Jardín de Historias: fomentar relaciones positivas entre familias y con la comunidad
Jardín de Historias es un proyecto familiar e intergeneracional de promoción de la lectura que se lleva a cabo cada semana en el mercado local de Gallup, Nuevo México. Los facilitadores del proyecto ponen a disposición de las familias que vienen a vender o a comprar al mercado libros, puzzles, actividades artísticas y otros recursos educativos de manera gratuita. Muchas de las familias que vienen al mercado son familias de escasos recursos y tienen un acceso limitado a programas educativos y a un entorno social propicio en materia educativa. El mercado regional es un centro importante de la vida social y económica de la población que vive dispersa en una amplia zona rural.
El Jardín de Historias inicia en marzo de 2012. Desde entonces, miles de niñas y niños, personas adultas, vendedores o visitantes del mercado han participado o apoyado el proyecto. Todas estas personas han contribuido a enriquecer y dar forma al programa con su participación.
En 2016, ATD Cuarto Mundo inició una evaluación participativa de los primeros cuatro años del Jardín de Historias. El objetivo era aprender directamente de los miembros de la comunidad los beneficios que ellos mismos, sus hijas e hijos y su comunidad habían obtenido del proyecto.
Pasar a ser agentes de cambio
Las personas entrevistadas afirmaron que tanto las niñas y niños como adultos aprenden observando directamente como las y los facilitadores se relacionan con los niños. Una abuela explica el efecto que tuvo el proyecto en su manera de educar a su nieta:
- «Cuando está con ustedes, durante un par de horas pueden estar con ustedes y decirles, “¿Me pueden ayudar a leer, o a hacer esto?” Y ustedes se muestran dispuestos a ayudarla. Es diferente porque yo soy su abuela y normalmente estoy en la cocina ocupada, pero ahora a mí también me ocurre. Apago el fuego y la cena puede esperar, entonces voy a ayudarla. Yo también he aprendido al ver cómo tratan ustedes a los niños. Estoy aprendiendo a dejar las cosas a un lado y a decir; «de acuerdo, puedo ayudar. ¿Qué quieres que haga» o «¿me lo puedes mostrar?».
Apoyo familiar y resiliencia
Muchas madres, padres y abuelos hablan de cómo el Jardín de Historias les brinda la oportunidad de retomar el aliento porque allí pasan muy buenos momentos con sus hijas e hijos. Además, les permite terminar de hacer cosas para la familia mientras los niños están ocupados o también puede servirles de descanso.
- Como expresa un padre: «Es realmente bonito ver como nuestros hijos participan en el Jardín de Historias porque, por un momento, tenemos tranquilidad y paz, mientras ellos se están divirtiendo yo puedo terminar de hacer otras cosas. Es agradable saber que están en un lugar seguro y con personas de total confianza».
Una madre afirma que aprecia mucho lo que este espacio ofrece a su hijo autista, un niño que tiene muchas dificultades para avanzar en la escuela. Está completamente desbordada por los problemas de las facturas médicas que se acumulan así como por la presión y el agotamiento de tener que vivir con su hijo en el coche. Así, los facilitadores del proyecto ofrecen a su hijo la atención individual que necesita mientras ella puede tomar un tiempo de descanso y dar una vuelta por el mercado y, en ocasiones, cuando está más descansada, puede volver al Jardín de Historias y pasar tiempo con su hijo.
Un facilitador y voluntario permanente expresaba que «realmente es un espacio interesante para pasar tiempo con tu familia incluso cuando no tengas mucho dinero. Es un lugar donde puedes simplemente disfrutar, relajarte y sentirte seguro. Verdaderamente es un buen lugar para estar».
Reforzar los lazos familiares
ATD da prioridad a las familias desfavorecidas que deben afrontar múltiples dificultades. El proyecto sostiene a las familias para que no abandonen sus prioridades y esperanzas. Es el caso de familias que sufren la separación entre madres y padres y sus hijos. El Jardín de Historias les ayuda proporcionándoles un espacio para disfrutar con sus hijos de momentos positivos en medio de dolorosos procesos de separación, a menudo con niñas y niños en situación de acogida por los servicios sociales.
Un sábado, una mujer dijo a los miembros de ATD que era el fin de semana de visita de su hijo que estaba en un centro de acogida. La mujer compartió con el facilitador su tristeza y desesperación. El facilitador explicó:
- «Sin medios y durmiendo en su coche cada noche no tiene ningún lugar donde llevar a su hijo y pasar un buen momento juntos. Afirmó que estaba muy contenta de encontrar el Jardín de Historias. Observó en silencio a su hijo leer y jugar. “Es fantástico lo que hacen ustedes” dijo».
Otra familia acaba de pasar por dos años de separación de sus hijos que participaban cada sábado en el proyecto antes de estar en situación de acogida.
Durante estos dos años, los días que sus hijos tenían visita supervisada, ATD realiza las actividades del Jardín de Historias con sus hijos en su ciudad, situada a dos horas. Esto permitía a los niños continuar con la actividad y apoyar a los padres. El Jardín de Historias permite a la familia demostrar al trabajador social su avance. La madre afirma, «solamente nos permiten disfrutar con ellos dos horas de visita supervisada por semana, por eso es necesario que sea un tiempo divertido para los niños». El facilitador sigue diciendo:
- «Tanto ella como su marido afirman que el Jardín de Historias ayuda a que estas visitas sean algo festivo. También les ayuda a retener las lágrimas hasta que los niños se hayan ido con el trabajador de modo que los niños no les vean llorar. Hoy la familia está de nuevo reunida y participa regularmente al proyecto».
El equipo de ATD observó, a partir de las entrevistas, un cambio en la forma de pasar tiempo con sus hijos, así como un cambio en la forma de percibir a los demás, tanto en su propia familia como en la comunidad en general.
Un padre que participa en el proyecto afirma:
«Mi familia conoció ATD Cuarto Mundo a partir del Jardín de Historias. Me hizo pensar que mi familia es, en sí misma, un jardín; y cultivar este jardín es una gran responsabilidad. Cuando mi familia conoció ATD Cuarto Mundo, teníamos nuestra propia historia. Realmente quería que mis hijos aprendieran aunque atravesáramos por dificultades y momentos difíciles. No somos la única familia que vive estas dificultades. Solamente queremos alentar a otras familias que también luchan para permanecer fuertes y seguir avanzando».
Antes de que empezara el Jardín de Historias, el ambiente en el mercado no era muy acogedor ni tranquilo. Un trabajador del mercado habló de los cambios que había observado.
«La relación entre el personal y los vendedores era tensa, y también entre los propios vendedores. Las familias y el personal del mercado tenían la preocupación constante de la seguridad de las niñas y niños en el mercado. Ahora, desde que ustedes están aquí, sabemos dónde están los niños y sabemos que van a estar seguros y que se lo pasan bien».
«Así, nosotros, como trabajadores del mercado, estamos mejor. Y pienso que sus padres también están mejor. Pueden estar un poco más tranquilos porque tienen confianza en ustedes. Ahora es más fácil tratar con ellos. Se muestran más abiertos hacia nosotros y el ambiente es mucho más acogedor. El ambiente en el mercado ha cambiado mucho desde que inició el proyecto».
Como conclusión la evaluación de ATD Cuarto Mundo afirma que «el Jardín de Historias es un verdadero espacio para las historias, historias que encuentran en nuestros libros e historias de la vida de nuestra comunidad: historias de lucha, esperanza solidaridad y cambio. Cada año se van escribiendo las páginas de esta historia a partir de la participación de cada persona».
Este artículo está inspirado en la evaluación del proyecto de Jardín de Historias realizado por ATD Cuarto Mundo en Estados Unidos.
Para leer la evaluación completa, en inglés
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