El derecho torcido

Ha transcurrido un año desde el inicio de la serie de artículos sobre el proyecto de investigación Pauvreté, croisement des savoirs et critique sociale publicados en la página web internacional de ATD Cuarto Mundo. Desde hace un año, los artículos mensuales presentan esta investigación, cuyos resultados se han publicado recientemente en el libro Pour une nouvelle philosophie sociale, organizado por François Jomini, David Jousset, Fred Poché y Bruno Tardieu, editado por Bord de l’eau.

Cada mes, los artículos y vídeos de la página web han puesto de relieve que cuestiones que parecían puntos ciegos de la filosofía social y, más en general, del debate político, dejarían de serlo si se tomara realmente en serio la participación de los más pobres. El seminario de filosofía social tomó la decisión de situar el saber de los más pobres en el centro de una dinámica colectiva y plural del saber.

Concluimos esta serie con una mirada a las formas en que se analizó el derecho en esta investigación, y una discusión de los resultados. Las reflexiones de este artículo final nos llevan a dar un paso más en las cuestiones planteadas por esta investigación: el de la biopolítica.


Artículo escrito por Cristina Diez, voluntaria permanente del movimiento internacional ATD Cuarto Mundo.

¿Es el derecho un instrumento de liberación o de opresión?

Este artículo está escrito a partir de una intervención realizada durante el seminario de filosofía social organizado por ATD Cuarto Mundo el 9 y 10 de diciembre de 2022 en la universidad Paris-Cité. Durante este evento se presentaron los resultados de 3 años de investigación participativa con la metodología del cruce de saberes.

Durante este seminario participantes de diferentes países fuimos invitados a dialogar con los y las autoras de la investigación a partir de una lectura crítica y situada de diferentes textos que han sido publicados en el libro “Por una nueva filosofía social. Transformar la realidad a partir de los más pobres”. Este artículo dialoga con la sección 2 del libro sobre el derecho.

Los capítulos sobre el derecho albergan una tensión entre el derecho como instrumento de liberación y el derecho como instrumento de opresión. ¿Resuelve el texto esta tensión? Invito al lector o lectora a leer el libro y responder por sí misma. Aquí podéis leer mi análisis.

Una contradicción

El texto empieza con esta contradicción del derecho como instrumento de violencia para enseguida introducir la idea de Wresinski que la legitimidad del derecho se sitúa en la Declaración de los Derechos Humanos, porque ésta se fundamenta en la dignidad inalienable de cada ser humano. Para poder aceptar esta legitimación es necesario hacer una revisión crítica de esta declaración. Propongo aquí cuatro puntos conflictivos:

  • La declaración no tiene en cuenta el derecho de la naturaleza, el derecho de los animales y las plantas, el derecho de la Tierra Madre.
  • La declaración no tiene mucho sentido en países donde el Estado es prácticamente inexistente.
  • La declaración nos pone en un contexto y una mentalidad de pensar en lo individual y no en lo común. Y el derecho colectivo no aparece ni en la declaración ni en el texto.
  • Finalmente, la declaración se ha convertido en un discurso propagandístico 1

Contra una aceptación acrítica de los textos fundacionales

Voy a argumentar brevemente los tres últimos puntos en diferentes momentos de este artículo, empezando por este último. La aceptación acrítica de estos textos constituyentes, leyes y declaraciones nos impide ver que están elaborados por los poderosos a partir de sus intereses o que a lo largo del tiempo han sido apropiados para defender estos intereses. Pensar que tenemos derechos nos hace sentir que todo va bien y nos impide ver que el único derecho que se aplica realmente es el derecho a la propiedad privada. Este derecho se hace cumplir a nivel internacional a través de la Organización Mundial del Comercio, cuyas decisiones son vinculantes e implican sanciones de no ser cumplidas. A nivel nacional son los sistemas judiciales y las fuerzas de seguridad del Estado las que se encargan de hacer cumplir las leyes y las normativas.

Suspensión permanente de derechos

Como bien indica el texto, el derecho puede fallar: «El derecho puede fallar cuando es anulado, suspendido por un poder político, por ejemplo, en un estado de emergencia sanitaria donde se suspenden ciertos derechos, ciertas libertades públicas«.  Ahora bien, en esta situación de emergencia sanitaria en la que existía una percepción de que estaban en juego la salud y la seguridad del planeta, el derecho de las multinacionales a conservar las patentes de las vacunas no falló.

  • Si observamos la vida de personas en situación de extrema pobreza percibimos que viven en una situación de suspensión de derecho permanente.

Para entender cómo funciona esta suspensión es necesario poner sobre la mesa, como hace el texto, el concepto de norma y el poder de lo normativo. A través de la normatividad todo ciudadano y toda ciudadana se puede hacer controladora. La norma le otorga el derecho de juzgar «tú no eres normal», «lo que haces no es normal», «como educas a tus niños, no es normal». Cuando este ciudadano o ciudadana forma parte de una institución como los servicios sociales, la escuela o el centro médico tiene el poder de comparar el comportamiento de las personas que viven en la pobreza con la norma social. Si el veredicto es negativo pueden aplicar medidas de control que están a la base de lo que en la investigación sobre las dimensiones ocultas de la pobreza ATD Cuarto Mundo define como maltrato institucional.

Una triple violencia

Ocurre aquí una triple violencia, la primera reside en la obligación de tener que ajustarse a unas normas cuya única legitimidad reside en eso mismo, que son lo considerado normal en una determinada sociedad y en un determinado momento histórico. La segunda violencia se produce por el hecho de que las condiciones de vida en la pobreza impiden ajustarse a esas normas. Finalmente, la tercera violencia se produce cuando las instituciones sociales ponen como condición para recibir ayuda o apoyo el cumplimiento de esas normas sociales, privando así a las personas que viven en la pobreza de acceder a sus derechos y castigándolas con medidas como la retirada de la custodia de los hijos.

Es interesante darse cuenta que mientras una persona tenga la capacidad de adaptarse a las normas el derecho no se vuelve contra ella. Este estado de no derecho, esta sociedad tal y como la viven las personas en situación de extrema pobreza, según los teóricos de la biopolítica que vienen a reflexionar después de Foucault, se acerca más a la realidad. El estado de no derecho es el estado en el que vivimos todas y todos en realidad, un estado que se pone de relieve porque cada vez más nuestros países están gobernados por la rama ejecutiva en vez de la legislativa.

La paradoja del Derecho

La tensión presente en el texto entre lo que sería una sociedad sin derecho y la opresión del derecho nos permite ver una paradoja de mi crítica al derecho. Se puede construir una teoría crítica de los derechos, pero a la vez los derechos dan un marco y un recurso a la justicia en caso de violación a una parte de la población mientras no se suspenda el estado de derecho.

En el seminario de filosofía social se afirmó que “la pobreza no es un problema de los más pobres, es un problema de toda la sociedad”. A esta frase me gustaría añadir que la situación de los que viven en la pobreza no es solamente un problema, es también una oportunidad para el cambio porque nos ayuda a entender cómo funciona realmente la sociedad. Para entender qué mecanismos de control y de castigo se ponen en marcha si nos salimos de la normalidad necesitamos irnos a los márgenes de la sociedad. Cuando vives dentro del océano, no te das cuenta de que estás en el agua, cuando las olas te llevan a la playa entiendes lo que es agua y no agua. Las personas que viven en los márgenes nos permiten ver las normas que oprimen y limitan la vida en todo momento. La pobreza es también una oportunidad porque para sobrevivir las personas que la padecen han generado y generan mecanismos de resistencia. Como sociedad necesitamos aprender de las personas que son portadoras, incluso si a veces lo son de manera inconsciente, de toda una historia de resistencia transmitida de generación en generación.

Derecho y resistencia

También hay que aprender de la resistencia del pueblo gitano, de los pueblos autóctonos originarios, de los que fueron esclavos y que han resistido a la esclavitud, del movimiento abolicionista. En tales contextos se ha generado una resistencia muy particular. Para entender esta particularidad voy a hacer referencia a una idea de Foucault que se menciona en los textos del coloquio “el poder crea resistencia”. Y aunque no se mencione tan claro en estos textos, Foucault también dice que esta resistencia refuerza el poder. El poder necesita esta resistencia, a través de ella aprende, evoluciona y se hace más fuerte. Por lo tanto, para que haya un verdadero cambio social necesitamos crear resistencias y alternativas que no refuercen el poder. El texto sobre resistencia menciona este tipo de estrategias que son puestas en práctica por personas que viven en la pobreza: la subordinación aparente, el gesto poético y la elusión.

Salir del binarismo

Para terminar, quisiera mencionar otras dos grandes limitaciones inherentes al derecho: la primera es que el derecho nos pone en un marco de pensamiento individual y nos dificulta pensar lo colectivo. La segunda es que no nos permite salir del binarismo. El derecho ha sido creado por un pensamiento binario y se ejerce en el marco del binarismo: respeto o violación, derecho o no derecho. Ahora bien, el pensamiento binario no nos ayuda a evolucionar ni a cambiar. Necesitamos otro tipo de paradigma, quizás un tipo de pensamiento más circular que nos ayude también a salir de lo individual y pensar lo colectivo. Una de las consecuencias de este marco de referencia binario es que nos pone en una mentalidad de oposición, de resistir. En este caso, las reglas de nuestra acción vienen dictadas por aquello a lo que nos oponemos y en este marco no hay espacio para la creatividad. Para cambiar el mundo es necesario crear lo impensable, lo inesperado, lo inconcebible, lo original, no por oposición, sino por el placer de crear y experimentar algo diferente. Y enlazo esta convicción con algo que está emergiendo en el Movimiento ATD Cuarto Mundo. Somos un movimiento que se ha construido a partir de un rechazo, el rechazo a la miseria. Siento que estamos empezando a vivir un cambio de paradigma y hay cada vez más una conciencia de que no podemos construir en negativo, que necesitamos propuestas sobre el modelo de civilización que queremos y no sobre lo que rechazamos. Y para mi el referente fundamental es “la vida”, queremos una sociedad que fomente la vida. Y por esto en los tres textos el tema de la conservación de la custodia de las hijas e hijos es recurrente, porque tiene que ver con ese referente fundamental como seres humanos que es este derecho o esta posibilidad de concebir y cuidar la vida.

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  1. Cara al exterior los países del Norte son los abanderados de los derechos humanos y esto les da el derecho de sentirse superiores y medir y criticar el resto de países por su pobre cumplimiento de los derechos humanos. Cara al interior vivimos con la convicción de que nuestros países priorizan los derechos humanos y, si estos no son una realidad para todas y todos, es que el sistema no es perfecto, pero hay que creer en él porque es el mejor que tenemos.