Podemos ver que el ambiente ha cambiado
Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo animó a escribir historias de resistencia y cambio, luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
Por Karen Stornelli (EEUU)
Visto desde lejos, a vista de pájaro, Gallup, Nuevo México, parece el final del mundo, simplemente un punto más del vasto desierto del suroeste de los Estados Unidos. Pero visto a ras de tierra es, hoy día, una red de iniciativas económicas y punto de reunión para el intercambio cultural de muchas personas de una extensa región. En el centro está el Mercado de Gallup, y allí está el Jardín de Historias de ATD Cuarto Mundo.
- Afrontar los importantes obstáculos históricos, geográficos y globales, e intentar aportar un cambio significativo en esta zona es todo un desafío — un reto que ATD Cuarto Mundo afronta ayudado de un remolque pintado con olas, peces y criaturas marinas.
Decorado por las niñas, niños y personas voluntarias, es el centro de este espacio de encuentro de la comunidad en torno a la lectura, al aprendizaje y a la creación.
Pueden imaginar que cada sábado, en torno a las 10 de la mañana, el equipo de animación del Jardín de Historias instala unas estanterías multicolores, carteles y alfombras, con ayuda de un grupo de niños que esperan nuestra llegada. Después, llega el turno de los juegos educativos y juguetes, instalarlos sobre una alargada mesa, después, jueguetes para bebés en una pequeña mesa de acampada. Ordenamos una serie de libros magníficamente ilustrados cerca de las alfombras de colores donde las niñas y niños y sus familias se sientan a leer. La computadora con pantalla táctil es lo suficientemente grande como para que dos o tres niños puedan disfrutar de ella a un tiempo. Dentro del remolque, las niñas y niños pintan, juegan y hablan con nuevos amigos. Alrededor de la mesa de creación artística, las niñas y niños descubren, y entonces, se añade un nuevo paso más de creatividad con la actividad artística del día. ¡El espacio con frecuencia se llena de menores y sus familias antes de que terminemos de instalar todo! Muchas de las niñas y niños están en el mercado con sus familias que venden diferentes artículos. Van y vuelven sucesivamente desde los puestos de sus familias al espacio del Jardín de Historias. Padres, madres y abuelos pasan para estar con los niños cuando hay menos gente en los puestos. Otras familias vienen al mercado para comprar cosas y pasan por el Jardín de Historias, pueden estar desde algunos minutos hasta unas cuantas horas. Sobre las cuatro de la tarde, los puestos comienzan a empaquetar las cosas y se preparan para lo que, con frecuencia, es un largo viaje de vuelta, mientras, las animadores y animadoras del Jardín de Historias siguen su ejemplo.
Pero, ¿un espacio como este puede provocar cambios significativos para las personas?
Antes de comenzar con el Jardín de Historias, en 2012, el administrador del Mercado de Gallup advirtió a los voluntarios permanentes de ATD Cuarto Mundo. «Aquí las cosas no cambian. A las personas no les gusta que lleguen cosas nuevas. Están ya acomodadas a su propia forma de hacer». Entonces, cinco años después, ¿qué ha cambiado?. Algunos cambios son muy concretos, como el hecho de que los miembros de la familia vean una mejora en los resultados de la escuela, o que vean que establecen más relaciones de amistad o mejores relaciones con la familia, o sean capaces de expresar un pensamiento creativo y de resolución de problemas y que participen más en su propio aprendizaje.
«Mi hija estaba en una clase de educación especial hasta el año pasado. Ya no continúa en ese tipo de clase, porque avanza mucho con ustedes», nos dijo una madre hace poco. «Mi hija empezó a desarrollar su creatividad cuando inició el Jardín de Historias. Ahora es capaz de realizar cualquier tipo de actividad artística. Muestra a sus profesores y les habla de lo que hace allí», afirmó otro padre. Un padre explicó: «El Jardín de Historias hace que mi hijo sea más bueno. Ahora es amable y ayuda a todo el mundo». Una mujer expresó: «Mi hija ahora muestra una mejor actitud, especialmente en la escuela. La maestra me preguntó lo que había cambiado. Le dije que [en casa] nada había cambiado. Le dije que pienso que lo que ha cambiado es que durante el fin de semana participa con ustedes».
Entonces, el Jardín de Historias ha aportado cambios positivos en las niñas y niños. ¿Y qué pasa con sus familias? Una abuela hablaba sobre el efecto que ha tenido esta acción en la manera de educar a su nieta.
«Desde que empezamos a participar en el Jardín de Historias, ha reducido su tiempo de televisión. Lee y hace trabajos manuales. Como abuela normalmente estoy en la cocina haciendo algo. Ha llegado un punto en el que siento que me ha contagiado, así que, apago el fuego y me voy a ayudarla, la cena puede esperar. Esto lo he aprendido de lo que les he visto hacer a ustedes».
A través del proyecto de Jardín de Historias, algunas personas han podido verse a sí mismas y a otras personas de manera diferente. Un facilitador de la Universidad de Nuevo México-Campus Norte, Centro de Educación de Adultos, lo expresa del siguiente modo: «Realmente no me atrevía a hacer lo que ustedes hacen allí: leer delante de todas esas niñas y niños. No soy un muy buen lector. Era algo que realmente me horrorizaba. Pero cuando lo hice, me sentí bien conmigo mismo».
Explicó lo sorprendida que estaba su hermana al ver que su madre era capaz de animar en el Jardín de Historias y lo orgullosa que estaba por el hecho de que su hija pudiera verla así, y continuó diciendo: «En el Jardín de Historias puedes ver a las personas desde otro ángulo. Es realmente soprendente cómo puedes ver simplemente como vienen con sus hijos, estén ocupados o no, y participan con ellos. Creo que es gracias a vosotros, habéis hecho mucho por las personas, es realmente sorprendente».
Tal vez lo más inspirador haya sido ser testigo del efecto que tuvo el Jardín de Historias en el mercado como comunidad extensa. Un antiguo miembro del personal habló de los cambios que había visto en el mercado desde que comenzó el Jardín de Historias.
Explicó: «Había una relación tensa entre los miembros del personal y los vendedores. Los vendedores se instalaban por su cuenta y con frecuencia se podía sentir que no había un buen ambiente. Las madres, los padres y el personal constantemente estaban preocupados por la seguridad de las niñas y niños en el mercado. Ahora, desde que ustedes están allí, sabemos donde van los niños y sabemos que van a estar seguros y que se lo van a pasar bien. Entonces, nosotros, como personal del mercado, nos sentimos más cómodos. Y sus madres y padres, creo, también se sienten a gusto y se pueden relajar un poco más porque tienen confianza en ustedes. Ahora se pueden acercar más fácilmente a los vendedores. Se muestran más abiertos con nosotros. Se respira un ambiente más amable y ha cambiado mucho desde que comenzó el Jardín de Historias».
En tan solo cinco años, el Jardín de Historias ha pasado a formar parte de la comunidad de Gallup, y los cambios positivos que ha aportado han ido más lejos de lo que hubiéramos imaginado cuando comenzamos.
Para saber más, visite el blog 1001 Historias de Resistencia