La lucha por no dejar a nadie atrás
Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
La siguiente historia está publicada conjuntamente por Alison Tate, directora de relaciones exteriores de la Confederación Sindical Internacional; Roberto Bissio, secretario internacional de Social Watch; e Isabelle Pypaert Perrin, delegada general del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo.
«Yo desde niño empecé a trabajar, desde la edad de seis años… En ocasiones he vivido momentos muy difíciles… Ya no quiero ser pobre. No quiero que me llamen más pobre… Hermanas y hermanos de todo el mundo, sigamos trabajando con lucha y con fuerza para que nuestros hijos no lleven la vida miserable que hemos vivido durante mucho tiempo».
Estas fueron las palabras de Juan Carlos Baltazar de Bolivia, cuando participaba como delegado en el seminario organizado en 2013 por ATD Cuarto Mundo en la Sede Central de las Naciones Unidas en Nueva York.
Este seminario contó con la participación de 50 miembros de ATD Cuarto Mundo de diferentes delegaciones, entre ellos personas en situación de pobreza, y presentó un documento de trabajo ante el panel de representantes de alto nivel que incluía una serie de observaciones y propuestas para la eliminación de la extrema pobreza. La emotiva intervención de Juan fue seguida por una gran ovación de todos los presentes, entre otros, embajadores de cuatro continentes presentes en el estrado, y fue ampliamente difundida en las redes sociales.
¿Por qué este seminario, con momentos de intensa emoción, ha demostrado ser un importante punto de inflexión?
Trece años antes, en septiembre del año 2000, las Naciones Unidas presentaron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para el período 2001–2015. El primer objetivo trataba de reducir en un 50% el número de personas que viven con menos de 1,25 dólares al día. Cuando la información sobre los nuevos objetivos llegó hasta las zonas de extrema pobreza, la reacción fue dramática. Las vecinas y vecinos dijeron a los miembros de los equipos de ATD:
- «¡Oh, solo a la mitad! Entonces nosotros seguro que nos quedamos fuera. No incluirá a ninguno de los que estamos aquí».
Para ellos este objetivo era percibido como una declaración de abandono ya que alentaba a los agentes públicos y privados a dar prioridad a quienes son más fáciles de alcanzar y, por consiguiente, a excluir a los demás, a quienes viven en situaciones más graves de pobreza.
No era la primera vez que ATD Cuarto Mundo se apoyaba en las lecciones obtenidas a partir de la experiencia y del conocimiento de las personas en situación de pobreza sobre la importancia de no dejar a nadie atrás.
De hecho, desde su fundación ATD Cuarto Mundo están profundamente marcado por este principio. En los años 60, en el asentamiento provisional de Noisy-le-Grand, situado en las afueras de París, después de años de lucha por sus derechos, propusieron a las familiasuna posibilidad de realojo, pero estas acordaron entre sí que únicamente aceptarían si se garantizaba el realojo a todas las familias independientemente de que tuvieran más o menos fuerzas.
- En 1970, este aprendizaje que resultó esencial para denunciar la política de «selección social de los pobres», de los programas sociales, que fallan a la hora de alcanzar a las personas que viven las situaciones más graves de pobreza y que solamente trabajan con quienes son más fáciles de alcanzar por encontrarse en una situación mejor y, en virtud de ello, proclaman su éxito.
Posteriormente, en la década de los 80, ATD Cuarto Mundo puso esta cuestión en el centro de la preocupación de la UNICEF, al convencer de la necesidad de abandonar el objetivo de alcanzar al 80% de la población infantil general y concentrarse en el 20% más difícil de alcanzar.
Con todos estos antecedentes, no supuso una sorpresa para nuestros equipos implicados en la mejora de los ODM que lo que para muchas personas en el mundo constituía el ambicioso objetivo de reducción de la pobreza en un 50%, se vivía efectivamente como un rechazo y un abandono de las comunidades más excluidas por parte de las Naciones Unidas, a quienes supuestamente se dirigía mediante los OMD.
En el año 2011, gracias a los continuos esfuerzos realizados por los equipos de ATD Cuarto Mundo ante las Naciones Unidas, la Asamblea General de la ONU encargó una evaluación de los ODM desde la perspectiva de la población en situación de extrema pobreza. Se encomendó a ATD Cuarto Mundo la tarea de liderar esta evaluación que se llevó a cabo en colaboración con otros agentes como Social Watch y la Confederación Internacional de Sindicatos (ITUC), con sus 181 millones de trabajadoras y trabajadores, muchos de ellos con empleos de bajos ingresos.
Así, ATD Cuarto Mundo realizó, de 2011 a 2013, una investigación-acción participativa que movilizó activamente a cerca de 2 000 personas de 22 países tanto del norte como del sur, en su mayoría personas en situación de extrema pobreza. También se llevaron a cabo 8 seminarios internacionales. La participación de países del norte puso de manifiesto que la extrema pobreza existe en todo el mundo y no únicamente en países del sur como fijaban los ODM.
En el seminario final en las Naciones Unidas en Nueva York, celebrado en junio de 2013, ATD Cuarto Mundo presentó una serie de propuestas y recomendaciones basadas en esta investigación-acción participativa y en su informe final «Hacia un desarrollo sostenible que no deje a nadie atrás».
Con este encuentro, el círculo se cerraba.
- En septiembre de 2015, el principio «no dejar a nade atrás» se reconoció oficialmente en la formulación de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (2016–2030), que remplazan el desacreditado objetivo de los ODM de reducción de la pobreza en un 50%. El pleno empleo y el empleo decente para todas las personas (objetivo 8) y la puesta en práctica a nivel nacional de sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos (objetivo 1, meta 1.3), también se reconocieron como objetivos importantes a alcanzar.
Esta fue una victoria que se alcanzó con y para las personas en situación de extrema pobreza y sus socios. Ha llegado el momento de que los Gobiernos tomen en consideración todas estas afirmaciones y garanticen el cumplimiento de la Agenda 2030 para no dejar a nadie atrás.
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