En 1992, la Asamblea general de las Naciones Unidas reconoció la fecha del 17 de octubre como el Día mundial para la erradicación de la pobreza. El pasado 9 de junio, el Comité internacional 17 de octubre, ATD Cuarto Mundo y diversos colaboradores celebraron, en París, los 30 años de este reconocimiento y reflexionaron sobre los retos y perspectivas para los próximos 30 años.

Bajo el indudable prestigio del Consejo económico, social y medioambiental¹. Bernard Monnet, militante Cuarto Mundo, recordó su primer 17 de octubre: “Mi padre estuvo presente. Se sintió orgulloso de ver que se manifestaba en público nuestra lucha para conseguir nuestros derechos”.

Más de 30 años después, delante de cerca de 150 personas en la tribuna de la tercera asamblea constitucional francesa, expresaba que este Día mundial para la erradicación de la extrema pobreza es “un reconocimiento increíble”.

• “Nuestros padres estaban encerrados en el silencio. Pero, la creación del 17 de octubre, nos ha permitido salir del silencio”. Este día, creado en 1987 y reconocido por la ONU en 1992, “nos ha ayudado también a superar nuestros problemas personales para situarnos como ciudadanos del mundo, como defensores de los derechos humanos”.

En esta mesa redonda, titulada “Resistentes a la pobreza, constructores de paz”, en la que se expresaron personas en situación de pobreza y personalidades oficiales, Bernard Monnet se preguntaba: “¿Qué alcance tiene esta palabra en las instituciones donde se decide el futuro de la humanidad?”. Citó entonces la frase de Joseph Wresinski, inscrita hace 35 años en la Placa en honor de las víctimas de la miseria, en la Plaza de las Libertades y los Derechos Humanos en el Trocadero de París:

“Allí donde hay personas condenadas a vivir en la miseria, los Derechos Humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado”.

Para él, este texto “no es sólo un mensaje, es un proyecto, siempre por construir”. Y este proyecto no es “una cuestión de ayuda económica, ni de acceso a uno u otro derecho”. Para él, como militante Cuarto Mundo, se trata de

• “reconocer el saber de los más pobres, crear la confianza para ser capaces de establecer un diálogo auténtico sobre la pregunta: ¿están la economía y la sociedad que construimos, al servicio de la paz y de la unidad de los derechos humanos?”.

“No somos pobres de todo”

Repasando el camino recorrido desde 1992, France Fournier, militante Cuarto Mundo y miembro del Colectivo por un Quebec sin pobreza, constata, también, progresos. Dice: “Hemos sembrado la idea de pedir la opinión de las personas en situación de pobreza. Eso evita cometer errores, aprobar leyes que perpetúan las desigualdades. Cuando se trata de conseguir que las personas que se encuentran en lo más bajo de la escala suban un peldaño más, se beneficia de ello toda la sociedad”. Y añade:

• “No somos pobres de todo. Es lo que afirma la jornada del 17 de octubre. También tenemos fortalezas. Cuando se oye a una persona dar testimonio de su realidad y expresarlo en público, se logra que otras personas que viven la misma situación se reconozcan. Eso da aliento, oxígeno, eso despierta fuerzas insospechadas”.

«El mundo tiene todos los recursos que necesita», afirma Roberto Bissio, Director Ejecutivo del Instituto del Tercer Mundo y miembro del Comité Asesor de la Sociedad Civil del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. De hecho, «tenemos más que suficiente para responder a las necesidades de todas las personas», dice, citando a Gandhi. «Pero no tenemos suficiente para la codicia de unos pocos, que son los que realmente acaparan esta riqueza, nuestra riqueza. Además de la concentración de la riqueza y del poder, hay un problema de distribución de recursos».

Como ejemplo, cita la renta media por persona en el mundo, que supera los 10.000 euros anuales.

• «Y sin embargo, más de mil millones de personas viven con menos de lo que cada vaca en Europa recibe como subsidio al día. Cuando se trata de superar la pobreza, parece que siempre faltan recursos. Sin embargo, durante la pandemia, aparecieron mágicamente miles de millones para rescatar a las empresas. Así que la pobreza no se debe a la falta de recursos, ya que en realidad «hay más que suficientes actualmente en el mundo para proporcionar una vida digna a cada persona».

Como economista que trabajó muchos años en la Organización de las Naciones Unidas, Donald Lee dio testimonio asimismo de la fuerza de esta jornada. Decía, el hoy presidente del Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo:

• “En la ONU, se acuerdan resoluciones, eso es muy técnico. Muchos no ven el verdadero rostro de la pobreza. El 17 de octubre facilita esta conexión entre las personas. Su repercusión ha sido extraordinaria. Ha permitido establecer el vínculo entre derechos humanos y pobreza y cambiar nuestra mirada”.

Transformar las estructuras y las personas

Sin embargo queda “mucho por hacer”, recuerda Bruno Dabout, delegado general de ATD Cuarto Mundo internacional. Considera que es indispensable una “transformación de las estructuras de dominio económicas y sociales”. Pero especifica que esta evolución pasará necesariamente por “una transformación personal”. Al poner en el centro a quienes han vivido la experiencia de la pobreza, el 17 de octubre abre de ese modo un “diálogo ciudadano mundial”. Permite que las personas “que han vivido en la vergüenza de la miseria se sientan orgullosas de su vida, aun cuando sigan haciendo frente a múltiples desafíos”.

• Para “aquellos y aquellas que tienen miedo de las personas en situación de pobreza, que sienten vergüenza de no hacer nada o de no saber cómo actuar”, este diálogo, explica, abre también la posibilidad de “transformarse y de luchar contra la pobreza”.

Todos los participantes esperan que “el espíritu del 17 de octubre se ponga en práctica todo el año, para que los seres humanos puedan vivir en un planeta en paz, sostenible, que sean libres de elegir sus propias opciones, de participar en las decisiones que afectan a sus vidas”, como afirma Aye Aye Win, presidenta del Comité internacional del 17 de octubre.

Guiados por una cincuentena de voluntarios, los participantes se dirigieron luego al Trocadero para leer el texto de la Placa en 30 idiomas y continuar la reflexión amenizada con música, en torno a exposiciones, juegos y actividades, porque

• “el combate contra la pobreza se libra en los lugares de poder, pero también en las calles”.

Este artículo ha sido publicado en el periódico de ATD Cuarto Mundo en Francia de julio-agosto de 2022.

Fotos: Paris, 2022 © Carmen Martos / ATD Cuarto Mundo

1. (CESE, por sus siglas en francés) es una asamblea constitucional consultiva. Al representar a las principales actividades económicas, sociales y medioambientales, el CESE favorece la colaboración entre las distintas categorías socioprofesionales y garantiza su participación en la definición y la evaluación de las políticas públicas.