Acceso a los recursos económicos y politicas de desarrollo: ¿Qué opinan los que viven en la extrema pobreza?
Tercer día del seminario de Evaluación de los ODM – América Latina y El Caribe.
El día martes 4 de diciembre se llevó a cabo la tercera jornada del Seminario de Evaluación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en el que se tocó el tema sobre el acceso a los recursos económicos y políticas de desarrollo. En ella se presentaron los testimonios fuertes de personas en pobreza que nos narran las precarias oportunidades de poder conseguir ingresos económicos para sustentar a su familia. Tal fue el caso de Fresnel Cadet de Haití que nos narró: “Antes vendía zapatos y me iba bien, pero después del terremoto en Haití se derrumbó el almacén donde estaba mi mercadería. Ahora ya no puedo conseguir sustento para mi familia.”
La presentación de los temas que afligen al conjunto de la población respecto a los recursos económicos comenzó con la delegación de Guatemala, quienes presentaron cifras alarmantes, como que el 81% de la población que trabaja no cuenta con algún tipo de seguro social o que el 73% de las personas ocupadas trabajan en el sector informal. Estas cifras están acompañadas por testimonios de vida que relatan la lucha día a día de poder hacer alcanzar un sueldo mínimo para comprar los insumos de la canasta básica que está muy por encima. Finalmente se hizo una evaluación de que esta falta de oportunidades laborales no hace más que agudizar el creciente número de jóvenes que se unen a pandillas u otro tipo de actividades delincuenciales. Esta realidad de violencia a causa de falta de oportunidades también la compartió Haití. Pero además de ello, los haitianos nos contaron que a través de una encuesta realizada a un grupo representativo se lograron desnudar problemas como que en varias familias sólo una persona, o en muchas ninguna, realiza alguna actividad remunerativa, pero también que el terremoto del 2010 ha empeorado la situación de miseria que viven las familias en Haití, que se extiende no sólo en barrios de extrema pobreza, sino que es un panorama general.
Por su parte, Brasil, a través de la organización Raizes em Movimiento, demostró que las políticas públicas llevadas a cabo por su Gobierno central no está tomando en cuenta la voz de los más pobres. Las inversiones millonarias que el Estado hace para las obras en vista del Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro el 2016 podrían ser bien utilizadas en la salud pública y la educación.
Bolivia y Perú comparten mucho de su cultura, pero también de sus realidades tan duras. El excesivo empleo informal y la discriminación en los trabajos fueron puntos coincidentes reflejados por los propios militantes que nos relatan la forma de violencia psicológica que los empleadores ejercen sobre aquellos que desconocen las leyes, aquellos que vienen de situaciones de pobreza, aquellos que por necesidad tienen que aguatar todo ese abuso. Al final se reveló una realidad de estos dos países, que sin duda es un fenómeno mundial: la alarmante migración de familias del campo a la ciudad en busca de un futuro, que finalmente se transforma en una ilusión, es así como Juan Carlos Baltazar, militante de Bolivia, nos expresa en pocas palabras este fenómeno: “Tenemos que elegir entre felicidad y prosperidad, al final mi familia y yo decidimos por prosperidad, pero al llegar a la ciudad todas esas ilusiones se destruyeron.” (Ver el vídeo)
Al final de la participación de cada delegación se comenzó a realizar los trabajos grupales de pertenencia en la que se prepararon teatro foro a cargo de los militantes de estas delegaciones y el teatro imagen en la que participaron los voluntarios de ATD, además de aliados. Estas dinámicas presentaban una problemática que luego, en plenaria, el público podría cambiar para propiciar una imagen ideal de cómo podría ser una sociedad más justa.
Al terminar esta jornada se lograron unir realidades coincidentes, pero también se rescataron aquellas propias a cada país. Se planteó la necesidad de implementar leyes de defensa de los trabajadores informales, pero también de fortaleces y difundir aquellas existentes en los países como Bolivia. En conjunto se concluyó que los Gobiernos de estos países sólo se basan en estadísticas para justificar su programa con el fin de alcanzar el Objetivo del Milenio 1 de erradicar la pobreza. Sin embargo estos esfuerzo están dejando de lado el verdadero sentido de incluir a los más pobres en sus políticas, proyectos y perspectivas de destruir la pobreza. “El salir de la miseria no es cuestión de cifras ni números, sino que es cambiar la forma de vida, la reflexión de las personas más pobres sobre el desarrollo.” Lauro Sidney, Militante brasileño de Raizes em Movimiento.