Los ciudadanos se organizan para garantizar el derecho a la vivienda
Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar. La siguiente historia por el grupo anti-desahucios de la asociación de vecinos del barrio de Tetuán, Madrid (España).
El estallido de la burbuja especulativa financiera en el sector inmobiliario y los excesos urbanísticos han dejado un gran número de viviendas por terminar o por vender y han creado una amplia crisis habitacional. La gran paradoja del país es que tiene 3,5 millones de casas vacías (el nivel más alto en toda Europa) al mismo tiempo que mucha gente sin casa. Además, la crisis económica, la subida de los precios debido a la especulación y el alto desempleo (25 % de la población activa), hicieron que muchas personas perdieran su vivienda al no poder pagar su alquiler o hipoteca. Las casas están en manos de bancos, empresas inmobiliarias y fondos buitre (fondos de inversión especulativos que se aprovechan de la situación para obtener beneficio económico). La poca oferta de vivienda social (algo mayor del 1% del parque de vivienda) o de vivienda en alquiler impide que el derecho a la vivienda sea una realidad para muchas personas.
Los ciudadanos no dejan de organizarse desde el inicio de la crisis, denunciando la falta de políticas públicas para resolver el problema de la vivienda : casas ocupadas, creación de asociaciones de vecinos en los barrios afectados, movimientos sociales como la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), un movimiento social por el derecho a la vivienda digna que ha emprendido varias acciones para que los grandes propietarios de viviendas vacías las ofrezcan alquiler, luchar contra la especulación y detener desahucios. Frente a los miles de desahucios, que resultan una gran violencia para las familias, se buscan alternativas para que el país cumpla con su deber de garantizar el acceso a la vivienda a todos sus ciudadanos.
El «Grupo anti-desahucios de Tetuán» (un distrito popular de Madrid), se reúne cada miércoles para su asamblea en el local que les presta una Asociación Vecinal del barrio. Cada vecino expone su situación y juntos buscan soluciones con los consejos de un abogado, pero también con la ayuda mutua. Cuando hay que ir a defender un caso, van juntos porque así son más fuertes.
Hoy, quieren denunciar que hay varias viviendas del IVIMA (Instituto de la Vivienda en Madrid) que están vacías en el barrio.
Los vecinos presentes exponen sus problemas. Uno de ellos cuenta que el IVIMA le ha ofrecido una vivienda social, pero esta se ubica en un pueblo de la comunidad de Madrid, desarraigándole del lugar donde vive. «Se vuelven robots» se queja un vecino.
- «Si rechazas una vivienda, ¡te quedas 3 años sin poder acceder a la vivienda pública!».
«Ahora ya no anuncian hora y día del desahucio, a veces lo sabemos solamente la misma mañana», dice una señora cuya casa pertenece a un banco.
Distintas personas hablan de su fecha de desahucio y se preguntan qué hacer: ¿pedir un abogado de oficio? ¿ir al banco a presionar o pedir una moratoria de 3 años? Saben que el último recurso será intentar bloquear juntos el desahucio, como ya lo han hecho varias veces, cuando unos se encadenan a la casa, u otros se sientan delante del piso, para impedir que las fuerzas policiales entren en la casa y expulsen a la familia. Situación de gran violencia que todos quieren evitar.
Una persona cuenta que ha firmado por una vivienda, pero que no le han entregado todavía la llave. «Tienes que pedir que te la entreguen antes del lanzamiento (desahucio)» recomienda la abogada.
De repente, un hombre que fue desahuciado hace poco explica con mucha tristeza que su familia está en la calle: ya no tienen dinero para pagar el hostal. Les han dicho en servicios sociales que admitirán a los niños en un albergue, pero los padres no quieren que los separen de sus hijos. Una vecina se propone para acoger a su hija, pero no tiene espacio para toda la familia. Finalmente, los vecinos se organizan para que la familia pueda ocupar una casa vacía.
Otra mujer cuenta que le expropiaron el piso porque en el plan urbanístico decidieron hacer un aparcamiento en el lugar de su casa. Les dieron un dinero: «Nos echaron a la calle y destruyeron nuestra casa. ¡Pero no construyeron nada al final!». La familia ha estado alquilando pero ya no les queda dinero.
Jessica ha vivido dos desahucios y tuvo que vivir un tiempo en la calle con sus dos niños. Está ocupando una casa del IVIMA y ha mandado los papeles para regularizar su situación. Pero el IVIMA dice que ha vendido su casa y que la van a desahuciar. Esto le hace vivir una gran angustia. «¡Hay que hacer venir los medios de comunicación!» dicen los vecinos.
- «Si no tuviera este grupo de vecinos, nos dice Jessica, no tendría ninguna esperanza… El apoyo mutuo en el grupo es lo que nos ayuda».
Samira, una de las vecinas que anima el grupo y que ha vivido también una situación difícil, recuerda a todos las «mesas» en el barrio para seguir firmando la ILP [1].
En Madrid, la «ILP Vivienda Madrid» (Iniciativa Legislativa Popular) moviliza a todas las asociaciones de los barrios des“de hace varios meses. Es una propuesta de ley para garantizar la eficacia del derecho a una vivienda adecuada del artículo 47 de la Constitución. Se tenían que recaudar 50.000 firmas y presentar la ILP ante la Asamblea de Madrid el 26 de mayo para su tramitación como ley.
Finalmente se han conseguido 76.733 firmas de personas que apoyan que esta propuesta de ley sea debatida en el parlamento regional, muchas más de las que eran necesarias. Ahora queda que los partidos políticos cumplan con su obligación de tramitar esta propuesta.
¿Por fin una solución a largo plazo para que el derecho a la vivienda se vuelva una realidad? La solución será colectiva y política, eso lo saben los vecinos de Tetuán que apuestan por luchar juntos cada día.
[1] La ILP tiene varios ejes: protección contra los desahucios y acceso a la vivienda pública o social, política clara de acceso de emergencia a las personas en situación de desamparo, obligación de bancos e inmobiliarias de ofrecer alquiler social en caso de desahucio a personas vulnerables, etc…
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