Crear juntos para romper las cadenas
Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
La siguiente historia está publicada conjuntamente por Moïse Compaoré (Costa de Marfil)
Condiciones terribles
Vamos a contaros lo que vivimos en el Centro Penitenciario de Bouaké, en ese Centro Penitenciario al que acudió el padre Joseph, y donde pidió a las personas allí presas, dispuestas en círculo a su alrededor, agarradas de la mano, apoyarse mutuamente y unirse para luchar contra la miseria que padecían.
Un detenido, cuando tenía que salir, lo hacía con los pies encadenados (…) E incluso cuando ibas al médico, tenías que salir con la cadena en los pies.
Nadie confiaba en nadie
Los detenidos se preguntaban, pero, ¿cómo vamos a hacer para unirnos si toda nuestra vida en la cárcel consistía en hundirse unos a otros? En prisión, la amistad era algo imposible. Existía la sospecha, la extrema violencia, todo el mundo caminaba con su cuchillo, todo el mundo desconfiaba de todo el mundo. ¿Cómo podíamos unirnos en esas condiciones?
Alguien creyó que las cosas podían cambiar
En el Movimiento ATD Cuarto Mundo existían los Clubes del Saber, que pretendían ser un lugar en el que compartir el saber. ¡Eso es, comenzad por ahí! Que quienes saben algo enseñen a quienes no las saben.
Entonces nos preguntábamos, «pero, ¿qué es lo que podemos enseñar nosotros aquí, en la cárcel? Si lo que buscamos es poder comer, poder vivir».
La hermana Simone trajo tizas, y entonces comenzaron a enseñar, en las paredes, incluso sobre las puertas y en las celdas),a leer a aquellos que no sabían. Otros llegaron y dijeron: «Ah, yo se hacer teatro». Es lo terrible de la miseria, que deforma al ser humano. Te conviertes en una bestia. Cuando eres capaz de crear algo bello, las personas te respetan
Después de la alfabetización, del teatro, otros llegaron y comenzaron a esculpir. «¡Ah, ese era mi trabajo en la ciudad!», y entonces la hermana empieza a recoger trozos de madera y le pide que comience a esculpir. Siempre nos pedía que diéramos lo mejor de nosotros mismos, pero eso no siempre lo entendíamos..., «al crear cosas bellas la gente os tendrá en consideración».
- El Club del Saber ha demostrado que cuando las personas se unen, las cosas pueden cambiar.
También somos personas
La hermana Simone luchó para ganar el corazón de cada persona, una a una. Y eso también lo hizo en lo que respecta a la Iglesia, o en lo que respecta a los médicos, al hospital o a los vecinos del barrio. Les invitaba a acercarse a nosotros, pero no para ofrecernos comida o hacernos regalos, sino simplemente para que se relacionasen con nosotros, para que nos respetasen, para descubrir que también nosotros somos seres humanos.
La Ministra de Justicia, Jacqueline Oble vino a la cárcel a visitarnos y la hermana Simone le mostró una escultura que Soro había realizado. Así fue como la escultura se instaló en la basílica de Nuestra Señora de Yamoussouko. Este hecho no solo honra a los detenidos, sino que honra a los vigilantes, a la Iglesia de Bouaké… honra a todo el país.
A partir de ese momento la percepción de la administración penitenciaria cambió, la mirada de las autoridades cambió, la mirada de los vigilantes cambió. Nosotros mismos empezamos a creer en nosotros.
Cada año, en esta peregrinación, no solo participaban cristianos, sino que venían creyentes de todas las confesiones, de todas las confesiones. Para nosotros es un verdadero orgullo saber que todos los gestos que hemos realizado, esta solidaridad que hemos construido, sigue estando viva.
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