por trasmitir a su bebé su amor por la lectura.
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Al igual que Vilma con su bebé, vemos a los niños más grandes traer a sus hermanos pequeños para que ellos también tomen un libro. Es una manera de transmitir el amor por los libros —explica Elda—, se ha vuelto algo espectacular ir por el asentamiento sacando libros de casa en casa. Muchos niños a los que no conocíamos antes, hoy nos abordan con mucha alegría para tomar un libro. Además, las familias nos cuentan que se ponen a leer juntos. Vemos que el libro permite un espacio de paz, de tranquilidad, de diálogo… que muchas veces es difícil vivir. Hay un pretexto para pasarla bien.
En la capital, Saida es una niña de nueve años que nunca ha dejado de tomar libros prestados. Sus hermanos la reconocen como la lectora de la casa —cuenta David—. Si ella no está cuando llegamos, no le gusta que otra persona escoja su libro. Le gustan de poemas. En agosto 2015, la poeta guatemalteca Rosa Chávez organizó en el Centro Cultural de España el Taller de Poesía Experimental “Mirar con Belleza”. Junto a otros niños, jóvenes y adultos, Saida fue muy feliz explorando su propia capacidad de creación poética. Más allá de los libros, el Club de Lectura se revela como un espacio en donde las personas, sistemáticamente privadas del acceso al aprendizaje, viven la posibilidad de descubrir sus propios talentos e intereses.
Sueño con una escuela que sea divertida
que todos los niños brinquen, rían y que nunca les quiten su inspiración y alegría.
Sueño que mi escuela sea libre de bulling y de discriminación
tener libertad de escribir las cosas bellas que vivo al aprender.
Sueño que las horas de receso sean mis horas de libertad
Para pensar y sentir que tengo derecho
a una educación digna sin rechazos ni maltratos.
Dalia. 13 años. Taller de Poesía “Mirar con Belleza”.
Desde su creación en el 2009, más de doscientas personas han tenido la oportunidad de leer a través de los Clubes de lectura desarrollados por ATD Cuarto Mundo. Actualmente, aproximadamente ochenta lectores participan de manera activa en Escuintla y Ciudad de Guatemala, tomando libros prestados con regularidad y dialogando sobre ellos en los pequeños encuentros de lectores que tienen lugar de manera formal o informal a lo largo del año.
Además, los Clubs de Lectura, unidos a las Bibliotecas de Calle y los diversos proyectos culturales y educativos, son un punto de partida para crear espacios de diálogo participativo junto a personas en situación de pobreza en favor de una mejor educación para todos.