Crear juntos para romper las cadenas | Vídeo
En los años 80, la cárcel de Bouaké (en la parte central de Costa de Marfil, África) acogía prisioneros que cumplían condenas de larga duración. Los prisioneros más pobres vivían hacinados, olvidados en el fondo de las celdas. Les llamaban “les moisis” (los enmohecidos). Un encuentro con Joseph Wresinski iba a cambiar la vida en la cárcel. Moïse Compaore nos cuenta en el vídeo que presentamos, la historia de dicho encuentro.
En 1983, Joseph Wresinski, fundador de ATD Cuarto Mundo, visita la prisión. Los prisioneros desconfían de las personas que vienen del exterior. “Cuando se te trata como a un animal, se reacciona como un animal” decía uno de ellos. Vamara recuerda esta visita:
- “Fuimos hasta donde estaban los moisis. El Padre Joseph saludó a todo el mundo. A quienes no podían levantarse les dio un abrazo. Y dijo: “Lo principal es unirse para dar sentido a la vida”, y también: “Nunca hay que aceptar perder el valor que nosotros portamos en nuestro interior, incluso si estamos encarcelados.”
Cada uno copió esta frase y la puso en su bolsillo, como un poema. Y es algo que nos ha unido.”
Los prisioneros que encontraron a Joseph Wresinski han transmitido, años tras año, a aquellos que llegaban a la cárcel, su gesto que tanto les había marcado a todos. Les tomó de las manos, les puso a unos frente a otros al tiempo que decía: “Por estar encarcelados no hemos dejado de ser personas. Unidos, podemos hacer cosas fantásticas”. De ese momento surge una historia de resistencia que, con el apoyo de la hermana Simone (enfermera en la cárcel), llevaría a los prisioneros, a través del arte, de la vergüenza al orgullo .
Más de 30 años después, Moïse Compaoré comparte este historia vivida en primera persona.