El compromiso de jóvenes que no decae jamás
En Bangui (República Centroafricana) jóvenes animadores de la biblioteca de calle y de Tapori de todo el país se han reunido este mes de septiembre para programar las acciones que ATD Cuarto Mundo prevé realizar en los próximos meses.
Preparar un ‘ngu kasa’ comida típica con la que se recibe a los invitados en el país es lo primero que hizo el equipo para que aquellos que venían de lejos se sintieran en ATD Cuarto Mundo invitados a reflexionar sobre un futuro de paz.
En la situación política actual encontrarse después de un año sin verse, todos juntos, es motivo de alegría, un momento donde poder darse fuerzas y motivarse para que las personas que acaban de conocer ATD Cuarto Mundo puedan tener un compromiso a largo plazo.
El fin de semana no solo es un momento para programar actividades, sino que se convierte en un momento donde dar noticias de un barrio, un pueblo y de la gente que lo habita. También es un tiempo de formación, donde hablar de las diferencias entre una biblioteca de Calle y un grupo Tapori, aunque en la República Centroafricana tengan similitudes, Geoffroy decía dibujando un árbol: « pueden ser diferentes ramas de un mismo árbol, pero ese árbol tiene que estar enraizado en la vida de las familias que viven en situación de extrema pobreza ».
Fue el momento de compartir lo aprendido en otras formaciones, como Gisèle y Modeste, que compartieron lo aprendido en Burkina Faso hace algunos meses en un intercambio de jóvenes comprometidos en la región África, ahora son ellos los que comparten su saber sobre « cómo utilizar un libro, cómo realzar un dibujo de un niño o niña para ponerlo en valor »
Momentos de alegría, donde nos invitan a bailar y cantar, donde a través de escenas de teatro se aprende a como animar una biblioteca de calle, actitudes a no realizar en ellas, se ha trabajado en pequeños grupos para poder discutir sobre el papel y la responsabilidad que asume un animador o animadora de una biblioteca de calle.
También es el momento de compartir todo un año de acciones, como el grupo de animadores de la biblioteca de calle animada en M’Poko, lugar donde viven las personas desplazadas por causa del conflicto, que a través de fotos presentan su animación desde diciembre 2014 hasta la actualidad.
O la Señora Onimus, que compartió su pasión por los cuentos y capacitó a los jóvenes en como crear junto a los niños un cuento.
Un animador dice : «está muy bien encontrarnos, podemos ayudarnos e intercambiar sobre las actividades. Me gusta aprender cosas nuevas. Nos damos fuerzas para continuar entre todos. No hay que de desanimarse por las actividades. Lo que es importante es que hay nuevos jóvenes que llegan y quieren comprometerse como los de Kokoro » y otro que lanza la programación diciendo: “ hay muchas cosas que hacer para el 17 de octubre, debemos pensar juntos el tema este año. Muchas familias y niños están aislados… debemos ver como vamos a estar cerca de todos ellos.”
Este encuentro ha sido un momento para aprender y programar, pero sobre todo destaca las ganas de los jónenes, que no decae jamás, de querer saber más, de poder transmitir lo que aprenden a los niños y niñas. Y también su continua preocupación por aquellos que tienen al lado.
¡Todavía tenemos cosas que aprender, con lo cual no terminamos hoy !.