Cartas desde Centroáfrica

Cuatro jóvenes y muchos niños transforman un campo de refugiados en un refugio para la belleza

Noviembre 2013.

Cuatro estudiantes en práctica, Antoine, Héctor, Jean y Daniel, entran en ’El Patio’ del Movimiento ATD Cuarto Mundo en Bangui. Ellos se comprometen de manera voluntaria desde hace algunos años y han querido hacer una pasantía para descubrir ATD Cuarto Mundo durante tres meses en media jornada. Nosotros, los voluntarios del equipo ATD de Bangui, estamos felices de acogerlos para hacer un largo camino juntos. Estamos felices también de que ellos quieran ir en búsqueda de la palabra y del conocimiento de aquellos que están más aislados en su barrio, su ciudad, su país. Durante dos años, estos cuatro jóvenes han participado en un trabajo de escritura y en la producción de un DVD «Niño del mundo, tiéndeme la mano». Con otros animadores, niños y padres de Bangui y los alrededores, han grabado y realizado giras en numerosos lugares de vida.

Antoine vive en el centro de Bangui. Está lleno de creatividad e imaginación. A menudo, reúne a los niños de su barrio en torno a un libro, un cuento … y luego el dibujo. Sus manos hacen maravillas y transmite este amor por el arte con mucho agrado. Está muy próximo a los niños, sabe acogerlos y recoger sus palabras, sus pensamientos.

Uno de los objetivos de la pasantía era organizar un recorrido en los barrios donde los niños habían participado en este DVD para restaurar el orgullo y el entusiasmo. Comenzaron a trabajar en los afiches y una pancarta y partieron hacia los barrios a fin de reunirse con sus jefes de barrio, los padres, otros jóvenes animadores para recoger ideas para una tarde festiva. Con los niños de diversos barrios, prepararon una presentación sobre la paz.

Jean viene de un pueblo a 20 km de Bangui. Jean es el más joven. Llegar a la Sede es un desafío que él enfrenta con honor. Durante todos estos meses, Jean ha llegado casi siempre antes que todos. Busca soluciones alternativas, a veces duerme en Bangui. Pero está ahí, fiel a sus compañeros. Siempre con una mochila al hombro para traer algunos libros a su pueblo, compartir historias con los niños.

Diciembre 2013 – Enero 2014

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El mes de diciembre se presenta con algunos hechos violentos. Nos vimos obligados a suspender durante dos meses la pasantía para preservar la seguridad de cada uno. Pero permanecimos en contacto. Los cuatro jóvenes pasan por ’El Patio’ para intercambiar, dar noticias de su barrio. «Estamos juntos y permanecemos juntos» dice Héctor con firmeza.

Daniel vive con su familia en el sector del aeropuerto «Bangui-Mpoko». Le tomó dos semanas «adaptarse e instalarse» en el lugar; pero muy pronto recuperó su alma de animador. Cerca de Navidad retomó la actividad de la biblioteca, en el sector de Mpoko. Luego, reunió, gracias a un equipo móvil, a cientos de jóvenes para cantar, jugar, bailar, escuchar historias.

Febrero, marzo

Retomamos la pasantía, pero de manera diferente a lo previsto. Nos dimos cita todos los jueves para hacer animación con los niños en el centro de la asociación «La Voz del Corazón». Es un encuentro habitual para reflexionar sobre la manera de continuar. ¡Encontrarse, intercambiar, discutir, eso nos hace permanecer unidos y darnos fuerza y ánimo!

Héctor debe atravesar el río cada vez, pero esto no le impide venir regularmente, incluso fuera de los días previstos. Para traernos novedades, para estar en contacto con los demás y con el mundo. Héctor está allí por amistad, para compartir su conocimiento y para que los niños de su país avancen.

Abril La pasantía continúa. Los cuatro están allí todos los miércoles en la Cancha pero el recorrido del DVD todavía no es posible. Ellos buscan qué hacer para darle alegría y orgullo a los niños. Antoine propone ir allí donde tienen amigos que pueden visitar sin riesgos. Y es así como parten cada jueves al sector de M’Poko para apoyar a su amigo Daniel en sus actividades. Tienen interés en crear con los niños algo hermoso, todos juntos, para dejar una huella de este período de varios meses en el lugar: un mensaje en un lugar de paso. Será un regalo para el hospital móvil de los Médicos Sin Fronteras: «para que la tristeza desaparezca un momento».

Los cuatro pasantes trabajan firmemente junto a otros jóvenes ya comprometidos en el lugar desde hace meses. Dan una gran libertad a los niños que pintan una gran lona del HCR [1] de 20m². La felicidad plena. Los niños están concentrados, toman su tiempo, siguen cuidadosamente las siluetas con los pinceles, tanto es su interés por contribuir a la belleza. Algunos adultos también se ponen a dibujar y a pintar. Esto se convierte en un fresco con colores llamativos, con siluetas de niños y palabras de paz, dibujadas por cientos de manos.

Mayo

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Luego de algunos retoques en la Sede, el fresco regresa nuevamente al sitio de M’Poko. Los jóvenes instalan un armazón de madera para que el fresco sea puesto en un lugar destacado en el hospital móvil, con la ayuda del personal. A fines de mayo, junto a una delegación de niños, los pasantes ofrecen oficialmente su obra al hospital de MSF. Un momento simple y hermoso en el cual los niños explican lo que significa para ellos la paz: «jugar juntos; poder ir a la escuela; estar aquí con ustedes sin escuchar disparos de armas; comer tranquilamente con mis padres». Y ofrecen este colorido fresco «para que las personas enfermas y cansadas se sientan felices viéndola». Cuatro jóvenes y muchos niños han transformado un campo de refugiados en un refugio para la belleza.

Las circunstancias del país alteraron el desarrollo de la pasantía. Fue un tremendo desafío perseverar y terminar juntos en la belleza. ¡Y pudieron lograrlo con éxito! ¡Nuestras sinceras felicitaciones por este espíritu de equipo y por haber alcanzado el objetivo!

[1] Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas