Los más vulnerables han sido abandonados.
Este año, la evaluación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio del Secretario General de la ONU se ha centrado en los progresos por conseguir ciertas metas. Sin embargo, en su informe de 2011, que se centra en el impacto de los ODM en las vidas de las personas que viven en pobreza extrema, Ban Ki-moon trazó una imagen mucho más sombría:

Extendiendo la mano a los más pobres _“Por un lado, queda claro que los los ODM han marcado una tremenda diferencia… A pesar del revés económico mundial y de las crisis alimentaria y energética, estamos en el camino para cumplir las metas de los ODM en cuanto a la reducción de la pobreza. Así mismo, el progreso ha sido desigual. Se ha abandonado a los más pobres de los pobres. Necesitamos tenderles la mano y subirlos a nuestro bote salvavidas. Ahora es el momento para la equidad, inclusión, sostenibilidad y potenciación de la mujer.”

Ganancias compartidas desigualmente _“Contamos con historias de éxito para destacar, para construir y para mejorar. Pero conseguir todos los ODM necesitará de un mayor esfuerzo. Incluso en los lugares en los que hemos visto un crecimiento rápido… el progreso no es ni universal ni las ganancias se han compartido equitativamente. El desempleo prosigue obstinado tanto en países ricos como pobres.  Y en muchos casos, la brecha de la riqueza se está ampliando entre los prósperos y los marginados, y entre la ciudad y el campo. La paridad de género en la educación primaria y secundaria sigue siendo inalcanzable en muchas regiones. Más aún, las disparidad de matrícula entre las niñas de las familias pudientes y las de las familias pobres es notable.”

El efecto dominó de las privaciones _“Nos enfrentamos a una situación similar en cuanto a la mortalidad infantil. Hay unas diferencias enormes en las tasas de supervivencia entre los niños de madres que han recibido una educación y los de las madres que no han sido escolarizadas. Debemos evitar el efecto dominó en que una privación temprana lleva a otra y esta a otra y otra. Veamos también la situación post-2015. Cuando se articularon por primera vez los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sabíamos que lograrlos sería solamente la mitad del trabajo. Sabíamos que demasiados hombres, mujeres y niños ni siquiera lograrían palpar nuestros mejores esfuerzos. Es por ello que ya estamos trabajando para que todos nuestros socios apoyen el impulso y llevemos a cabo un programa de desarrollo ambicioso post-2015.”

Extracto del discurso pronunciado por Ban Ki-moon el 7 de julio de 2011 en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas en Ginebra.