Tapori Suiza, diferentes realidades, una misma dinámica

En Suiza existen tres grupos Tapori, todos ellos con objetivos comunes: trabajar con los niños y niñas sobre temas que les afectan en su vida diaria pero sobre los cuales rara vez se les consulta. Estos grupos crean un espacio de confianza donde los jóvenes pueden compartir sus experiencias y pensamientos, y avanzar en su comprensión de ATD Cuarto Mundo y sus acciones.

El grupo de Rorschach, fundado en 2020, encontró en Tapori una dinámica ideal para ofrecer a los niños y niñas de las nuevas familias que llegaban a la localidad un espacio de integración. En una ciudad con más de treinta nacionalidades y sin una larga historia con ATD Cuarto Mundo, Tapori busca motivar a los niños y niñas a vivir en amistad, abrirse a los demás y proponer acciones solidarias para un mundo mejor.

El grupo de Treyvaux, establecido en 2023, sirve de enlace entre la comunidad y ATD Cuarto Mundo, cuya sede nacional está allí desde 1967. De esta manera, los niños y niñas de la localidad descubren el centro nacional y entran en contacto con ATD Cuarto Mundo, aprendiendo sobre su misión y otras acciones realizadas en Suiza.

El grupo de Ginebra, formado en 2024, tiene como objetivo ofrecer un espacio donde la niñez pueda conocerse mejor, compartir momentos de confianza y diversión, y aprender sobre la realidad de otros niños y niñas en el mundo y en su propia ciudad.

Formarse en la animación

Con estos tres enfoques diferentes, surgió la idea de organizar un campamento durante las vacaciones de Pascua para reunir a los niños y niñas Tapori del país en una actividad común. Además, este evento pretendía que sus animadores vivieran un momento juntos, en el cual, a partir de diversas herramientas, pudieran aprender unos de otros sobre la animación de un tema, generar cohesión de grupo y utilizar la Carta Tapori1como elemento de animación.

  • Para la creación de un grupo y poder generar un pensamiento común no solo es necesario trabajar de manera formal la expresión, sino que la búsqueda de juegos que permitan la expresión, la escucha y la creación de grupo es necesaria. No nos podemos olvidar que son niños y niñas y que muchas veces se aprende jugando.

De ahí que se pusieron en marcha juegos al aire libre, animaciones a partir de cuentos o la visita a una central hidroeléctrica y una fábrica de chocolate, aprendiendo sobre energías renovables y degustando deliciosas creaciones. Las noches también fueron momentos de diversión y aprendizaje a partir de juegos o fiestas donde los niños y niñas pudieron aprovechar para agrandar su grupo y conocer a nuevas personas de una forma divertida.

Desafíos

En este encuentro se hablaban dos idiomas (francés y alemán), aunque en muchos casos no eran la lengua materna de los niños y niñas ni del equipo de animación. La diversidad de contextos y orígenes aportaba una riqueza cultural muy valiosa, pero también presentaba la dificultad de comprenderse mutuamente y encontrar un ritmo adecuado para todos.

La necesidad de interpretación durante los tiempos formales de trabajo fue evidente. Acompañar al grupo de niños y niñas cuando no se comparte el mismo idioma es todo un reto, ya que la expresión de ideas y sentimientos está muy influenciada por la lengua en la que se comunican. Sin embargo, esta barrera desaparecía en los momentos informales, donde la conexión y complicidad entre los niños y niñas era casi mágica. En cualquiera de los idiomas, el esfuerzo para entenderse unos a otros fue increíble.

La Carta Tapori como herramienta de animación

Durante la preparación y el encuentro, cada grupo local utilizó la Carta Tapori n.º 447 propuesta por Tapori Internacional. Abordar la violencia escolar, un tema cotidiano para muchos de los participantes, requirió tiempo y confianza, fortaleciendo los lazos internos de cada grupo. Algunas de las personas que participaron en el campamento trabajaban por primera vez con una Carta Tapori.

La animación de la carta se hizo en varios momentos:

  • Lectura y comprensión de la carta e identificación de las injusticias que encontraban.
  • Trabajo individual sobre el tema, expresando qué sienten o cómo entienden la violencia escolar en su vida.
  • Escucharnos unos a otros en el grupo, aprendiendo de lo que cada participante tiene que aportar y respetando los tiempos de cada uno. Solo así podemos crear un mensaje común, no eligiendo entre las aportaciones sino creando uno nuevo a partir de cada persona del grupo.
  • Descubrir los haikus, su métrica, su diseño, creando maravillosos haikus contra la violencia escolar, tanto de forma individual como colectiva.

El campamento fue un éxito, ofreciendo a los niños y niñas unas vacaciones diferentes, donde conocieron a otros grupos Tapori, se divirtieron juntos y trabajaron contra las injusticias escolares. Para las animadoras del grupo, fue una oportunidad de aprender cómo animar y seguir avanzando no solo con su grupo, sino formando una dinámica Tapori nacional.

  1. En la carta Tapori les proponemos trabajar sobre las injusticias que vemos
    a nuestro alrededor. Queremos demostrar
    que las niñas y niños pueden cambiar
    positivamente los espacios en los que
    están presentes en su vida diaria.