Biblioteca de Calle: una experiencia para poner la creatividad al servicio de los niños

Un texto de Adriana Jovel (novicia OCJ) sobre su experiencia en la Biblioteca de Calle en Guatemala

Adriana Jovel

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Mi experiencia en La Línea ─ ubicada en Sector 3 de ciudad Real, zona 12 de Villa Nueva─ inició en febrero 2024. Al principio era un grupo reducido de niños y niñas, pero luego se fueron integrando nuevos niños que vienen de unas casas más arriba. Se integraron unos tres niños.  Hay niños que los sábados salen a jugar futbol y después del partido llegan a la biblioteca de calle, son niños que ya habían participado en la biblioteca, pero que dejaron de llegar. También hay niños eventuales; a veces llegan y a veces no, dejan de participar y luego vuelven. Principalmente les gusta los juegos de carreras, tienen un gusto por la música y les gusta cantar.

Pero en las bibliotecas de calle no participan solamente las niñas y niños, me parece importante que los acompañantes de los niños también se involucran en la actividad. Por ejemplo: Doña Lidia es del sector y apoya en la biblioteca, hay abuelitas que se quedan durante toda la actividad, mamás que llegan a ver lo que estamos haciendo.

En las bibliotecas de calle he sido parte del sentido de solidaridad y participación de la comunidad. Don Sóstenes a veces nos regala un freso y galleta. Para el día de las plantas dio su exposición de las plantas, en una manera en que la misma comunidad apoyó y aportó a la biblioteca. Doña Elba, que vive en la casa de frente, también se ha mostrado interesada en aportar a su comunidad, como en un día de marzo en el que había sacado una piscina, no solo la dejo para sus hijos, al contrario, invitó a los demás que estaban participando en la biblioteca, por su propia iniciativa. Todo esto va con los objetivos que nos dimos al principio de año.

También se ha logrado mayor integración del grupo. Hay unos tres niños que llegan solo al momento de la manualidad, entre los niños se muestran mucha solidaridad, se ayudan entre ellos, muestran un sentido de empatía, pues cuando un niño tiene dificultades siempre hay algún otro niño que se acerca para ayudarse.

A veces he venido a la Biblioteca de Calle sin tanta energía, pero los niños me hacen salir de mí misma, al estar con los niños es imposible quedarme con mi estado de desánimo. Son ellos que crean una buena disposición en mí, me hacen estar de una forma muy presente. Cuando estoy en las bibliotecas estoy con ellos, vivo lo que estamos haciendo, lo disfruto mucho, me quito el reloj para no estar viendo la hora; para decirme que es un tiempo para estar ahí. Se ha vuelto un espacio en el cual yo también recibo: su ánimo, su cariño, su cercanía.

Desde la segunda biblioteca salió un niño a abrazarme; me dije, pero si apenas nos conocimos unas semanas y salió un niño corriendo para abrazarme. Te hacen sentir que ellos te dan su confianza, eso crea en mí una apertura hacia ellos. También me veo con los niños que son más reservados, como si hubiera esa confianza.

En ese acercamiento, ellos ponen sus límites y yo me cuestiono: ¿Qué tanto he ahondado en mi mirada? Para poder mirar más allá de ese momento de biblioteca, me cuestiono: ¿Qué tanto los estoy conociendo? Para no quedarme solo con los momentos aislados, sino que eso también se vuelva una experiencia, para que eso dé el sentido de estar acompañando a las niñas y niños.

Es un proceso de aprendizaje con mis compañeras en la misión, estar con Rosa, observar las actitudes de las demás animadoras, escuchar sus comentarios para mejorar el acompañamiento. Por ejemplo, Magda que vino por ICE-CEFAS, tuvo una actitud muy tierna al limpiar la carita de un niño, eso me hizo reflexionar sobre que más de atención puedo dar y/u ofrecer a los niños. Es una experiencia que me hace salir de mi misma, y tener más apertura.

Personalmente ha sido una experiencia de cercanía, aprender a estar con ellos, escucharlos y compartir ese momento que es libre, de tranquilidad y de confianza, poner la creatividad al servicio de los niños, acompañar desde la manualidad, el juego, la lectura, también poner bondad y dejarme mover por su ternura y al mismo tiempo dar mi ternura. Esta es mi experiencia en la Biblioteca de Calle.