Asumir el reto de la educación a distancia
Foto: Escuela Móvil de Stolipinovo – Bulgaria, octubre de 2019 © Magdalina Rajeva
La escuela móvil de Stolipinovo abre espacios de creatividad y educación informal en la calle, para los niños y niñas de un asentamiento informal del barrio de Stolipinovo-Plovdiv-Bulgaria. Desde octubre de 2019, cuatro profesores de la escuela Pencho Slaveykov se han sumado a esta iniciativa.
- En medio de las chabolas, organizan talleres con el equipo de la Escuela móvil Stolipinovo. Durante el invierno, reúnen a los niños y niñas de este lugar. Y luego, juntos, presentan en la escuela la actividad que han preparado.
El trabajo conjunto entre el equipo de la Escuela móvil Stolipinovo y los profesores de la escuela Pencho Slaveykov permite construir un puente entre las familias y la escuela.
Durante este período de confinamiento debido a la pandemia, el acceso a la educación es un desafío muy difícil tanto para estudiantes como para docentes. Desde el 6 de marzo, las escuelas están cerradas. Y, desde el 13 de marzo, todo el mundo debe quedarse en casa. En Bulgaria se ha establecido un sistema de educación a distancia. Pero la mayoría del alumnado de esta escuela no tienen acceso a ella: no tienen tabletas, tampoco ordenadores, ni conexión a Internet. Esta falta de material es la frontera que separa a miles de niños y niñas del acceso a la educación.
- Una de las docentes, Rosi Zlateva, compartió su preocupación con el equipo de la Escuela móvil Stolipinovo y ha asumido este desafío. Se ha comprometido con la educación de los alumnos de su clase de sexto año. Tienen entre 11 y 12 años y viven en unos edificios muy deteriorados, cerca de la zona de viviendas informales.
El equipo de la Escuela móvil Stolipinovo hizo un llamamiento para conseguir tabletas de segunda mano. En unas pocas horas, más de 50 personas respondieron positivamente. En los días siguientes , 10 de ellas trajeron sus tabletas.
Luego llegó el momento de reiniciar cada tableta, de instalar el programa de aprendizaje1, de preparar la enseñanza en línea y de entregar una tableta a cada alumno. Rosi está en contacto telefónico con las madres de sus alumnos. Gracias a esto pudo concertar las citas y, con todas las precauciones necesarias, recibir a los estudiantes uno por uno en su coche. Se necesita una sesión de dos horas para que cada niño o niña pueda familiarizarse con el material. Por primera vez, estos jóvenes han podido utilizar tabletas en el proceso de aprendizaje, así como programas educativos como Khan Academy, Google Classroom, etc. Hasta ahora, solo conocían Viber y Facebook.
Durante los primeros días, siete niños y niñas tuvieron lecciones que aprender, y ya enviaron sus primeros deberes de matemáticas. Encontraron una conexión a Internet cerca de sus hogares. Este proceso parece lento, pero seguirá adelante.
Rosi declaró recientemente: «Gracias al equipo de la Escuela móvil Stolipinovo y a todas las personas que respondieron positivamente a este llamamiento. No sé cómo describirlo, pero lo cierto es que nunca olvidaré los ojos de los niños cuando les di las tabletas explicándoles que la gente se las ofrecía para que pudieran estudiar».
Este acto da fe en la sociedad, y también una infinita dosis de orgullo y optimismo, a cada uno de los miembros del equipo de la Escuela móvil Stolipinovo.
Esta iniciativa demuestra que hace falta creatividad para permitir que los niños y niñas continúen aprendiendo, aunque queden aún muchos más a los que llegar.